arrow

Mi novio es un ladrón (2008)

Mi novio es un ladrón
91 min.
3,9
3.430
Votar
Plugin no soportado
Añadir a listas
Trailer (ESPAÑOL)
Ver 2 más
Sinopsis
Al joven agente federal Henry (Colin Hanks) se le asigna un nuevo caso: seguir los pasos de Tommy (Antonio Banderas), un refinado ladrón de arte buscado internacionalmente y que parece que está planeando un nuevo robo. Las cosas se complican cuando Henry descubre que Tommy es el nuevo novio de su alocada madre (Meg Ryan). (FILMAFFINITY)
Género
Acción Thriller Comedia Romance Comedia romántica Robos & Atracos
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
My Mom's New Boyfriend
Duración
91 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
3
Una película llena de interrogantes
Tras unos minutos ante el film del Sr. Gallo, de forma irremediable, mueve al intelecto del espectador a rebuscar en su interior y comenzar a abordar cuestiones profundas. Por ejemplo a mi me surgieron las siguientes, pero seguro que en ustedes puedan surgir muchas más:
- ¿Cuánto me ha costado la entrada?
- ¿Qué necesidad tenía la Sra. Ryan de completar su tratamiento de Botox?
- ¿Cuál fue la anterior comedia que no me produjo ni una sonrisa?
- ¿Cuál ha sido la última película decente del Sr. Banderas?
- ¿Cómo puede pasar tan despacio el tiempo?
- ¿Quién habrá dado por bueno este infumable guión para llevarlo al celuloide?
- ¿Todos los actores que se ponen Botox quedan así de mal? Y, si es así, ¿Por qué siguen cayendo en la trampa?
- ¿Cuál sería la filmografía del Sr. Banderas de no haber cruzado el charco a cualquier precio?
- ¿Colin Hanks tiene algo que ver con Tom Hanks?
- ¿Cuánto queda todavía?
- ¿El Sr. Banderas también se ha hecho algo en la cara?
- ¿Por qué chilla tanto el tipo ese vestido de cheff?
- ¿Qué hizo el Sr. Gallo antes de este bodrio? ¿Trabajó en Telepizza?

En fin una película para la reflexión... para la reflexión de las productoras, que se extrañan de que el público abandone las salas.
[Leer más +]
30 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Mi madre es una petarda
Henry es un joven panoli/agente del FBI que acaba de volver a casa después de un largo tiempo en una misión secreta. Marty Durand es su madre, una rebelde sin causa que ha abandonado su antigua faceta de desperdicio humano para adoptar la de putón verbenero, que mola más (aunque en el fondo preferíamos a la de antes). Emily la verdad es que pinta poco en la historia, pero como es la prometida del bueno de Henry, le permiten acomodarse durante unos días en la acogedora residencia de los Durand. Y por último está Tommy. Es la monda. Es ladrón -en serio, es ladrón- de obras de arte y su idea de causar buena impresión a sus nuevos amigos es llevárselos de copas a un tugurio donde se dan cita los más distinguidos miembros de la mafia albanesa. Lo sé y lo avisé: el tío es la monda lironda.

Con todos estos elementos, la fiesta está servida. Ya sólo hace falta desconectar el cerebro durante la hora y media de metraje y listos! Si es que ocho de cada diez médicos recomiendan fervientemente una pequeña ración de “encefalogramaplanyl” a la semana. No hay nada mejor para desconectar. Y a Dios pongo por testigo que con ‘Mi novio es un ladrón’ la dosis mínima recomendada de tan preciada sustancia está más que garantizada. Así que repito, a desconectar el cerebro durante un ratillo y a reír en los dos únicos chistes buenos que hay en la película -sí, hay dos gags decentes- por aquello de que el de al lado no se percate que nos hemos quedado fritos durante la proyección, que es algo feo.

Y bromas aparte, aunque el título de la cinta se empeñe en demostrar lo contrario, el material con el que trabaja el director y guionista George Gallo no es tan malo como parece. Al principio se podría esperar una simpática comedia familiar, o incluso una parodia decentilla sobre espías (y para demostrar que no miento, que conste que hasta se intenta homenajear a cintas como ‘Mentiras arriesgadas’!). Es más, Antonio Banderas no está del todo mal, y el joven Hanks apunta buenas maneras. Pero ni con esas. Cero patatero. No hay nada a lo que agarrarse.

A medida que avanza la trama y se van sucediendo las “bromas”, la probabilidad de mejora se reduce. Mientras, el cabreo va en aumento. Pero quizás lo más preocupante sea que a estas alturas todavía exista gente que permita a Meg Ryan erigirse como la protagonista principal de una película. A esto se le llama jugar con fuego. Y quien juega con fuego se quema. La actriz lapida el poco crédito que le debía quedar y consigue convertir una presunta comedia en un dramón de moco y pañuelo. En efecto, por si no había suficiente con todo lo demás, verla hacer el payaso, intentando en vano en cada toma arrancar una sonrisa al espectador, es uno de los espectáculos más tristes -y a la postre patéticos- de la temporada.
[Leer más +]
34 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más información sobre Mi novio es un ladrón
Fichas más visitadas