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La señora sin camelias (1953)

La señora sin camelias
105 min.
6,7
415
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Sinopsis
Una vendedora, convertida en estrella de cine, se deja deslumbrar por un mundo lleno de promesas y emociones. Sin embargo, cansada de participar en películas de pésima calidad, reclama un papel en el que pueda consagrarse como actriz. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Cine dentro del cine
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Italia Italia
Título original:
La Signora Senza Camelie
Duración
105 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Italia-Francia;
6
Cimientos de cine
Nos encontramos ante la película más desligada al lenguaje visual que años más tarde dominaría Antonioni, y donde la narrativa aún obedece a los cánones funcionales. Incluso diría, que nos encontramos con un paso atrás de aquello que ya expuso en su ópera prima. Ciertamente, Crónica de un amor (ídem, 1950), aún mantenía la narrativa clásica, pero encontrábamos en su recorrido, más piezas de engranaje que formarían más tarde el motor narrativo posterior. Así ni el espacio adquiere tanta significación ni la trama adolece de ésta como en Crónica de un amor.

Si se observa, como en su primer trabajo, el dominio de los planos-secuencia por las estancias, aunque el entorno no adquiera la misma importancia, y observamos, esos juegos entre realidad y ficción cosidos a la trama como parte evolutiva de los personajes.
Paso atrás en la evolución de Antonioni que aún así, permite vislumbrar un gran manejo de las elipsis temporales que con el paso de los años convertiría en auténticas roturas narrativas. Puede que hasta el mismo final, no apreciemos en la obra, la naturaleza abatida que conforma su filmografía (germen por ejemplo, de La aventura -ídem, 1960-, unos de los finales más desoladores que he visto en pantalla) y que en el caso que nos ocupa, consigue elevar el resultado global de la película. Con la experiencia, Antonioni adelgazaría tanto la trama que no será necesario utilería (congénita o no) para dar carpetazo a sus películas.
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17 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Cautivos de Cinecittà
Melifluo juego de espejos donde Lucía Bosé deambula por vínculos de realidad y ficción al rodar 'La dama sin destino'. Título que remite –quizás algo puerilmente– a su propio periplo vital. Así se entiende la escena del beso de los protagonistas con un operario tras la pantalla, entrelazando las ficciones que la actriz protagoniza con su propia vida, al venir esta secuencia precedida por el rodaje de otro beso.

Estos caminos simétricos y circulares para la Bosé (del cine a la realidad; del éxito al fracaso y vuelta; del amor al desamor…) insinúan la geometría de Antonioni (casi pongo Pasolini). Pero esta rigidez es aún elemento de construcción narrativa –introducción, nudo, desenlace– que queda lejos de la posterior arquitectura visual del distanciamiento del espacio y el vacío. Y es que más allá de algunos formalismos avanzadilla de las obsesiones del italiano, la película es convencional, probablemente realizada con el apremio del trabajo alimenticio. La posterior 'Las amigas' ('Le amiche'-1955) seguirá la misma senda, pero dando un paso más en esa evolución contraria al melodrama y la narrativa convencional que habría de definir el cine de este director.

Interesa, sin embargo, rastrear en 'La señora sin camelias' la melancolía pesimista de sus películas posteriores –el uso del plano y el espacio como delator del, podría decirse, tedio, ni siquiera nihilismo, existencial–. El autor que habría de ser Antonioni se observa ya en sus primeras obras por la ausencia del sesgo cómico, de sentimentalismo al uso o la falta del recurso neorrealista.

Una cinta a medio camino entre 'Bellissima' de Visconti (enfoque de un sistema de estudios italiano que desprecia su idiosincrasia cultural cayendo en los tejemanejes del Hollywood mercantilista) y 'Cautivos del mal' (o 'Dos semanas en otra ciudad' y tantas otras cintas sobre los entresijos del cine dentro del cine), pero sin apurar posibilidades en los elementos que pueden considerarse predecibles al extraviarse en no se sabe muy bien qué.

Porque ese “qué” en 'La señora sin camelias' quizás suponga algo tan impalpable como la búsqueda del rostro gélido de la Bosé (en escorzos que evocarían en su día los primeros planos de 'El amor' o la libertad narrativa de 'Viaggio in Italia', ambas de Rossellini) y las panorámicas de exteriores desérticos o tramoyas desastradas como identificadores evidentes –aún sin depurar– de un estado latente que superen –aún sin supera– una trama de melodrama clasicista.

El detalle y lo minúsculo se desperezan brevemente. La imagen, la secuencia y la conciencia como lenguaje cinematográfico que exceda la trama, los personajes... Antonioni habría de ser aquello que se revela en el silencio, la gabardina recortada contra el cielo o el lento horizonte urbano de plano oblicuo y una farola en primer término.
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11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
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