Crows Zero (2007)

Tal vez Crow Zero no sea la mejor película de Miike, pero desde luego, cumple con su propósito de entretener.
En esta ocasión Miike vuelve a la carga con la adaptación de un manga, dando como resultado una live action que no aburre en ningún momento y que de vez en cuando peca de alguna escena un tanto "pastelera", en contraste con lo que es la tónica general del film. Pero teniendo en cuenta que la película está destinada básicamente a un target adolescente, se lo perdonamos.

La BSO es sensacional, además de aportar una gran fuerza a todo el conjunto. Otro punto fuerte es el de la fotografía, que está cuidadísima, de hecho, es una delicia visionar Crows Zero, en algunas secuencias parece que estemos ante un cuadro lleno de grandes contrastes.

Toda la estética del film está muy cuidada, con ese troque trash, que actúa de alguna forma, como leit motive de la historia: un mundo violento, sucio, grafitero, una especie de instituto yakuza. Y esos uniformes nipones... la verdad es que está muy logrado.

En lo que a actuaciones se refiere, pues la verdad es que llama la atención ver a Takayuki Yamada (Densha Otoko, The train Man u Otaku in Love para los que hayan leído el manga publicado por Glènat, donde hacía de un Otaku tímido, con una colección ingente de muñecas de diversos personajes del mundo del anime y del manga) encarnando a Tamao Serizawa, el matón y rey del instituto, y lo hace muy bien, la verdad es que me convenció. Shun Oguri, que hace Genji Takaya, el gran protagonista de esta historia, está soberbio.

En definitiva, una película muy light, para lo que nos tiene acostumbrados el señor Miike, donde veremos unas preciosas secuencias de mamporros genialmente coregrafiadas.

La verdad es que después de ver la película, a una le entran las ganas de leerse el manga.

Posiblemente sea acusada de ser la película de empalmados definitiva. Y no les faltará razón. Pero sería quedarse en lo simple, o en no saber valorarla como se merece.

La historia trata de un colegio donde los alumnos luchan entre ellos para ser el dueño de la escuela. Cada clase tiene un líder, que trata de conquistar las otras clases para conseguir más poder.

En poco tiempo se nos presenta a dos muchachos, cuyo único objetivo es ser los dueños del colegio, que entendemos que están destinados a enfrentarse en una lucha final nada más verles. El prota es el hijo de un yakuza que llega nuevo a la escuela, que con ayuda de un yakuza rival al de su padre, irá progresando en la conquista estratégica de clases.

Hay ostias y hay sangre. También hay una banda sonora genial (exceptuando las canciones de "ella", personaje que sobra), una fotografía espectacular y una buena puesta en escena. Pero finalmente la peli es algo más que ostias y patadas. El prota irá progresando en la conquista de las clases no precisamente gracias a sus puños. No ganará todos los combates. Puede que suene raro en una producción como esta, pero se nos enseñara el poder de la amistad. También hay situaciones dramáticas y un humor bastante acertado y absurdo. Genial todos los personajes.

Por otro lado, de manera paralela, los dos personajes condenados a enfrentarse tienen mucho en común. El espectador quiere verlos juntos, llegamos a pensar que podrían ser amigos. Pero eso no es posible, es una lucha a muerte. Sus vidas pueden ser parecidas, pero solo uno de ellos podrá conseguir la victoria. Y las motivaciones ya no será ser el rey del colegio, será impulsos como la amistad, la lealtad y todo un código moral, más parecido a Grupo Salvaje (salvando muuuuuucho las distancias) de lo que en un principio se podría pensar. En definitiva, en medio del caos y las luchas, los alumnos aprenderán y ejercerán códigos de valores que no conocían.

La batalla final esta genial. Bajo la lluvia. Todos con paraguas negros (a excepción de uno). Dos mundos que se respetan frente a frente por el poder simbólico ya de la escuela.

Claro esta que todo esto es falso. No porque sea imposible que los alumnos de un colegio dominen la escuela como si una cárcel fuera, sino porque en el fondo el código de honor por el que se rigen muchos de ellos no existe y nunca ha existido salvo en los libros de caballería. Nunca ha habido honor y orgullo en ejercer una paliza sobre alguien, pero esto es lo bonito del cine, ¿no?

Sigo en el spoiler. Leer sin miedo.