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La guerra de los botones (2011)

La guerra de los botones
100 min.
6,2
3.851
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Sinopsis
Mientras tiene lugar la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), otra contienda se libra en un rincon del campo francés: dos bandas de chicos de dos aldeas próximas luchan por el dominio de su territorio. En una de esas batallas, Lebrac, un chico de trece años, conflictivo pero de gran corazón, tiene una idea brillante: arrancar los botones de la ropa de los prisioneros para que vuelvan a sus casas vencidos y humillados. Remake de un film de mismo título del año 1962. (FILMAFFINITY)
Género
Aventuras Comedia Drama Infancia II Guerra Mundial Remake
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
La nouvelle guerre des boutons
Duración
100 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
Adaptaciones de Louis Pergaud
Links
7
Hombrecitos
Esta película tenía todas las papeletas para llevarse un cero patatero como una casa. Pero la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. Resulta que me pongo a verla dispuesta a pegarle a Christophe Barratier una somanta palos tremenda, probablemente bastante merecida, y en esto que se me apalancan en el sofá mis dos hijos adolescentes, de 13 y 16 años respectivamente.

Bueno, qué se le va a hacer? Me digo. Éstos se cansan rápido y se van a la cama; aguantan media horilla como mucho.

Pues mira, no. Los niños se me entusiasman y se quedan embobados con la historia de la guerrilla pueblerina esta. Disfrutan, se emocionan y se sienten identificados con los niños paletos que se pelean con los del pueblo vecino a botonazos. Y eso a su vez me emociona mí.

Y pienso que para ellos es algo así como para mí a su edad era Mujercitas, esa peli de paletillas decimonónicas que veía cada año por Navidad y que me hacía llorar indefectiblemente. No le faltaba nada, como a ésta: la responsable, la rebelde, la frágil, la frívola... En este caso el líder, el valiente, el cobarde, el graciosillo, el brutote, el listo... Mujercitas y hombrecitos.

Los dos ahí, to flipaos, comentando entre ellos las jugadas más interesantes. "Será mierdecilla el tío? No seas tonto, que la maroma pasa de ti, chaval! Las tías cómo son, mira cómo lo putea! Pero cómo van a ganar si son menos? Qué cabrones los nazis, no?" En fin, entregados. Y lo mejor: no era la saga "Crepúsculo". Ni la cosa iba de superhéroes. Ni tampoco era Torrente!!!!! Wawwwww! Era una sencilla peli sobre la resistencia francesa en un pueblucho de mierda durante la gran guerra. Y los dos pollos ahí enchufados como si fuera "El caballero oscuro"! Es o no es pa flipar?

Y hago esta crítica desde mi condición de madre emocionada. Me gusta que haya películas con un cierto nivel ético y estético que aún sean capaces de enganchar a adolescentes criados entre playstaitons y whasaps y matanzas multimediáticas en escuelas y en cines americanos!

Que les entusiasme una historia de niños que se arrancan botones es conmovedor; es maravilloso; es un pequeño brote verde, una brizna de esperanza. Bueno, sí, qué passssssa, también tengo mi lado moñas. Algún problema?
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26 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
Y dale, otra vez
No deja de ser curioso y paradójico que todo poder, más o menos opresor e intolerante, quiera suprimir la historia.

Y así es. Sistemáticamente nos dan a entender que la resistencia franscesa contra el nazismo era algo común, usual, frecuente, cotidiano y que implicaba a todo buen vecino francés e incluso, de alguna manera, a todo honrado ciudadano del mundo entero. Esta película es otro ejemplo de ello. Y claramente no fue así. La resistencia fue algo, esporádico, puntual y enteramente ocasional, completamente aislado. O, por lo menos, hasta muy avanzada la partida y pronosticado ya el ocaso del III Reich. Lo que sí fue generalizado fueron el colaboracionismo, el sometimiento y la obediencia, en una palabra, la capitulación. Los alemanes invadieron y ocuparon Francia sin pegar un tiro. Bueno, Francia y toda Europa Occidental. Punto.

No estoy diciendo que yo hubiera sido un héroe y que hubiera hecho lo que nadie hacía. No es fácil aventurar y exponer la vida afrontando a un enemigo superior en medios, recursos y militarmente. Pero creo que sí soy capaz, por lo menos, de reconocer las cosas, simple y abiertamente. Creo que esa es la manera de recuperar la dignidad, la única manera de hacerlo.

Pues parece que muy pocos lo creen así y prosigue el empeño -como si ello pudiera hacerlo realidad- de producir folletos del ¿heroismo francés?

En fin. Ni los niños se libran. Esta película se ha visto contagiada -una vez más- de esta epidemia, muy común por lo demás. Y es una pena, ya que sin esta infección hubiera transcurrido mucho mejor. Los niños, con sus aventuras, te hacen creerlo. Fueron ellos los que me hicieron pasar un buen rato, pero esas malditas incursiones del ¿heroismo? destruyeron la magia. En fin, la suma desvirtúa el resultado, uno de los sumandos lo deforma.

Y, si de verdad interesa nunca está mal, en efecto, revisar las cosas con honestidad y, aunque no guste -¿por qué será?-, analizar y buscar cuál fue la nación que enfrentó al nazismo y selló su desenlace.
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24 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
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