Un encuentro prometedor (2013)

Para el que le gusta el cine romántico, un género plagado de clichés, las espectativas se reducen a: una dupla que tenga algún tipo de química, un argumento que no aburra, un ritmo que lo sostenga y un final aceptable. Bueno, el final es un poco... pero no deja de ser un cierre que corona, Los actores no los conoce ni la madre pero bueno, están bien y te dan ganas de que terminen juntos. Así que para los aficionados al género, pasa.

La Navidad llega a nosotros como acostumbra: bien cargadita de películas dulces y adorables para deleitar nuestros sentidos y devolvernos algo de fe en la humanidad. Demostrarnos que no todo está perdido cuando se trata del amor. Es muy habitual ver en estas fechas películas de temática amorosa, siendo la mayoría productos anodinos y fáciles de digerir (sobre todo para estómagos acostumbrados al empalago).

No encontraréis nada original en "Un encuentro prometedor". De hecho, tras los primeros diez minutos, uno ya sabe cómo va a terminar la historia entre la parejita enamorada de turno. Ella es una jovencita de semblante dulce que sólo sale con músicos capullos; él es un guaperas a la par que un mujeriego empedernido. ¿Qué puede unir entonces a estos dos seres tan dispares? Pues algo tan original como el hermano de ella, que resulta ser el mejor amigo de él.

La cosa es que el padre del chico se va a morir de un cáncer, y lo que más le gustaría antes de abandonar este valle de lágrimas es ver a su hijo casado con la chica de sus sueños. ¡Madre mía, qué bonito! Pero no todo es tan fácil, porque ya sabemos que nuestro pícaro protagonista no es hombre de una sola mujer, así que no se le ocurre otra cosa mejor que mentir a sus padres diciéndoles que ya está comprometido. ¿Y con quién, os preguntaréis? Venga, que no es muy difícil... ¡Pues claro, con la hermana de su mejor amigo, que aparece de repente en su vida justo cuando acaba de cortar con su novio! ¡Pero qué casualidad más casual! Él le explica su plan a la chica que, tras unas pocas negativas, al final acepta su noviazgo falso.

Por si esto no os pareciera lo suficientemente romántico, resulta que los padres, que son muy poco discretos, han avisado a TOOOOODA la familia del compromiso de sus dos retoños, viéndolo como algo muy bueno para todos. Ay... ¿no se respira felicidad? Si hasta les ponen un piso y todo, para que tengan su propio nidito de amor. Y, por si no había suficientes topicazos, vamos a pregonar que ella podría estar embarazada y que, de paso, aparezca un ligue del protagonista, por eso de añadirle emoción a la cosa.

Y la película es eso, básicamente. A lo largo de la misma tenemos que pasar el típico proceso de ver a estos dos tortolitos dándose cuenta de que no pueden vivir el uno sin el otro, peleándose a veces por tonterías, hasta caer en la cuenta de que están enamorados hasta las trancas sin remedio alguno. ¡Pues justamente lo que todos esperábamos! ¡Qué giro argumental TAN INESPERADO!

En fin, ¿para qué seguir? Es la típica comedia romántica que, según dicen, nos gusta tanto a las mujeres (aunque a mí este tipo de películas no me van). Tópicos everywhere, la clásica parejita que al principio no se soporta pero que termina enamorándose para toda la vida, los padres pesados, las amigas escandalosas, los ligues decepcionantes... Nada nuevo bajo el sol. Tendréis entretenimiento y momentos de risas con algunas frases de vergüenza ajena, pero no esperéis originalidad porque en esta película brilla por su ausencia.