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Un gato en París (2010)

Un gato en París
61 min.
6,3
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Trailer (FRANCÉS),Trailer (FRANCES CON SUBTITULOS EN INGLÉS)
Sinopsis
Dino es un gato que lleva una doble vida. De día vive con Zoé, la única hija de Jeanne, una comisaria de policía. De noche, en cambio, se pasea por los tejados de París con Nico, un avezado ladrón. Jeanne no puede más: no sólo tiene que perseguir al intrépido compañero de Dino, autor de varios robos de joyas, sino que además debe vigilar el Coloso de Nairobi, una gigantesca estatua codiciada por Víctor Costa, el culpable de la muerte de un policía, marido de Jeanne y padre de Zoé, encerrada desde entonces en un mutismo total. Los sucesos se precipitan la noche en que Zoé sorprende a Costa y su banda. Se inicia entonces una persecución hasta los tejados de la catedral de Nôtre-Dame. (FILMAFFINITY)
Género
Animación Thriller Gatos
Dirección
Reparto
Animación
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
Une vie de chat (A Cat in Paris)
Duración
61 min.
Guion
Música
Fotografía
Animación
Compañías
Coproducción Francia-Países Bajos (Holanda)-Suiza-Bélgica;
Links
Premios
2011: Oscar: Nominada a Mejor largometraje de animación
2011: Premios del Cine Europeo: Nominado a Mejor largometraje de animación
2011: Premios Annie: Nominada a Mejor película
2011: Festival de Annecy: Sección oficial largometrajes a concurso
6
Otro cine de animación es necesario y posible
La cinefilia no suele parar demasiada atención a la otra realidad del cine de animación. Conocemos y admiramos los productos de la Pixar, los personajes más carismáticos de la Dreamworks o la personalidad de Hayao Miyasaki y su Estudio Ghibli. Pero en Europa se produce mucho cine animado. Un cine cuya reivindicación es clave no sólo para favorecer la polifonía de creadores europeos dedicados a la animación, algo muy necesario ante la mastodóntica maquinaria de Hollywood, sino también para formar a esos pequeños espectadores que dentro de unos años pueden ser los continuadores de una cinefilia selectiva y reflexiva. Hay que defender un cine más artesanal que esquiva su falta de medios con altas cuotas de ingenio. No debemos domesticar ni aburguesar la mirada y mente cinéfila de nuestros pequeños: de ahí la importancia de nombres como Un gato en París.

Un gato en París presenta además una reivindicación del dibujo a mano en tiempos en los que los personajes sólo parecen tener píxeles. Por una parte, Un gato en París es una delicia porque se intuyen las ilustraciones en papel, montadas y dotadas de un relieve que nunca traiciona las luces y sombras del carboncillo original. Y por otra, el público infantil se sentirá atraido por el gato del título y la fabulación de un posible viaje por las azoteas y tejados parisinos a medianoche. Pero, y aquí reside el verdadero interés de la cinta, Un gato en París tiene un reverso adulto que los más experimentados releerán como homenaje al mejor cine negro y revisión cómica del cine gangsteril. En resumen, las imágenes de Un gato en París destilan cinefilia y emprenden la magna, necesaria y pedagógica misión de educar a las nuevas generaciones de cinéfilos. Tiene el suficiente ingenio para atrapar al espectador sin que todo quede desvelado y expuesto en la pantalla, dejando que los pequeños y no tan pequeños dejen volar su imaginación: esas son las mejores películas del género.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities
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22 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Nueva sorpresa en la animación francesa.
Francia vuelve a sorprender en la animación, Gagnol y Felicioli, donde la técnica no lo es todo, sino el transmitir y divertir, y donde una vez más se pone de manifiesto, que el dinero no va vinculado a la calidad.

La película trata sobre un gato, que de día esta con la pequeña Zoe, y su madre, jefe de la comisaría de policía y viuda a causa de un malvado contrabandista, y por la noche con el ladronzuelo Dino. Una noche ambos se encuentran por varias casualidades a causa de ese malvado contrabandista y ese será el principio de una noche inolvidable.

La animación, técnicamente no tiene una gran calidad, pero lo que son los dibujos, son atractivos y atrayentes, como si disfrutaras con cada fotograma, debido al color a la evocación sentimental que causan, y aunque el detallismo no es su principal baza, la historia sí.

Un guión, destinado a los más peques sobre todo, pero que los más grandes también pueden disfrutar, de una historia, algo fantástica pero calida y afable, que se hace gustar y que al final se acaba disfrutando, y rememorando.

No dejen de verla y sí tienen un gato, vigílenlo por la noche, igual no es lo que parece.
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17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
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