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Lunas de hiel (1992)

Lunas de hiel
139 min.
7,1
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Tráiler (INGLÉS)
Sinopsis
Nigel (Hugh Grant) y su mujer Fiona (Kristin Scott-Thomas) son un matrimonio británico de crucero para celebrar su séptimo aniversario de boda. A bordo conocen a la atractiva y deshinibida Mimi (Emmanuelle Seigner) y a su marido Oscar (Peter Coyote), un norteamericano que está inválido en una silla de ruedas. Nigel empieza a sentirse atraído por Mimi, y Oscar, que se da cuenta, le propone que intente seducirla, pero antes le cuenta cómo eran las experiencias sexuales con su mujer antes de sufrir el accidente que lo dejó paralítico. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Erótico Celos Película de culto
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
Bitter Moon (Lunes de fiel)
Duración
139 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Francia-Reino Unido;
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9
LA DEGRADACION ABSOLUTA DEL AMOR.
Pocas películas en la historia poseen la honestidad brutal y agobiante de Lunas de hiel. Ejecutada a la perfección por un sobreviviente de mil vidas como Polanski, el polaco va directo al hueso y nos espeta en el rostro y sin la menor sutileza, la degeneración del amor entre un hombre y una mujer. Sugiero que quienes conservan las esperanzas de encontrar el amor o quienes aún creen que todavía se puede vivir una relación plena de compañerismo y felicidad, desistan de ver la película. No les va a hacer nada bien a sus convicciones amorosas. Esto es lisa y llanamente el descenso a los infiernos de dos que alguna vez se amaron. En un cruzero de placer se conocen dos matrimonios que, durante la travesía, van a ir desgranando entre anéctodas y secretos los cómo y los porqué se encuentran allí. Haciendo uso constante del flashback el director va adentrando a los esposos en el mundo conyugal de cada uno, y en especial del mayor, que parece desesperado por contar cómo llegaron con su esposa hasta allí. Peter Coyote interpreta a éste señor, inválido y postrado, casado con una bestia sexual joven y lujuriosa papel a cargo de una Emmanuelle Seigner en el colmo de su hermosura. Lentamente el pobre lisiado se despacha con la historia de su matrimonio que no ahorra detalles de humillación, locura y degeneración extremas. Tanto envilecimiento hace dudar si lo que está narrando es cierto o son sólo las fantasias de un viejo verde enfermo; pero a medida que la película va transcurriendo comprendemos que el viejo y su esposa están ocultando algo muy sucio. Recuerdo que la ví en ocasión de su estreno hace casi 20 años y quedé perpleja ante una película que podía decir tanto sobre las relaciones humanas en tan solo 2 horas. La ví nuevamente después de casi 2 décadas y volvió a impactarme la crudeza con que Polanski muestra la desintegración más corrosiva de una relación. La profanación del amor-odio como no se volvió a ver nunca más en la pantalla. No es un 10 por que el final no le hace justicia a tremendo film.
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124 de 139 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Sobre el sexo extremo (Crítica no recomendada a menores de 18 años)
Nigel y Fiona son los dos componentes de un aburrido matrimonio. Y cuando digo aburrido, me refiero al apartado referido a lo sexual.
Para celebrar el séptimo aniversario de casados, Nigel decide sorprender a Fiona con un crucero con destino a la India para, según él, encontrar "la serenidad espiritual"; sin enterarse de que lo que a ella más bien le haría ilusión son menos soplapolleces y más polleces (o pollazos, en un momento dado), y a la serenidad espiritual que le vayan dando morcilla. Y me solidarizo con la señora, ya que la figura de su esposo se nos presenta como la de un señor de lo más apagado que se pueda imaginar. Y pasar siete años con un tío al que jamás se le ocurriría soltar por la boca una lindeza del tamaño "quítate las braguitas y abofetéame con ellas la cara que quiero comprobar lo mojadas que están" debe de ser, a la larga, un coñazo. Este como mucho, de los del misionero y hasta mañana (y recalco: como mucho). Así que para su desgracia, tiene bastantes papeletas para lucir en un futuro no muy lejano una formidable cornamenta.

Para suerte o desgracia del matrimonio, en el viaje se cruzarán con otro par, que estos sí, se encuentran situados en el extremo opuesto en cuanto a forma de ver y de sentir el sexo; El minusválido Oscar y la exótica Mimi; libertinos extremistas de los placeres carnales más esplendorosos y radicales (muy sano y recomendado por este que os escribe)
Durante el viaje, Oscar pondrá el punto de mira sobre el anodino Nigel, para por distintas sesiones relatar con todo lujo de detalles la vertiginosa historia de relación vivida con Mimi desde el mismo día en que la conoció. El muchacho Grant, pese a que hace gala de una tremenda hipocresía al mostrar horror ante lo narrado, se va dejando querer puntual como un reloj atraído por el irresistible deseo carnal hacia ella; y con la sana intención de meterla en el catre, por supuesto (lo que yo te diga, tonto pa lo que le conviene).

Magnífico uso dado al brick de leche, danza de infarto, culo de ensueño, ama-esclavo, lluvia dorada televisiva, celos, venganzas, obsesión, lujuria, obscenidades, exaltación, furia, pasión... todo eso nos llegará a borbotones de la mano de Lunas de hiel; pero amor... de eso creo que no.

Muy buena película, y al final... (sólo en spoiler)
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106 de 150 usuarios han encontrado esta crítica útil
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