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Fuego en la sangre (1965)

Sinopsis
Cuando Emiliano es asesinado y Galaor (Julio Aldama) el hombre que disparó se entrega a la justicia alegando defensa propia, Cristina (Libertad Leblanc) la esposa y su primo don Crispín (Guillermo Battaglia), clamarán por justicia… ¡aunque tengan que tomársela por su propia mano! (FILMAFFINITY)
Género
Drama Comedia
Dirección
Reparto
Año / País:
/ México México
Título original:
Fuego en la sangre
Duración
75 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción México-Venezuela-Argentina;
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6
¿En manos de Dios está la justicia?
Sí, en manos de Dios está la justicia… y es sin duda nuestra única esperanza, porque, entre los hombres, sólo hay justicia cuando el delito lo comete el pobre contra el rico, el débil contra el poderoso o el negro contra el blanco. Pero, cuando es a la inversa, cuando el pobre, el débil o el negro son las víctimas, habrá negligencia, impunidad y olvido en la mayoría de los casos.

Cuando se encuentra con la familia a la que ignoraba pertenecer y con la que se entera de que su padre fue asesinado, también Tomás, el pariente de don Crispín que ahora aspira al sacerdocio, va a rechazar de pleno su pedido de venganza porque él es de los que creen que “en manos de Dios está la justicia”.

A los hombres de esta familia, no les despierta mucho entusiasmo asumir el rol de vengadores. Primero, porque temen a la destreza que tiene el señalado asesino con el revólver, y después, porque vengar a un perfecto hijo de… como era Emiliano, quien vivía aprovechándose de todo el mundo, no les parece que tenga sentido. Pero, la sociedad en sus rancias tradiciones, reclama venganza, y no importa cómo ni por qué fue muerto el que murió, pero hay que vengarlo para ‘resarcir el honor a la familia’. ¿Quién, entonces, va a poner el pecho?

Si les atrae este cuento, hay que ver “FUEGO EN LA SANGRE”, una de esas películas que, en nuestra adolescencia, solíamos ver en el Teatro México de Itagüí, animados única y exclusivamente por su protagonista Libertad Leblanc, ‘la reina rubia de la sensualidad’ que aquí, como Cristina, por primera y única vez, utiliza el cabello oscuro -con el que naciera-, para poder adecuarse al rol de viuda negra como pretende parecer.

Un guion del médico y político Alfonso Díaz Bullard -quien ocho años después ganaría el Concurso Nacional de Narrativa Mexicana por “La Choca” (1972) llevada luego al cine- fue el punto de partida para esta curiosa película que dirige René Cardona Jr., hecha como un drama rural que luego se entremezcla con simpáticos toques de comedia, y que pintaba bastante simpática… hasta que pesan más las rancias y absurdas tradiciones, que la razón y el progreso humano.

Estupendo el personaje del comisario que representa Raúl del Valle, ejemplo del hombre de ley que se merece cualquier sociedad. Muy sobrio, Julio Aldama, como el hombre forzado por un trágico destino. Simpatiquísimo Guillermo Battaglia como el “envalentonado” don Crispín; y bueno, Libertad Leblanc, todavía muy linda con su cabello negro, jugando a ser una mujer de pelo en pecho… pero, menos mal que comprende que preferimos su pecho sin pelo alguno.

Cuando el machismo desaparezca de la tierra, vamos a ser 50% más felices de lo que somos hoy día… El otro 50% será cuando elijamos a una clase política dotada de conciencia.
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