Kindergarten (Jardín de infantes) (1989)

De todos los directores de cine que admiro, después de Martin Rosen, Jorge Polaco es de mis favoritos por tener un estilo fuera de lo común, rompiendo con la monotonía cinematográfica a través de un estilo que para muchos puede resultar raro (en el sentido de que es extraño, no tiene sentido valga la redundancia) y muy ''aburrido'' para las personas que crecieron con el explotable cine comercial de los grandes estudios de los Estados Unidos de América, pero para quienes vemos un tipo de cine diferente al brutalmente acaparado por los yankees es algo que nos saca de las repetitivas propuestas de lo antes mencionado. Jorge Polaco es de esos directores que son señalados por el dedo y atacados sin piedad por ir ''contracorriente'' en una sociedad donde se castiga a quienes hacen algo diferente, y muchos de los que están leyendo esta crítica me estarán tachando de loco, demente, por calificar de 10 a una película como esta, pues cada quién es libre de opinar lo que uno quiera... pero si no la quieren leer, simplemente no lo hagan. Dicho esto aquí va mi crítica.

La trama de la película, si bien es abstrusa (hasta el mismísimo Jorge Polaco dijo durante la proyección de su película en el Festival de Cine de Mar del Plata en 2010 que la película no está hecha ''para gustar o no gustar'') se podría decir que es como un rompecabezas mental para reunir las piezas y saber de que va, pero se deja ver y entender así que con eso basta, en todo momento se siente gran intensidad.

Destaca por su hermosa estética y el reparto que es conformado por la talentosa Graciela Borges y el niño Luciano que hace una interpretación muy natural y propia de él mismo así como también de la banda sonora que la conforma, absoluta belleza.

Absolutamente recomendable.