arrow

Nick Carter, aquel loco, loco, detective (1978)

Nick Carter, aquel loco, loco, detective
102 min.
6,3
97
Votar
Plugin no soportado
Añadir a listas
Disponible en:
Suscripción
Sinopsis
Nick Carter, consumado artista del disfraz y detective que aparte de sus condiciones físicas ya utilizaba el método deductivo para solucionar los casos criminales, se traslada a Praga, donde investiga la misteriosa desaparición de un perro propiedad de una duquesa. El perro no ha sido sino una víctima para probar la capacidad de Adela, la nueva arma secreta de «El Botánico», viejo enemigo de Nick Carter. (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Intriga Siglo XIX Parodia Steampunk Crimen
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Checoslovaquia Checoslovaquia
Título original:
Adéla jeste nevecerela
Duración
102 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1978: Festival de Sitges: Mejor fotografía
7
Antes que Sherlock estuvo Nick Carter.
383/27(27/11/22) Entusiasta y refrescante thriller-comedia checo dirigido por (el a reivindicar) Oldřich Lipský, con guion propio junto a Jirí Brdecka (“Pozor”), todo un festín visual cargado de imaginación y creatividad puesta al servicio de amenizarte un rato, y a fe que lo consigue, no pretende más que ser un pasarratos colorido, se notan algunas carencias, pero las subsana con espíritu gamberro. El protagonista Nick Carter es un popular personaje de ficción, creado por John Russel Coryell en 1886 en una Dime Novel (novela de diez centavos), publicación barata y sensacionalista pariente próxima de las revistas pulp. Aunque su vida ha dado muchos tumbos en diversas novelas, radioteatro, comics, revistas y una trilogía cinematográfica con dos de sus películas a cargo de Jacques Tourneur, personaje considerado una especie de Sherlock Holmes a la americana, aunque salió a la luz un año antes que el detective inglés. Oldrich Lipský se basó en esta concepción del héroe para una jolgoriosa parodia, mezclando ideas, donde se ven trazas de ser una especie de james Bond mezclado con ‘La pequeña tienda de los horrores’ (1960), donde las influencias posteriores están claramente en el Inspector Gadget, con Nick manejando todo tipo de artilugios steampunk (antes de que esta corriente apareciera), de los que le gusta alardear de quien provienen, ejemplo cuando saca su escopeta de rayos y dice que la dio Wilhelm Röntgen, inventor de los Rayos X.

Es el paso del siglo XIX al siglo XX. La condesa Thun (Kveta Fialová) le pidió al famoso detective de Nueva York Nick Carter (Michal Docolomanský) que viajara a Praga para que la ayudara a resolver el extraño caso de un perro desaparecido. Carter es asistido por el comisario de policía de Praga, Ledvina (Rudolf Hrusínský). Misteriosos casos de asesinato ocurren durante las investigaciones, realizadas por el malicioso botánico Baron von Kratzmar (Milos Kopecký) y su planta carnívora Adela. Von Kratzmar secuestraba a sus víctimas, las ataba y cada vez que tocaba un gramófono con la melodía "Schlafe, mein Prinzchen" (una canción de cuna de Bernhard Flies pero previamente asociada con Wolfgang Amadeus Mozart) es hora de que Adela despierte y se coma a sus víctimas para la cena.

Metraje adornado por un tsunami de efectos visuales exuberantes propios del cartoon más alocado, creados estos efectos por el aclamando (y con toda justicia) por el artista pragués Jan Švankmajer (gran referente para Terry Gilliam y Tim Burton), capaz de diseñar todo un arsenal de aparatos excéntricos como un gorrocóptero, una cama trampa mortal, lanzador de gancho, un rifle solar, puros-dinamita (cortesía de su amigo Alfred Nobel), un puño muelle en su bombín, una bici-voladora, un calzado para andar por fachadas, un traje (multiusos) negro con alas (y con una máscara con trompetilla ¿?) que recuerda indefectiblemente a Batman, incluso máscaras perfectas para suplantar personas (precursor de las de Misión Imposible), añadiendo pastillas para perder panza (¿?), y más, utilizando recursos como dibujos animados (genial como presenta al villano) o stop-motion, sobre todo para la planta carnívora Adele (clara deudora de Audrey II de “La pequeña tienda de los horrores” de 1960, aunque sin hablar), extraña planta poseedora de especie ojos, con dientes y una gran lengua, articulándose cual cobra con la música para engullir gente, recordándome en esto a la mítica escena de “Fargo” con el pie por fuera en la trituradora de madera. Con momentos épicos como una caída de globo aerostático.

Un orgulloso de serlo caricaturesco relato, con mucho del espíritu del cine mudo en sus numerosos slapstick silentes, repleto de mucho humor, no de carcajada efímera, si no de sonrisa duradera en como emite vitalismo, como proyecta ser una máquina del tiempo que nos retrotrae a nuestra infancia. Una historia de aventuras cargada de candidez en, de sentido alegre. Donde no hay más que un claro subtexto de clásica batalla del Bien vs Mal, y a cada lado personajes pintorescos con sus némesis, con un Héroe inteligente, valiente, intrépido, caballeroso, con su Watson particular en el comisario gordinflón checo (amante de la cerveza y las salchichas al que da vida un jocoso Rudolf Hrusínský), incluso habiendo tiempo para un naif romance con Kvetuska (sosa Nada Konvalinková); ello frente a un Villano Pulp viscoso (especie de Profesor Moriarty), con un bigotito manubrio, ingenioso, Mad Doctor de las plantas, interpretado por un gran Milos Kopecký que se nota disfrutando en su papel de malo malísimo, genial cuando se funde con la música para con gestos de manos manejar a Adele. Esa efusividad la traslada al espectador en su guiñolesca figura. El actor hizo carrera interpretando a villanos excéntricos en las películas de Lipský, aunque también interpretó al Baron Prasil (alter ego de Munchausen) en la película animada híbrida de Karel Zeman. Teniendo sicarios estrafalarios que le ayudan como un divertido enano, con incluso una femme fatale a su servicio, encarnada por una sensual Olga Schoberová, que se desdobla en varios personajes, de inocente criada a sexy bailarina de cabaret.

Un hilarante film que demuestra en su inicio el tono satírico del género de super detectives, ello cuando vemos a Nick Carter en su oficina en una mañana rutinaria, teniendo que combatir a tres asesinos en su despacho, eso sí, con mucha flema, sin perturbarse lo más mínimo. Para luego llevarnos a Praga donde todo es posible al enfrentarse a su gran enemigo ‘El Botánico’. Desarrollando una fluida y ágil narración donde la acción nunca para, y donde el tono de ligereza y comicidad es permanente, hasta desembocar en su bizarro rush final, cornado por un toque muy moderno en forma de epílogo pro-secuela.
[Leer más +]
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más información sobre Nick Carter, aquel loco, loco, detective
Fichas más visitadas