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Touch the Sound: A Sound Journey with Evelyn Glennie (2004)

Touch the Sound: A Sound Journey with Evelyn Glennie
99 min.
7,1
46
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Sinopsis
La percusionista sorda Evelyn Glennie se unió al cineasta Thomas Riedelsheimer para realizar este documental en el que a través de juegos de imágenes y sesiones musicales, que van desde la improvisación en un restaurante con latas y palitos chinos a una sesión de grabación con el músico vanguardista Fred Frith, pretende cambiar nuestra manera de ver -más bien de sentir- el sonido. (FILMAFFINITY)
Género
Documental Documental sobre música
Dirección
Reparto
Documental
Año / País:
/ Alemania Alemania
Título original:
Touch the Sound: A Sound Journey with Evelyn Glennie
Duración
99 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Alemania-Reino Unido;
Premios
2004: Premios del cine Alemán: Mejor diseño de sonido
2004: Nominada en los Premios del Cine Europeo: Mejor documental
2004: Premios BAFTA - Escocia: Mejor documental
2005: Festival Internacional de Bangkok: Mejor documental
6
“No puedo explicar cómo escucho la música con el cuerpo, de la misma forma que alguien que escuche la música con el oído tampoco puede explicar cómo”
Dentro de los documentales musicales podemos encontrar 3 tipos predominantes: los documentales que se centran en algún aspecto concreto de la música (festival, estilo, momento clave dentro de la música, sello discográfico…) los documentales-concierto y los biográficos. En los últimos años es cada vez más habitual encontrar estos documentales híbridos que caminan entre el concierto y la biografía de cualquier músico con un modelo de guión bastante claro y sencillo: canción, conversación biográfica, canción, conversación biográfica, canción, conversación biográfica… ad vitam aeternam. Personalmente encuentro un “tufillo” bastante considerable de autopromoción en este tipo de documentales e independientemente de si el músico me gusta (A Propósito de Rodriguez), lo detesto (Jonas Brothers: The 3D Concert Experience) o incluso, como es el caso de Touch the Sound, desconocía quién era Evelyn Glennie, me suelen molestar bastante.

Aunque es cierto que en Touch the sound existe una propuesta distinta, intenta salirse de esta visión biográfica, aportando unas interesantes imágenes de cómo nos relacionamos diariamente con el sonido. Desde las tranquilas playas de Escocia a las ruidosas y estridentes calles niponas, la vida urbana y la naturaleza nos proponen una melodía en la que, por desgracia, rara vez reparamos, un sonido que escuchamos, que sentimos, que forma parte de nuestra vida, pero que al final no nos tomamos el tiempo para oírlo como tal.

Aun así, no puedo evitar tachar este tipo de documentales como promocionales, siendo su principal fin acercar su figura a sus seguidores y quizás por el camino ganarse otros con su trabajo. No estoy negando que Everlyn sea una talentosa percusionista que indaga incansablemente en los límites del sonido, buscándolos en cada rincón y exprimiéndolos de una manera bastante asombrosa. Su talento es innegable, su fuerza y lucha contra las adversidades es incuestionable, pero como documental cinematográfico que es, lo considero bastante plano, con limitadas libertades creativas (aunque también hay que decir, que es más creativo que otros documentales híbridos que he visto) y que su único objetivo es acercarnos el personaje de la manera más eficaz, lineal y simple posible.

Este “Viaje a través de Evelyn” beneficia a su trabajo creativo y su maravillosa capacidad para hacer música con cualquier cosa. Personalmente encuentro decepcionante como espectadora, su forma de no darle importancia a su condición de música con sordera. Es cierto que Everlyn es tajante al respecto: “El oído es una forma de tacto”, “Uso el cuerpo como una caja de resonancia” o “No puedo explicar cómo escucho la música con el cuerpo, de la misma forma que alguien que escuche la música con el oído tampoco puede explicar cómo” estos comentarios unidos a alguna escena donde enseña a “sentir” la música a una niña con sordera, nos dan una idea leve de algo absolutamente extraordinario y admirable. Pero me queda la impresión que se ha desaprovechado una oportunidad perfecta para explicar con más precisión cómo consigue nuestra protagonista entender la música y casi lo más importante, como logra crearla con este aparente “hándicap” que demuestra, a la larga, que no lo es.

Así que el visionado de Touch the sound resultará interesante para acercarse a la autora, a su vida personal y profesional, generando por el camino algunas imágenes bastante bellas y poderosas, pero destacando principalmente en como la fuerza de voluntad, las ganas de disfrutar y trabajar en lo que gusta puede resultar más poderoso que cualquier discapacidad existente.

Entrada escrita para http://cinemaadhoc.info/
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
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