Depredadores del desierto (2003)

Jason Wulfsohn dirige esta película de origen inglés que nos transporta a un movidito desierto de Namib.
A él llega un científico muy habituado al duro trabajo en los laboratorios, pero no al trabajo de campo. Sus conocimientos y habilidades se pondrán a prueba al comenzar a aparecer cadáveres por doquier, a producirse extrañas matanzas por un extraño ser. Junto con otros supervivientes de la base del desierto, ha de investigar qué se esconde tras la muerte y la indestructible criatura.
Esta película, con un aire muy “de telefilme”, sin excesivo presupuesto, resulta un cómodo entretenimiento que no nos exige demasiado esfuerzo mental ni nos ofrece demasiada calidad, sólo entretenimiento y tampoco muy creativo ni espectacular.
Sus localizaciones son quizás el punto más fuerte de su puesta en escena, los efectos especiales son bien discretos (y malos por momentos), las interpretaciones y el guión no resultan en absoluto memorables y el la resolución de sus nudos argumentales, como en tantas otras ocasiones, se presenta tramposa para con el espectador.
Prescindible.
Enoch

La típica película para ver sólo en casa un día aburrido, o para pasar el rato, sólo o con los amigotes, mientras uno cena, sin más. No aporta nada nuevo, ni hace una revisión al género, ni nos regala con guiños y homenajes a películas o series B de temática similar. Sigue un patrón clásico sin añadir ninguna novedad. Pero en todo caso, las he visto peores. Entiendo que esta película pueda parecer un despropósito y una porquería a algunos, pues no es nada del otro mundo, pero, desde luego, no prometían nada del otro mundo y no lo dan, cosa que, por lo contrario, si sucede con otras tantas películas: o sea, prometen una gran película, y a la hora de la verdad no te dan nada. Ya sólo por eso les doy un punto de los cinco que les he dado. Esta cinta se hizo sólo para entretener unos minutos, sin más pretensiones, y eso hace. No hay grandes actores, no hay acción a raudales, no hay grandes diálogos, ni puede presumir de tener efectos especiales de gran calidad, aunque, ¡sí, sí, efectos especiales los tiene!, hoy en día, ¿quién no dispone de unos efectos especiales mínimos? Es, simplemente, una película modesta de bajo presupuesto, de serie B, diría yo, si actualmente las películas de hoy pudieran tener ese tufillo de serie B de antaño (que se debía, muchas veces, a unos efectos especiales cutres y no digitales, precisamente). Bien es cierto que con lo poco que tenían, podían haber hecho una película más graciosa, con diálogos más humorísticos y vivos (recuerdo aquella clásica película de "Temblores", que también ocurría en un desierto, aunque los bichos eran distintos, donde todo lo que no tenía en efectos especiales le sobraba en dosis de humor), pero no se puede pedir todo.