arrow

Corrientes de amor (1984)

Corrientes de amor
134 min.
7,3
1.010
Votar
Plugin no soportado
Añadir a listas
Trailer
Sinopsis
Unos pocos días en la vida de un famoso escritor, que llena el vacío de su existencia saltando de una relación a otra, y su hermana, recién divorciada y con una traumática relación con su hija. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Cine independiente USA Melodrama Drama psicológico Familia
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Love Streams
Duración
134 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1984: Festival de Berlín: Oso de Oro, Premio Internacional de la Crítica FIPRESCI
8
Tempestades de amor
Penúltimo largometraje del actor, guionista y realizador independiente John Cassavetes (N.Y. 1929- L.A. 1989), es un film singular y atípico, posiblemente el más anticonvencional del autor. El guión, de Ted Allan y John Cassavetes, se basa libremente en la obra de teatro “Love Streams” (1980), de Ted Allan. Gana el Oso de oro y el Fipresci de Berlín (1984). Producido por Menahem Golan y Yoran Globus para Cannon Films, se estrena el 24-VIII-1984 (EEUU). La acción principal tiene lugar en 1983 en la propia casa del protagonista, Robert Harmon (Cassavetes), en California, próxima a L. A. y en sus alrededores, con dos desplazamientos, uno a Chicago (Illinois) y otro a Las Vegas (NV).

Como es habitual en los trabajos del realizador, el film se basa principalmente en la descripción de la vida de los protagonistas, Robert y Sarah (Rowland). Él es un novelista rico y acreditado, que está trabajando en la concepción de una nueva novela, centrada como sus obras anteriores en la figura de la mujer, la vida nocturna y la prostitución. Sarah padece desequilibrios emocionales y psiquiátricos, con episodios bipolares. Ambos se sienten solos y desamparados. Ambos son de media edad y viven situaciones paralelas y similares, pero a la vez muy diferentes.

El film compone dos extractos de unos pocos días de la vida de dos personajes. La narración en paralelo permite contrastar las dos experiencias, definir sus diferencias y profundizar en el mundo interior de dos personas afectadas por problemas que generan reacciones diferentes de lucha y resistencia. De la mano de las dos experiencias, Cassavetes desgrana sus ideas sobre el amor humano y las define con precisión y riqueza de detalles. Lo hace, además, con convicción, claridad y una cautivadora sinceridad. No expone sus ideario de modo directo y sistemático: lo hace, sobre todo, indirectamente, a través de detalles, gestos, matices y pequeñas incidencias concretas que reclaman la atención del espectador.

La narración se apoya en planos largos, movimientos de cámara parcos y un cierto estatismo del objetivo, que más que ir en busca de la acción, espera con parsimonia que ésta se sitúe y se desarrolle ante él. No hace uso del recurso de la cámara al hombro, habitual en el realizador. Inserta escenas de sueños o alucinaciones, que trasmiten al relato un cierto aire surrealista que llena la atmósfera de interrogantes, inquietudes y una cierta inseguridad. La película es magnífica, fresca y sincera, cautivadora e interesante. Culmina en un emocionante final abierto e indefinido.
[Leer más +]
28 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Ya casi no estoy loca
“La vida es una sucesión de suicidios, divorcios,
promesas rotas, niños borrachos y qué sé yo.”
Diálogo de la película


Toca hoy recordar la que fue penúltima película de John Cassavetes y, de paso, recordar al propio Cassavetes, padre y origen del cine independiente estadounidense, mucho antes de que el festival de Sundance pusiera de moda la etiqueta del llamado cine indie.

Corrientes de amor es una preciosa comedia dramática, llena de desequilibrios, como desequilibrados son sus personajes, Robert y Sarah, dos hermanos de mediana edad, que se mantienen a flote como torpemente saben, en medio de su propio naufragio de soledad y ansia de cariño. El título de la película viene de una frase que ella repite varias veces, como un cliché sobre el que apoyarse, algo así como que el amor es como una corriente de agua, que nunca se corta. Pero sí se corta, como le advierte su psiquiatra y ella se niega a ver.

Sarah es una mujer cuyo matrimonio fracasa y cuya hija adolescente elige vivir con su padre. Robert es un escritor con modales y frases de galán otoñal que compra con dinero la compañía de mujeres, porque no soporta dormir solo. Incapaces de ocuparse de otros (Robert se hace cargo de su hijo durante un fin de semana y lo aprovecha para irse a Las Vegas con prostitutas mientras deja al niño en el hotel), ni de sí mismos (Sarah viaja por Europa por recomendación de su psiquiatra y, con una expresiva pincelada, la vemos desbordada por los aeropuertos acarreando una cantidad de maletas cada vez más imposible), acude ella a la casa de él a vivir durante unos días.

Cassavetes radiografía la patética desesperación de sus personajes sin tapujos, pero en el fondo con una tierna compasión y con no pocas gotas de humor. Ahí queda la escena en que Sarah decide que su hermano necesita una pequeña mascota de la que ocuparse y, torrencial como es ella, vuelve a la casa con dos ponis, un perro, un pato, unos pollitos y una tozuda cabra. O el diálogo en que ella dice que ya casi no está loca.

La estructura de la película se sale de la norma. No puede decirse que haya un planteamiento, nudo y desenlace, ni tampoco una progresión dramática al uso. Ni presentación de los personajes. Comienza cuando lo hace y termina en el momento en que Cassavetes quiere, por lo que exige un cierto esfuerzo del espectador por participar de la trama y hacerse con ella. Corrientes de amor es una película de personajes, algo más frecuente en el cine de los años 70 de lo que es ahora. Claro, que era una época espléndida en que el cine estadounidense se hizo adulto y trató a los espectadores como si también lo fueran.

http://negrocomounanochesinluna.wordpress.com
[Leer más +]
17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más información sobre Corrientes de amor
Fichas más visitadas