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El fascismo ordinario (1965)

El fascismo ordinario
138 min.
7,7
377
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Sinopsis
Se presenta como un documento histórico dividido en una serie de capítulos, en los cuales se analiza el surgimiento del fascismo en Alemania como consecuencia de la gran crisis del capitalismo a finales de los años 20 y el auge del nazismo apoyado por el capital financiero alemán. Usando materiales fílmicos provenientes de los archivos nazis, Mikhail Romm, discípulo de Eisenstein, analiza mediante en un relato ameno e impactante, y muy irónico, el carácter populista del fascismo y el efecto de la propaganda en la psicología de masas, que llegó a extremos tales de hacer del ser humano simples máquinas de matar. (FILMAFFINITY)
Género
Documental Bélico Documental sobre Historia Nazismo II Guerra Mundial Política
Dirección
Reparto
Documental
Año / País:
/ Unión Soviética (URSS) Unión Soviética (URSS)
Título original:
Obyknovennyy fashizm
Duración
138 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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8
El fascismo ordinario
¿Qué sabemos del fascismo? ¿Sabemos que un día fue una máquina de generar muerte y destrucción? Parece que algunos lo han olvidado, y es este el documental para ver los entresijos de la Alemania Nazi (y en menor medida la Italia del fascio).

Aporta un interesantísimo punto de vista con imágenes reales extraídas de los archivos del III Reich sobre como la demagogia y la violencia pueden desencadenar unas consecuencias tan aterradoras. O cómo los mismos que auparon al poder al NSDAP fueron los mismos que seguían manteniendo el poder económico en la Alemania de después de la guerra, ya saben, los Thyssen, Krupp y cía.

El fascismo como nunca lo habían visto. Muy recomendable.
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28 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El corazón de las tinieblas
Explicar el mal, el horror más absoluto, no ha sido nunca fácil, pero siempre necesario, pues solo intentando comprenderlo empezaremos, quizás, a evitarlo. Sin duda ese fue también el objetivo de Romm cuando realizó este excelente documental, y es que a cualquier persona con inquietudes o intereses históricos le ha intrigado siempre el ascenso del fascismo o del nazismo.

A estas alturas son muchos los documentales y películas que se han realizado en torno a este asunto, y muchos de ellos son magníficos, pero pocos son los que logran o intentan sinceramente penetrar en el corazón tenebroso del problema: ¿por qué los alemanes siguieron a Hitler? Los historiadores han vertido ríos de tinta, aduciendo causas políticas, sociales, económicas...han explicado paso a paso la construcción de una sociedad totalitaria, pero siempre han encontrado mayores problemas para explicar -y explicarse- el comportamiento colectivo del pueblo alemán. Y esto, que es lo más importante, es lo que trata de analizar Romm en esta cinta, que mantiene siempre un tono personal, pues al realizador le interesa guiar al espectador a través de su estupefacción, de sus dudas, del horror que observa.

Dividido en dieciséis episodios que tratan de ilustrar diversos aspectos del fascismo y conducido por una narración en off que evita la neutralidad y la asepsia (incluso, en muchos momentos, es notable la ironía con la que comenta lo mostrado en las imágenes), el documental se centra no en los grandes acontecimientos del nazismo, que en general son apenas apuntados, sino en los aspectos menos llamativos (de ahí el título) pero al tiempo más recurrentes de la nueva sociedad nacionalsocialista. Así, mediante un exhaustivo trabajo de documentación, se nos muestran las fiestas, los desfiles, los cuadernos escolares de los niños, el arte, y en general todos los ámbitos en los que el nazismo intervino o influyó con su inequívoca vocación totalitaria. Con extraordinaria habilidad el documental nos conduce desde lo cotidiano hasta lo extraordinario, estableciendo así un nexo de unión entre las pequeñas acciones del día a día y los horrores del mañana, o lo que es lo mismo; desde una simple celebración popular con los jerarcas nazis bebiendo cerveza, hasta Auschwitz.

Pero tal vez lo más inquietante sean algunos nexos de unión que el director hace con su tiempo (1965), pues de algún modo parece sugerir que la sociedad que dio lugar al nazismo no fue, en esencia, tan distinta a cualquier otra, y que por tanto, en cualquier momento la locura fascista puede revivir; acaso sólo son necesarios un hábil embaucador y un determinado estado de ánimo, proclive a dejarse llevar y sobre todo, a no pensar. Romm insiste mucho en este punto, enfatizando que el hombre, desde la más remota antigüedad, se ha caracterizado por tener inquietudes, por ser curioso, reflexivo y creativo; son estas cualidades las que el fascismo corrompe, incluso hasta su negación, diluyendo a la suma de seres pensantes en masa manipulable y ciega.

Por tanto, y a modo de conclusión, parece que Romm centra en esa negación de lo "humano" la causa esencial del ascenso del fascismo, perspectiva en el fondo muy ilustrada. En efecto, si la mayor negación del espíritu ilustrado fue el fascismo, parece lógico que el mejor remedio contra él no sea otro que el que apuntara cierto filósofo alemán: "Sapere aude" ("Atrévete a pensar").
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26 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
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