New Kids Turbo (2010)

Los cinco protagonistas de New Kids Turbo son los hijos de los Flodder, la otra familia neerlandesa que vivía siempre en el umbral de la exclusión social. Son Los Olvidados en la actualidad, poligoneros sin más interés vital que beber cerveza, dejarse crecer un mulletazo, escuchar hard-style a todas horas, tunear su coche y terminar todas sus frases con homo, incluídas las que también abren con dicha palabra. Ya despojada de todo significado, pues con el sobreuso que le dan es jerga cuando no una fórmula de sintaxis que sirve para denotar que se es de su estrato social y subcultura. Un día se quedan sin trabajo. Al siguiente se les retiran las ayudas sociales. Al inmediatamente posterior se les desahucia. Y ellos responden a todo lo anterior convirtiéndose en revolucionarios sin ideología alguna, en una amenaza para el sistema no fundamentada en el seguimiento de discurso burgués alguno. Son la reacción lógica a una acción que les perjudica, nada más. Ni les mueve la empatía para con los desfavorecidos ni la conciencia de clase ni mucho menos el deseo de un mundo mejor erigido sobre un obsoleto Marxismo fase beta sin adaptar a la realidad del ahora. Sencillamente sucede que se les agrede, se les priva de lo esencial, y deciden actuar al instante contra la adversidad. A lo bruto, con la retórica del puñetazo en la cara, con la dialéctica del balazo en la cabeza. Con el Love You More y 2 Unlimited sonando a todo muelle en vez de la misma canción de mierda que usan los revolucionarios de hoy con posibles y comodidades del ayer, la mierda esa de Bob Dylan sobre los tiempos cambiando. Que cuanto más volváis a usar la misma canción más sigue siendo todo lo mismo, subnormales.

New Kids Turbo es Torrente protagonizada por lo que parodian Die Antwoord en apariencia, no obstante hasta fusilan un par de coñas de la saga de Santiago Segura. Ahora bien, en realidad lo que hay es una película ultra compleja en forma y fondo. En forma porque arriesga al adoptar un modelo del que la gente suele reírse, lo poligonero, resultando esta tribu urbana quizá la única que si que no es una opción estética a seguir de adolescente sino algo que conlleva un determinismo, un ser pobre de nacimiento y casi seguro al morir también. Al usar a estos elementos de protagonistas –y sin reírse de ellos en momento alguno, algo digno de alabar- se trasciende otro modelo claro para el film –la serie Little Britain- y se prepara el terreno para ese subtexto que levanta la película, que en resumidas cuentas viene a ser que todo enfrentamiento frontal contra el sistema sólo podrá darse de forma no reflexionada por elementos de estratos ya no bajos sino de planta semisótano cuando dicho sistema les ponga en una situación extrema. Luego a esta reflexión le sigue otra muy bonita sobre que aunque exista efecto contagio en esta lucha contra el sistema éste sabrá extinguir más pronto que tarde dicho efecto, a buen seguro acogiendo en su seno a los instigadores. Cinco años antes de la victoria en las Municipales de Ada Colau esto resulta casi profético, si bien ya decimos, a los cinco protagonistas de aquí no les mueve ni la malicia ni el deseo de enriquecerse ni mucho menos usan las desgracias ajenas para ello, cosa que la otra ya tal. Y bailan hardstyle en vez de biodanza, que también es importante.

La movida es que New Kids Turbo, además, se permite una serie de innovaciones -que surgen del querer trascender la clásica secuencia arquetípica del cine comercial- que vienen a ser lo mismo que el intentar romper de contínuo la necia frase hecha que preside el habla común y a los medios de comunicación. Hay una lucha constante contra ese saber de qué manera comienza una secuencia y anticipar cómo acabará y qué violines de acompañamiento llevará. Si el sistema es lo predecible, lo regulado, lo que no contempla otro final o desarrollo diferente al que siempre se da, New Kids Turbo lo rompe de seguido en lo formal. Ya sea a través de la clásica secuencia post accidente de tráfico donde el héroe revive y –hete aquí el giro- se pone a mear media hora frente a la cámara o vía un doble deux ex machina final que nunca otros harían, el primero a través de un camionero progérico y con síndrome de down, un mongo ex machina, y el segundo a través de Paul Elstak cayendo del cielo para salvar al gafe de la pandilla. Una película que hable de revoluciones y no intente aportar en ese sentido pudiendo hacerlo perfectamente es una puta falacia cuando no mera propaganda cobarde. Y otra que hable de los excluídos con el tono de mierda –música incluída- de Los Lunes Al Sol y demás infamias es exactamente lo que se critica de fenomenal manera aquí, un docudrama rodado para el programa de Ana Rosa o Susana Grisso, un plagio de La Gente De Bart.

Lo confieso, dados los tiempos que corren y la sinopsis de la película... piqué. Pensé en que tal vez tendría la fortuna de divertirme con un agudo análisis, en clave de comedia, sobre la crisis que abate Europa y descubrir un film contestatario que promoviera.... pues nada de eso.
Estamos ante 5 descerebrados a los que despiden por besugos y que, en el marco de la crisis, se convierten en "modelo" para las revueltas sociales. Explicado así, todavía puedes pensar que promete. Noooooo. Es una repretición de chistes groseros, situaciones grotescas y escenas salidas de un mal programa de televisión (del que provienen algunos de los integrantes del equipo).
Un humor que tal vez sea la versión holandesa de Torrente, pero que, por comparación, convierte a la saga de Santiago Segura en perlas del séptimo arte. Sólo puede gustar a los amantes de la comedia gruesa e irracional.