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La vida y nada más (1989)

La vida y nada más
130 min.
7,0
1.158
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Disponible en:
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Trailer (FRANCÉS)
Sinopsis
Norte de Francia 1920. Casi dos años después de acabar la Primera Guerra Mundial, una bella y elegante mujer sigue intentando tener noticias de su marido, un militar desaparecido en el frente. Desplazada al aún desolado lugar de los sangrientos combates, conoce al comandante Dellaplane, responsable de una sección del ejército francés encomendada a la búsqueda e identificación de las víctimas de la guerra, pues miles de soldados franceses siguen desaparecidos o sin haber sido enterrarrados. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Romance Histórico I Guerra Mundial Comedia dramática
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
La vie et rien d'autre
Duración
130 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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Premios
1989: Premios BAFTA: Mejor película en habla no inglesa
1989: Premios David di Donatello: Mejor actor extranjero (Philippe Noiret). 2 nom.
1989: Premios César: 2 Premios. 11 nominaciones incluyendo mejor Película
1989: Premio del Cine Europeo: Nominada Mejor actriz (Snezana Bogdanovic)
1990: Asociación de Críticos de Los Angeles: Mejor película extranjera. 2 nom.
8
Poesía de la desolación
Dirigida por Bertrand Tavernier, se rodó en Verdún y alrededores. Ganó un BAFTA (película en lengua no inglesa), 2 César (actor y música original), un David di Donatello (actor extranjero), 2 premios europeos (actor y Premio Especial del Jurado), un LAFCA (film extranjero) y otros. Obtuvo 9 nominaciones a los César.

La acción tiene lugar en los alrededores de Verdún, a partir de octubre de 1920, con un apéndice (enero de 1922). Narra la historia del mayor Dellaplane (Phillip Noiret), encargado de la búsqueda e identificación de militares franceses desaparecidos durante la IGM. En su camino se cruzan dos mujeres: Irene de Courtil (Sabine Azema) y la maestra Alice (Pascal Vignal). La primera anda en busca de su marido y la segunda en busca de su amante, ambos desaparecidos en la guerra. Contrata a la segunda como ayundante de correspondencia y siente por la primera una creciente simpatía.

La película narra el absurdo de la guerra y la estela de desolación que deja, perceptible dos años después de su finalización. En obras anteriores, el autor había mostrado su preocupación por la muerte, que presentaba como una amenaza inquietante y próxima. Aquí, la muerte es una realidad tangible, espantosa, omnipresente, trágica y absurda. Más de un millón y medio de muertos y más de 350.000 desaparecidos han dejado al país en la ruína y a sus habitantes sumidos en la desesperación. El director transforma la narración trágica en una descripción lírica, profundamente poética. La desesperación se desgrana en versos de acendrado lirismo y gran belleza. Son escenas destacadas la de los familiares que buscan sobre una larga mesa objetos que permitan identificar a los suyos, la negativa de Dellaplane a seleccionar los restos del soldado desconocido (a enterrar bajo el Arco de Triunfo, de París), porque para él todos son identificables y la visión del túnel dinamitado por los nazis al paso de un tren de Cruz Roja.

La música, de Oswald D'Andrea, aporta una partitura original de cuerdas y viento, que evoca las composiciones de los años 20, especialmente las de Chostakovitch. Consta de 11 piezas, de gran belleza, de las que cabe destacar "Jinetes en la playa" y "La carta". La fotografía muestra preferencia por los paisajes brumosos, las imágenes sombrías y los grises azulados. El guión presta gran atención a la belleza de la palabra. Junto al absurdo y el horror, halla espacio para el humor, como el de la inesperada y precipitada sustitución de la maestra por el titular de la plaza, mutilado de guerra; la euforia del escultor; y las pretensiones de unos ciudadanos para que se alteren los límites de su municipio al objeto de que le corresponda algún caído en guerra para poder optar a subvenciones. La interpretación de Noiret es soberbia. La dirección deja constancia de su madurez y de una gran capacidad cinematográfica.

Película multipremiada. Antibelicista, repudia el absurdo de la guerra y describe con lirismo sus secuelas de miseria y desolación
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35 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Ejemplo supremo de romance no creíble
Siempre he mantenido que algunos defectos aparecen recurrentemente en el cine, de manera tan repetitiva que se han convertido en normales. Convivimos con esas fallas (a menudo argumentales) y a veces no nos damos ni cuenta. Hilando aún más fino, muchos de estos defectos recurrentes se deben al hecho de que el cine tiene que contar muchas cosas muy emocionantes en muy poco tiempo. A diferencia de la literatura, en el cine no hay posibilidad material de explayarse, a no ser que tengas los cojones/ovarios como Claude Lanzmann y hagas un documental de nueve horas.

Ejemplos de este corre-que-te-pillo narrativo serían: personas normales que se convierten en héroes de la noche a la mañana, santos que se convierten en villanos psicópatas por una sola causa concreta, individuos que se vuelven locos en cinco minutos, asesinos que tras una vida de maldades dan su vida por el bien en el último momento...

... y, por supuesto, los romances imposibles.

Viendo "La vida y nada más", creo que he presenciado la historia de amor más condensada y absurda que jamás se ha rodado. Pasemos a "spoiler".
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28 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
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