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De jueves a domingo (2012)

De jueves a domingo
96 min.
6,0
343
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Tráiler HD (ESPAÑOL)
Sinopsis
Dos niños viajan junto a sus padres hacia el norte de Chile por un fin de semana largo. Mientras la soledad del paisaje y el encierro del auto evidencian los conflictos de la pareja, Lucía y su hermano van contra el viento, sin saber cómo esta última oportunidad se va convirtiendo en la despedida del padre y posiblemente en el último viaje familiar. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Familia Road Movie
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Chile Chile
Título original:
De jueves a domingo
Duración
96 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
2012: Festival de Rotterdam: Tiger Award (Mejor película)
2012: Festival Cines del Sur Granada: Alhambra de Oro (mejor película)
2012: Festival de Valdivia: Mejor Película
2012: Festival de La Habana: Sección óperas primas a concurso
7
Ya olvidamos nuestros sueños
Hay un lugar común del cine chileno entre 2012 y 2013, nada menos que personajes erráticos en distintas etapas de su vida, que se dejan llevar, que no buscan y solo viven el día a día, esperando que las cosas se arreglen por sí solas. Es el caso de la “Gloria” de Lelio, y el de la galería de esperpentos en “El Futuro” de Scherson, donde quizás Bianca al menos experimenta con el sexo.

“De jueves a domingo” no es la excepción. Nos muestra a una familia típica de cuatro miembros: papá, mamá, hijo e hija, durante un viaje de vacaciones al norte de Chile. Los padres ya engendraron a sus hijos y no tienen nada de qué hablar durante el trayecto: simplemente sus diálogos se van apagando conforme la escasa vegetación va dando paso al desierto.

Realizan las mismas actividades que una familia podría disfrutar: comer en la carretera, acampar, bañarse en un río, comer al aire libre, cantar frente a una fogata, pero ya no hay nada en la naturaleza que haga reflotar el amor que se supone existió alguna vez.

La inercia lleva los destinos de esta familia, inercia que incluso está presente en la historia que le cuenta el papá a su hija: “me arrastraban las olas, arriba había luz y abajo estaba yo, me di cuenta de que me estaba muriendo”.

La espectadora lúcida de todo este desmoronamiento es Lucía, la hija mayor, que siente susto ante la incertidumbre y mantiene encendida la linterna durante la noche.

El desierto y el viento es el aviso de lo que viene. El auto estaciona al lado de un solitario árbol. Es una familia huérfana, abandonada al paso inexorable del tiempo.

El objetivo del viaje era plantar un árbol en un terreno apartado en medio del desierto, una excusa para compartir unas últimas vacaciones. Cuando llegan al lugar que perteneció al abuelo (al pasado), la naturaleza los recibe con frío y más viento. El sol se esconde y termina de nublarse esta historia.
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11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
De niños y adultos
En su cortometraje Videojuego la joven realizadora Dominga Sotomayor filmaba en un plano único a un niño jugando con su consola mientras a su alrededor despuntaba la realidad familiar del pequeño. De jueves a domingo sigue una coherencia similar: pasamos de una larga escena sin cortes a una historia que sucede casi por entero en los pocos metros cuadrados de un coche, elemento que da personalidad y aporta claustrofobia a la historia. E igual que en esa pequeña ficción, en el film quedan muy bien delimitadas dos realidades: la de los niños, descrita desde la curiosidad, la hiperactividad, la imaginación y los juegos típicos de la edad; y la de los adultos, cuya relación va oscureciéndose poco a poco hasta estallar en conflicto.

La obra de Sotomayor retrata la inocencia de la infancia en un contexto de desencanto: aunque nunca se nos explican con pelos y señales los motivos y el destino del viaje, la directora se acoge al silencio y apela a la intuición del espectador para acercarnos esos dos mundos que conviven y que colisionan, de forma que la magia de uno y el drama del otro se integran de forma enigmática. Tal vez al film le puede demasiado la carga simbólica de la historia y termina descompensándose: la parte luminosa protagonizada por los niños siempre funciona, pero las tiranteces de los padres no acaban de estar bien explicadas.

Al final de la cinta Sotomayor viene a decirnos que su road movie es más el retrato de un instante (el lapso temporal del título) con sus posibles consecuencias (cuesta creer que tras lo visto 'todo seguirá igual') que la crónica de una ruptura, a la contra de lo que podría esperarse (en todo momento intuímos que 'algo va a suceder'). En De jueves a domingo podemos tocar la grieta y la mezcla de paisajes humanos y físicos deja cierto poso en la audiencia. Como la mirada de los niños interrogándose qué sucede en el cercano pero inaccesible mundo de los adultos, la película necesita espectadores pacientes dispuestos a espiar y seguir hasta el final a cuatro actores que irradian naturalidad. Sin duda, Dominga Sotomayor es una de las cineastas latinoamericanas más prometedoras.

@Xavicinoscar, Cinoscar & Rarities
http://cachecine.blogspot.com
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9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
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