La bofetada (1974)

Claude Pinoteau tiene películas que sin duda merece la pena volver a ver, pero por lo que sobre todo será conocido es por ser el descubridor de Isabelle Adjani y Sophie Marceau, dos de las actrices más bellas y competentes del cine francés. Nacido en 1925, Claude Pinoteau tuvo la suerte de empezar el oficio como ayudante de dirección de algunos de los mejores maestros posibles, antes de lanzarse a dirigir había aprendido de la mano de Jean Cocteau («Orfeo»), Jean-Pierre Melville («Los niños terribles»), Henri Verneuil («La hora 25», por poner un ejemplo), Max Ophüls («Lola Montes»), René Clair («Todo el oro del mundo», «Un singe en hiver»),René Clément («El día y la hora») y Claude Lelouch («El canalla», entre otras). Como director, debutó en 1973 con «El silencioso», con Lino Ventura, quien a la postre sería su actor favorito, un año después volvió a recurrir al carismático intérprete para interpretar la entretenida película que hoy nos ocupa, «La bofetada», en la que una jovencísima Isabelle Adjani disfrutó de su primer gran papel.

Como acabo de comentar, el gran Lino Ventura protagoniza esta cinta francesa, que aborda en clave de comedia las relaciones paterno-filiales, está impresionante, sólo por verle merece la pena ver la película. También fantástica otra grande del cine francés, Annie Girardot, la película crece cuando ella entra en escena, con su personaje vuelve la comedia, algo absurda, pero que se complementa a la perfección con el fondo dramático, del padre que busca a la hija. Y por último, la hijita, Isabelle Adjani, extraordinaria también, joven, fresca, pizpireta, insoportable y guapa.

Una película sobre vocaciones frustradas, amores truncados, búsqueda de caminos... La hija va dando tumbos en busca de libertad. El padre, se encuentra de pronto sin trabajo y vive el final de una historia. Padre e hija se quieren, pero ¡cuán difícil es la adolescencia! Además, es el momento de las reivindicaciones del 68, búsqueda de aire, divorcios, amores libres…

Jean (Lino Ventura), profesor de geografía, vive con su hija Isabelle (Isabelle Adjani). Ella, ansiosa de libertad, deja de lado sus estudios de medicina. El padre, excedido por la situación, un día la abofetea. A partir de ese momento, la situación entre los dos cambiará radicalmente.

Lino Ventura está impresionante. Solo por verle merece ver la película. Una comedia que se mezcla con drama, como agua con aceite.

Una películas sobre vocaciones frustradas, amores truncados, búsqueda de caminos… En edades diferentes, el padre y la hija se buscan. Isabelle, estudiante de medicina va dando tumbos en busca de libertad. El padre, se encuentra de pronto sin trabajo. Isabelle está “enamorada” de un chico, el padre vive el final de una historia. Padre e hija se quieren, pero ¡cuán difícil es la adolescencia!

Además, es el momento de las reivindicaciones del 68, búsqueda de aire, divorcios, amores libres…

La película crece cuando entra en escena Annie Girardot; con su personaje vuelve la comedia, algo absurda, pero sigue el fondo dramático, del padre que busca a la hija.

Y la hija, Isabelle Adjani, impresionante también. Joven, fresca, pizpireta, insoportable y guapa.

El argumento y el ambiente recuerdan a otra película francesa,

A nuestros amores (À nos amours, Maurice Pialat, 1983), la historia de Suzanne (Sandrine Bonnaire), una chica de quince años, con una vida sexual muy activa y una familia desestructurada. Al igual que el padre (Marice Pialat), tampoco Jean en esta película consigue acercarse, amarrar a su hija.

Bonito juego de miradas entre Hélène (Annie Girardot) y Jean (Lino Ventura) al final, lo dice todo sin cerrar nada…

Claude Pinoteau descubre a Isabelle Adjani en esta película. Seis años más tarde, con La boum, el realizador desvelará a Sophie Marceau, una película que habla de una adolescente, en pleno descubrimiento de los afectos.