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Cardiograma (1995)

Cardiograma
75 min.
6,2
67
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Sinopsis
Trata los problemas de las minorías lingüísticas a partir del punto de vista de un niño kazajo monolingüe, que debe pasar un mes en un sanatorio de la capital, donde la mayoría habla ruso. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Infancia
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Kazajstán Kazajstán
Título original:
Kardiogramma (Cardiogram)
Duración
75 min.
Guion
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1995: Festival de Venecia: Nominada al León de Oro
6
El niño del sanatorio
Kardiogramma es una película algo irregular pero razonablemente bien resuelta, que se centra en las vivencias de un niño kazajo en un sanatorio infantil, marcadas por su interés creciente en la sexualidad femenina y por su incapacidad de entenderse con los otros niños. A nivel narrativo, creo que Omirbayev decide presentar la historia más como una sucesión de experiencias que como una trama lineal, lo cual da bastante dinamismo a la película mientras se ve pero al mismo tiempo en algunos aspectos hace a la narración demasiado esquemática e insuficiente; lo que más se resiente en ese sentido es precisamente lo que la historia deja más de lado, la relación de Zhasulan con Ilyas, de la que se podría haber sacado más jugo.

Lo primero que llama la atención de este filme es su austeridad de medios. Aunque lejos de suponer una traba, el estilo aporta inmediatez y encanto a lo que se narra y se convierte en algo positivo. De hecho una de las principales bazas que tiene Kardiogramma es que resulta cercana, es una visión de la infancia con toques nostálgicos y a eso ayuda también, en mi opinión, la ambientación de campamento infantil que se da al sanatorio.

A nivel interpretativo, Zhasulan Asauov ofrece una actuación sorprendentemente sólida, en la que su estoicismo se utiliza como recurso para plasmar el aislamiento, tanto lingüístico como emocional, que sufre su personaje debido a las dificultades que tiene para comunicarse con el resto. Tal vez lo que mejor hace esta obra en ese sentido es justo eso, transmitir en todo momento la sensación de que existe una barrera insalvable entre Zhasulan y los demás durante su estancia, que sólo se rompe cuando habla con Ilyas.

El tratamiento del despertar sexual del niño, por el contrario, muestra la otra cara del personaje, un Zhasulan más granuja; y este contraste tan marcado entre los dos puntos de vista del protagonista hace que no se logre un retrato tan intenso de él. Eso a la larga tiene como consecuencia que la película no cale tanto, y se convierte en su principal fallo. No porque estén mal llevadas esas escenas, porque individualmente son bastante buenas, sino porque la visión general del personaje queda afectada. De hecho, probablemente lo mejor y más dinámico que tiene la historia a nivel de escenas tiene que ver con sus obsesiones sexuales con la enfermera, en ese sentido destaca por ejemplo el cruce de miradas durante una proyección, tal vez la secuencia más memorable del filme.

Con todo, carencias e irregularidades aparte, Kardiogramma merece la pena como una película que retrotrae a las sensaciones de la preadolescencia, en la que, a pesar de que la experiencia no deje demasiado poso por su falta de consistencia global, no es difícil identificarse en muchas situaciones concretas. Sin ser perfecta, sí creo que logra recrear su atmósfera con mucha solvencia.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
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