Malpartida Fluxus Village (2015)

Después de pasar por diferentes festivales y recibir algún que otro premio, “Malpartida Fluxus Village” aterriza en Abycine para dar una lección sobre el arte y la cultura tanto por el contenido como por el entramado que lo va descubriendo poco a poco.

“El arte está ahí fuera”

La película desvela poco a poco el legado de Wolf Vostell un artista que se mudo al pueblo de Malpartida en los años 70 a través de momento que van desde el recuerdo trágico, tocando la fibra que nos hace saber que seguimos siendo humano, hasta el rencuentro casual e hilarante. El contenido es una alegoría a otra forma de pensar, de ver, de actuar y de enfrentar la vida que no te deja indiferente pero descoloca de tal manera tus esquemas vitales que, una vez que se encienden las luces, te levantes de la butaca y empiezas a comentar la cinta, tienes que tomar aire y distancia para volver de una pieza a la vida real. Y entonces algo ha cambiado.

“El arte que no te acerca a las personas no vale la pena”

O algo así exclamaba uno de los compañeros de Mercedes Vostell en la celebración de uno de los cumpleaños del autor. Y tomando el relevo de este momento, la película nos permite empatizar y diluirnos con la experiencia de los habitantes de Malpartida y con todo el universo Fluxus y sus maestros de ceremonias.

Pero siempre hay una pregunta que parece tener respuesta. Da la impresión que se podía haber sacado más jugo tanto a la historia como a los personajes si la película se hubiese narrado como un relato que se balancease entre la ficción y la no ficción.

Con todo, y a modo de conclusión, nos encontramos ante un documental vivo, dramático, íntimo, de “notable”, que recomiendo, sin duda alguna, a quiénes se atrevan, necesiten o quieran descubrir un pedazo del extraordinario mundo en el que vivimos.

@capitanparidas

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Un día, principios de Marzo del 2016, María Pérez se pasó por el Cineclub El Gallinero para presentarnos su documento/ficción sobre Vostell, el museo, el pueblo de Malpartida de Cáceres, los Barruecos, los amigos del judío-alemán, las mujeres y hombres que enraizados en el innegociable primitivismo están abiertos, no obstante, al extranjero, al extravagante, e incluso al extraterrestre... Sus imágenes y sus palabras nos acercaron un raro fenómeno, y nos hicieron partícipes de una extraña comunión, la del artista de vanguardia (espíritu, rebeldía e imaginación) con el desconfiado aborigen (pragmatismo y conservadurismo). Todo un reto para los estudiosos de la antropología esta simbiosis tan particular entre culturas tan dispares.

María nos dijo que no cree en las diferencias entre cine documental y cine de ficción; si acaso, que en el primero los protagonistas se interpretan a si mismos, y en el otro los actores transmigran al interior de sus personajes. Y algo de realidad debe haber en sus palabras cuando al acabar la proyección solo nos cabe la certeza de que nos han contado una historia que nos ha provocado nuevas sensaciones, dudas y polémicas discusiones sobre el arte (..y lo que no lo es), sin fijarnos demasiado en las herramientas que ha utilizado la realizadora para despertarnos esas inquietudes.

Malpartida Fluxus Village es ante todo un ejercicio de libertad (¡con la escasez que hay!) de una joven de poco más de treinta años, que se sumerge sin complejos en un mundo tan mediatizado e injusto como es el de la creación en España, donde el hecho de ser diferente te quita, más que te da, opciones y posibilidades. Bienvenida sea la gente valiente y más en esta tierra nuestra (Extremadura), donde muchos paisanos no solo se resisten a abandonar las cavernas, si no que hacen lo imposible por cortar las alas a quienes quieren abandonar el nido fabricado con añejos excrementos.