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Imitación a la vida (1959)

Imitación a la vida
124 min.
7,6
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Sinopsis
Lora Meredith (Lana Turner), una actriz viuda en paro, vive con su hija adolescente (Sandra Dee) en Nueva York. Un día, conoce por casualidad a Annie, una mujer negra (Juanita Moore) a la que contrata como sirvienta. Ese mismo día conoce también a Steve (John Gavin), un fotógrafo que se enamora de ella. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Melodrama
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Imitation of Life
Duración
124 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
Adaptaciones de Fannie Hurst
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Premios
1959: 2 nominaciones al Oscar: Actrices de reparto (Kohner & Moore)
1959: Globos de Oro: Mejor actriz de reparto (Susan Kohner). 2 nominaciones
1959: Sindicato de Directores (DGA): Nominada a mejor director
"El melodrama por antonomasia. Una absoluta obra maestra (...) Sirk en estado puro, en el que los espejos funcionan de nuevo como metáfora de una sociedad que hace de la doble moral su sustento, y de unos seres en el fondo desamparados que buscan asideros. Todo ello envuelto en un prodigio de elegancia en la puesta en escena y un irrepetible dominio dramático."
[Diario El País]
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RECHACE IMITACIONES
El título español, “Imitación a la vida”, choca al oído. Parece decir “Invitación a la vida”. Y no es eso exactamente, aunque se parece.
La canción interpretada por Earl Grant mientras se presentan los créditos dice que una vida sin amor no es una verdadera vida: es una imitación de la vida.

Este sencillo mensaje es el núcleo del film.
Los personajes que lo encarnan se conocen por azar en la multitudinaria playa neoyorquina de Coney Island.
Lora ha perdido a su hija Terry entre la muchedumbre de bañistas. Anne y su hija Sarah Jane la han encontrado y juegan con ella. Steve, un joven fotógrafo en prácticas, se interesa por ellas y pide permiso para retratarlas.

Las relaciones que ligan a los cinco personajes durante las siguientes décadas, sus altibajos, tiranteces, pasiones e intermitencias, son el campo donde Sirk desarrolla el título: un muestrario de situaciones definidas por la insuficiencia del amor, su aplazamiento, su enfriamiento entre temores…

Lora, la actriz viuda, considera más importante su carrera.
Su hija Terry padece como alejamiento esas prioridades.
La ilimitada abnegación de Anne, la madre negra, no es correspondida.
Sarah Jane, la hija mulata, siente sólo rencor, por la discriminación racial.
Steve, el leal enamorado, debe aguardar una incierta posibilidad futura.

El material sería el de un folletón, un culebrón, una historia de virtuosos principescos y villanos taimados, simple y maniquea, pero Sirk, cineasta de formación europea y clásica (danés huido del nazismo), lo ennoblece con humanidad y matices. Se buscan las emociones elevadas, como el intenso momento en que Mahalia Jackson canta íntegro el gospel “Trouble of the world”. Gracias a la elegante fotografía de Russell Metty, la fuerza simbólica del color define los ambientes: los tonos pastel, el hogar confortable y el mundo ordenado; los encendidos y saturados rojos, los cabarets y los bajos fondos (un tratamiento que hizo escuela y tuvo seguidores, Fassbinder entre otros). Las motivaciones de los personajes se muestran y justifican, con una comprensión amplia que evita el juicio moral y consigue profundidad a la hora de trazar sus perfiles. No es que sean ambiguos, no va por ahí el arte de Sirk, sino que se debaten entre dudas y contradicciones muy dramáticas, expuestos al error y a la desgracia, no como castigo de la maldad sino como consecuencia del defecto básico: la incapacidad de amar a quienes cuentan en la vida de uno, lo que convierte a ésta en una vida inauténtica. En una imitación.
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89 de 97 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Gran melodrama de inesperada y grata profundidad
Último film de Douglas Sirk, que en 1959 regresa a Alemania, donde se dedica a la dirección teatral y a la enseñanza. Se basa en la novela "Imitation Of The Life" (1933), de Fannie Hurst, de la que es la segunda adaptación al cine. Se rueda en Hollywood, Sunset Boulevard (Hollywood), Aquarius Theatre (LA) y LA (CA). Nominado a 2 Oscar (actriz reparto), gana un Globo de oro (actriz reparto:Susan Kohner). Producido por Ross Hunter para la Universal, se estrena el 17-IV-1959 (NYC).

La acción tiene lugar en NYC en dos tiempos (1947 y 1958), separados por 10 años. Douglas Sirk (Detlev Sierk) ya había decidido dejar los EEUU cuando acepta la realización de la obra, en la que ve una oportunidad de hacer un análisis crítico de la sociedad americana del momento. La película es un melodrama, cuidado y estilizado, que exagera los aspectos menos verosímiles del relato, exalta sentimientos comunes (amor, odio, egolatría, dominación, etc.) y roza el folletín, sin caer en él gracias a la seriedad, altura y elegancia de la dirección. Pese a centrar la atención en 4 mujeres, no se ajusta a lo que se conoce como "película de mujeres", subgénero al el film que supera en trascendencia, profundidad y visión general de los temas que trata.

Sirk explora, con afanes de objetidvidad y desde la distancia, la sociedad americana de finales de los 50, en la que identifica síntomas de inseguridades, represiones y violencia. Halla, además, bolsas de pobreza extrema (personas sin techo), nuevas formas de explotación de los débiles (trato doméstico esclavista de afroamericanos), racismo agresivo (el novio que se ensaña a golpes con la novia cuando averigua que es mulata), corrupción y abusos generalizados en importantes grupos sociales (mundo del espectáculo), una cultura que sobrevalora el éxito económico, la fama y el materialismo, el destino de perdedores que se reserva a las personas que anteponen los sentimientos y la honradez a la ambición, la hipocresía de la doble moral, la intolerancia de la diferencia, etc. La vida sin afecto, cariño, generosidad, honradez y amor a los demás y de los demás, puede ser un sucedáneo de la vida o una vana imitación de la misma, pero no es vida. El realizador sitúa en el trasfondo del relato una visión amarga y crítica de la realidad, que es la que le lleva a abandonar los EEUU para regresar al país natal, donde permanece alejado del éxito, la fama y la fortuna.

La música, de Frank Skinner, con aportaciones de Henri Mancini (no acreditado), envuelve la narración en melodías (13 temas) de gran nivel. Destaca "Succes Montage", que en sucesivos planos sonoros describe el ascenso gradual de la protagonista en 1948/57. Mahalia Jackson canta el espiritual negro "Trouble Of The World" en el que posiblemente es el momento más emotivo del film. La fotografía, del gran Russell Metty, crea composiciones de gran fuerza plástica, que engrandecen la obra y le confieren excelencia. Las interpretaciones femeninas son notables.
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66 de 76 usuarios han encontrado esta crítica útil
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