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La batalla de los sexos (2017)

La batalla de los sexos
121 min.
6,0
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Sinopsis
Crónica de la rivalidad existente entre el ex-tenista profesional, de 55 años, Bobby Riggs, y su oponente de 29 años de edad, la carismática tenista Billie Jean King, quienes se enfrentaron en un partido legendario en 1973. Se quería entonces conocer si una tenista profesional femenina podía realmente vencer a un hombre (aunque fuera ex-profesional), un evento que atrajo a más de 50 millones de estadounidenses y que se publicitó como "La batalla de sexos". (FILMAFFINITY)
Género
Drama Comedia Tenis Basado en hechos reales Años 70 Homosexualidad
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Battle of the Sexes
Duración
121 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
2017: Globos de Oro: Nominada mejor actor y actriz comedia (Carell & Stone)
2017: Critics Choice Awards: Nominada mejor actor y actriz comedia (Carell & Stone)
2017: Satellite Awards: Nominada a mejor actriz (Emma Stone)
2017: Sindicato de Actores (SAG): Nominada a mejor actor secundario (Steve Carell)
1
Continúa en marcha la campaña de MANIPULACIÓN DE LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO
Como mujer me avergüenzo de cómo llevamos años asistiendo a una manipulación masiva por parte de medios de comunicación, instituciones, políticos, para convencernos de lo maravillosas que somos todas las mujeres y de la cantidad de problemas que crean los hombres en el mundo (creo en la verdadera igualdad, no en lo que defienden la mayoría de "feministas" que conozco) . Sé que esta película no es tan misándrica como el discurso de Barbijaputa (solo la conocemos los españoles, los latinoamericanos mejor que ni la leáis), pero el discurso subyacente viene a ser el mismo.

Soy mujer y no necesito que me digan que soy igual a cualquier hombre para sentirme "empoderada". No, no somos iguales, debemos tener los mismos derechos pero biológicamente somos distintos.

Y ahora hablo como entrenadora de tenis en Alicante. Ninguna, repito, NINGUNA mujer tendría nada que hacer en el circuito de la ATP. Este panfleto pretende convencernos de que sí, de que una mujer podría vencer a cualquier hombre, y omiten que Billie Jean King es una de las mejores tenistas de la historia, tenía 29 años en el momento del partido y era la número 1 del mundo, y Bobby Riggs tenía 56 años, fumaba como un carretero Y ENCIMA SE DEJÓ GANAR, como reconoció la propia King indirectamente en varias entrevistas años después. Por cierto, ella SÍ podía utilizar el pasillo de dobles mientras que él NO. Realmente, si os ponéis a pensar...el partido es más una humillación para las mujeres que una muestra de lo que valemos. No necesito que me den mil ayudas para demostrarme que yo también valgo. Sé que valgo, pero también soy consciente de que tengo las de perder si me enfrento a un hombre, tanto en un partido de tenis, como en una pelea de boxeo. Y no pasa nada por reconocerlo. BASTA YA DE COMPLEJOS.

Fue todo un show mediático para g. Me alegra que le diese popularidad al tenis femenino, pero basta ya de colar el discurso en todas las series y películas desde la judiada de Hollywood. Me recuerdan a Inditex sacando camisetas de "I'm a feminist", o "girl power". Patético cómo el capitalismo frivoliza con la causa.

Confío en que algún día se hará una buena película de tenis, entre la decepción del McEnroe vs Borg y esto...
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248 de 451 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Respeto con sonrisa
La actualidad informativa provoca a veces interferencias como zancadillas de elefante en cualquier ámbito de la vida, desde la conversación de cada día durante el café mañanero hasta el argumento de la ficción que utilizamos para evadirnos precisamente de dicha realidad.

Espero que esos sucesos execrables y comprensiblemente acaparadores de portadas y titulares (manadas de cafres miserables, matarifes de cuarto de estar, parricidas de aliento etílico y corazón podrido…) no lleguen a enturbiar la interpretación o las ganas de ver una película como "La batalla de los sexos", que es, al fin y al cabo, una comedia.

Los famosos directores de la divertida y aspirante a clásico "Pequeña Miss Sunshine" (2006) reproducen esta vez el desafío que el tenista retirado Bobby Riggs le lanzó a la por entonces candidata a número uno Billie Jean King, materializado en un partido celebrado en 1973 y que pasaría a la historia por su simbolismo social más que por su naturaleza deportiva. ¿Podía una tenista vencer a un tenista, aunque fuera ya un jubilado como Riggs?

El planteamiento de la apuesta es ya en sí mismo discutible y en buena medida ofensivo, pero después de ver al tal Riggs escupir joyas dialécticas como “A mí me encantan las mujeres… en la cocina y en la cama”, no hace falta mucho esfuerzo para convertirse en hooligan del bando contrario y contar los días, las horas y los minutos para que empiece el partido.

Es verdad que la película ilustra el asunto con más elegancia que vitriolo, pero eso tampoco es sinónimo de frivolidad, y menos aún de insensibilidad. Como comedia no termina de estallar, y tampoco quiere cargar demasiado el saco del drama, pero la historia, aparte de verídica (que con eso ya gana predisposición) es tan pintoresca y aplicable a la actualidad que no solo se deja ver, sino que casi te obliga a que la veas y la digieras.

Una digestión que, por ejemplo, nos debería recordar que mantener una rivalidad fortalece al que discrimina más que al que pelea por sus derechos. El propio concepto de batalla de sexos viene de algún modo a dar la razón al que sostiene que ambos géneros son opuestos y están por tanto abocados al enfrentamiento. La clave de todo está quizá en una frase que dice Billie Jean King tras una pregunta de la prensa: “No queremos ser mejores, solo pedimos respeto”.

Me temo que se nos ha olvidado que esa es o debería ser la base del feminismo. Que no es el lado opuesto del machismo, sino su vacuna. El feminismo no es reclamar que las mujeres son superiores a los hombres (eso sería replicarlo, no combatirlo), sino exigir la igualdad de oportunidades, de derechos, de sueldos, de trato personal, de consideración general.
Tampoco está mal recordar que el machismo no solo lo ejercen y fomentan los hombres, y que quizá el hueso más duro de roer en esta merienda de fieras es el de las mujeres que prolongan los tics y comportamientos que por otro lado se quieren eliminar (hay un personaje que lo representa en la película, y creo que es también un acierto).

Rebelarse ante atrocidades como la de la manada de San Fermín no es competencia exclusiva del feminismo; es justicia, nos compete a todos, hombres y mujeres. Mientras tanto, tenemos derecho a distraernos con obras como esta, tal vez no muy brillante, pero sí entretenida y equilibrada, que ya quisieran muchos.
Más información en http://ambigugarcia.blogspot.com.es
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