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El Papa Francisco: Un hombre de palabra (2018)

El Papa Francisco: Un hombre de palabra
96 min.
6,4
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Sinopsis
El 13 de marzo de 2013, el cardenal de Buenos Aires, el argentino Jorge Mario Bergoglio, se convirtió en el pontífice número 266 de la Iglesia Católica. Se trata del primer papa procedente de América del Sur, el primero del hemisferio sur y el primer jesuita en ser nombrado obispo de Roma. Pero sobre todo, es el primer papa que elige el nombre de Francisco, en honor a San Francisco de Asís (1181-1226), uno de los santos cristianos más venerados y un reformador que dedicó su vida a la "Hermana Pobreza" y a profesar su profundo amor por la naturaleza y todos los seres vivos de la "Hermana Madre Tierra".
Género
Documental Religión Biográfico
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Suiza Suiza
Título original:
Pope Francis: A Man of His Word
Duración
96 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Suiza-Italia-Alemania-Francia;
Links
4
UN PAPA MIRANDO A CÁMARA EN UN MUNDO EN CRISIS
Vaya por delante que un servidor es ateo. Aún así, vi el documental con interés. Al fin y al cabo, el Papa Francisco es una figura disruptiva. Un papa moderno para un mundo moderno. Se supone.

Y el documental empieza bien. Su figura principal dice cosas de sentido común, se preocupa de la ecología, habla con dureza sobre al abuso de menores y viaja por el mundo hablando con ricos o pobres, difundiendo la Palabra. Pero se puede ver cierta sensación de de futilidad -- el Papa no tiene respuestas. O tiene respuestas que en muchos casos no sirven para un mundo moderno, que suenan ingenuas o inútiles en muchos casos.

Pese a la habilidad de Wenders para magnificar su figura, para hacerlo cercano, se percibe que no hay nadie escuchando realmente. No gente con poder - que son todo gestos políticos, sonrisas y aplausos de capitostes que dejarán morir a los pobres y provocarán el fin de un planeta dañado que parece estar en su tercer y último acto. No sé si es parte de lo que Wenders quiere transmitir o si bien soy yo, leyendo entre líneas.

El caso es que el documental (me) deja un sabor desanimado -- un hombre de avanzada edad hablando en nombre de una institución caduca cuyo poder va menguando más y más entre un mundo incrédulo que va rumbo a un caos aparentemente inevitable.
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9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Un Papa que mira a los ojos y canta verdades como puños
La película es un documental sobre Jorge Mario Bergoglio, conducido por la sabia mano de Win Wenders, documental que habla desde unos pasos atrás (breves), antes de ser elegido Papa, el número 266 de la Iglesia Católica. El mundo quedó sorprendido de esta elección por ser el primer papa suramericano. También por ser el primer Papa jesuita, una orden ‘avanzada’ y por lo común en la vanguardia. Y también Bergoglio es el primer Papa que elige el nombre de Francisco, en honor a uno de los santos más emblemáticos de la cristiandad: el humilde, pobre, conciliador y gran revolucionario-reformador Francisco de Asís (1181-1226), que a partir de una experiencia mística decidió vivir toda su vida en suma pobreza, a lo que unió su amor intenso y sentido por la naturaleza toda: la “Hermana Tierra”.

La dirección de Win Wenders sabe recoger, dentro de su tradición documental, los momentos cumbre del papado de Francisco, un hombre con una enorme capacidad de comunicación y un carisma inapelable idóneo para transmitir el valor de la caridad con tal potencia de sensibilidad, que hace llorar a los más curtidos políticos del senado Norteamericano, y por supuesto a muchos espectadores que van a la sala a ver esta vibrante cinta. Un Papa que mira fijamente a la cámara seduciendo al espectador como seduce a sus feligreses e incluso los que no lo son; e igual ocurre a lo largo y ancho del mundo, en sus viajes y prédicas. Francisco defiende y manifiesta su amor por los pobres, menesterosos y excluidos, muestra su preocupación por la Tierra a la que califica como la más pobre entre los pobres, dado el mal trato que recibe de un hombre endiosado que la sobreexplota y desatiende. Y se muestra tajante contra los pedófilos en el seno de la iglesia, en ocasiones amparados por el poder.

El director alemán hace una larga entrevista al Papa, marcada por el contrapunto constante de su acción pastoral en el mundo, sin réplica al entrevistador, en la que Francisco muestra su gran magnetismo y credibilidad en cuanto dice (“un hombre de palabra”). Es tan franco y directo Francisco, que por momentos puede parecer que Wenders retrata la vida de un santo, como que hiciera de hagiógrafo de un hombre que canta verdades indiscutibles, que dice lo que siete y piensa, y que tiene siempre su sonrisa dispuesta cuando abraza a niños o tullidos, o atiende a las multitudes. Papa que rompe con las frases hechas y los lugares comunes y que cuando se acerca a los más frágiles entre las multitudes que le veneran, lo hace de verdad. Un Papa poco común.

El guion también de Wim Wenders está bien organizado y en las dos largas entrevistas con Francisco, Wenders presenta a un hombre de enorme tolerancia, que explica lo más profundo desde territorios de sencillez, con llaneza y naturalidad, para que hasta un niño lo entienda.

Película que deviene ineludible reflejo del poder de seducción de un hombre que es líder de millones de católicos en el mundo y que incluso va más allá de las fronteras del vaticanismo. Esta es la razón esencial de un Wenders en este film que, de forma sobria, nos ofrece un íntimo acercamiento a Francisco sin mediadores e incluso casi sin pantalla. Es la película de un respetuoso admirador del personaje, que se expresa en una entrevista que no deja asomar sombra de duda tras los discursos que filma durante más de una hora y que a veces –lo digo como anécdota- contradice las palabras del Pontífice: “Habla poco, escucha mucho”. Pero bueno, esto es cine documental, tampoco podemos pedir una entrevista plagada de réplicas y contra-réplicas cuando además, lo que el Papa dice son aportes que pueden ser universalmente aceptados, salvo por los ‘mal nacidos’: no a la exclusión, cuidado del planeta Tierra, no a las armas de destrucción masiva, apuesta por los pobres, el inexcusable valor de la mujer en el mundo, labor de reforma y la contra por parte de los círculos más conservadores del Vaticano, etc.

La filmación acaba cuando el Papa Francisco apela a algo que la Iglesia y el cristianismo en general han tenido casi siempre fuera de la esfera del apostolado e incluso de su tradición: ¡el humor! No hay más que recordar la novela de Umberto Eco o el film de basado en la misma, “El nombre de la Rosa”, del director Jean-Jacques Annaud (https://www.filmaffinity.com/es/user/rating/559502/288865.html). Pues bien, por fin un Papa hace gala de su excelente “humor” citando la oración del Buen Humor de Santo Tomás Moro, que empieza así: “Concédeme, Señor, una buena digestión / Y también algo para digerir”.

Es una cinta que recoge el testimonio de un Papa comprometido con su prédica, lo cual se expresa en su propia vida y hechos, en el mensaje cristiano del amor a Dios y al prójimo. El amor por encima de todo y los pobres por bandera.
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8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
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