Devil Girl from Mars (1954)

Y es que ésto era esta formidable actriz de los cincuenta, aquella primera domina emperatriz de los romanos, Poppea Sabina en la mítica "Quo Vadis" (1951) acompañada por Peter Ustinov y deseada a momentos por Robert Taylor.

De talente fuerte y seguro, más que sexy, Patricia Laffan llegó a la interpretación de rebote, después de desear una vida de escritora, y se curtió en no demasiado cine, ni tampoco demasiado exitoso pero que hacía sus propias delicias, la de secundaria seria, oscura, poco curvilínea pero testigo muda de una generación brutal en Hollywood de estrellas como nunca jamás volvería a ver .

Esta película rodada tres años más tarde de su mejor película, Quo Vadis, nos presenta un feminismo necesario para la historia, pero no reivindicativo ni aplastando cabezas como el de los políticos bananeros de la actualidad.

Una mecánica extraterrestre venía a buscar los hombres necesarios a la tierra. (Oh, sí, Patricia era una auténtica serpiente de cascabel onscreen cuando se trataba de conquista, las breves miradas de ella a Robert Taylor en "Quo Vadis" demuestra esta naturaleza en llamas bajo su máscara incorrupta de hielo) .

Así, la mujer de marte, segura y sin otro rival que la supere, expondrá sus necesidades a nosotros, los pobres mortales, al igual que cuando fue emperatriz de Roma.

Película icónica y mítica dentro de los admiradores del género fantástico en sus albores.

Extraño y decepcionante filme de serie B cincuentero, británico, que mezcla el costumbrismo de las películas de la Ealing con una reina alienígena que viene a buscar hombres para procrear en Marte y que no pega ni con cola.

Por un lado tenemos unos personajes en un hotelito enmedio de los highlands escoceses con sus problemas, una modelo que huye de su amante casado y una camarera que quiere estar cerca de su amante encarcelado, llegará el preso fugado y un periodista borrachuzo del que la modelo, en cosa de dos horas, quedará perdidamente enamorada así porque sí ¡en dos horas!. Por el otro lado tenemos una frígida marciana que viene en busca de hombres, a los que desprecia, sin el menor atisbo de deseo sexual. No se da ni un piquito, como diría Rubiales. Le gusta caminar, porque va y viene de la nave espacial al hotelito un montón de veces y ni se moja las botitas ni pasa frio con esa minifalda. También tiene un robot que, realmente, no sirve para nada. La parte dramática entre humanos se lleva el peso del filme y resulta plomiza y cargante, y en el contexto de la película, bastante ridícula. Esto daba para una comedia con picante y no para un drama existencial sobre fornicar con alienígenas, a las que no les apetece nada de nada.

Curiosamente, este filme es el punto de partida para otros dos: "Marte necesita mujeres" con más morbo, y "Marte necesita madres", un filme de animación que resultó un fracaso y que, sin embargo, era realmente bueno.