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La carta que nunca fue enviada (1960)

La carta que nunca fue enviada
97 min.
7,3
723
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Trailer (INGLÉS)
Sinopsis
Historia de un pequeño grupo de geólogos soviéticos que realizan una larga expedición en busca de diamantes en Siberia. (FILMAFFINITY)
Género
Aventuras Drama Romance Naturaleza Supervivencia
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Unión Soviética (URSS) Unión Soviética (URSS)
Título original:
Neotpravlennoye pismo
Duración
97 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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Premios
1960: Festival de Cannes: Nominada a la Palma de Oro (mejor película)
7
Visualmente espectacular.
Un grupo de cuatro geólogos soviéticos (tres hombres y una mujer) son enviados en expedición científica a la taiga siberiana, con el objeto de encontrar yacimientos de diamantes. El sencillo planteamiento inicial pronto se tuerce cuando empiezan las complicaciones y los protagonistas han de luchar contra las inclemencias y la extrema dureza del lugar para salvar sus vidas. El sentido del deber, el estoicismo y la prepondernacia del bien general por encima de individualismos afloran entre los severísimos rigores del invierno siberiano, aunque también hay una pequeña luz para el amor, o tal vez para el recuerdo de éste.

Una gran dirección, buenas interpretaciones y una magnífica fotografía, sumado a la cruda belleza del inhóspito paisaje, hacen de "La Carta que Nunca fue Enviada" una más que apreciable película, visualmente avasalladora. Pese a mostrarse algo lenta en ciertos momentos, el desarrollo no se hace pesado y el sobrecogedor tramo final se cierra con un magnífico final. Los amantes de este tipo de cine ni lo dudéis, haceos con ella.
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26 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
La Taiga
Неотправленное письмо (La carta que nunca fue enviada, 1959) se trata de una de las películas insignes del cineasta soviético Mikhail Kalatozov. El filme recibió la nominación a la palma de oro en el festival de dicho año. Vista con retrospectiva, y a pesar de que la película no está al nivel de otras obras del cineasta, lo cierto es que no merece ni de lejos el olvido en el que se encuentra actualmente.

La película cuenta un argumento interesante, que está basado en un pequeño cuento escrito por Valeri Osipov (quien, como anécdota, fue el segundo marido de la actriz Tatyana Samojilova, quien aparece en uno de los roles protagonistas de la película). El argumento es muy sencillo: Un grupo de cuatro geólogos soviéticos se embarca en una peligrosa aventura por Siberia con un único afán: conseguir diamantes. Según las informaciones que disponen, la tierra de Siberia goza de una posición geológica preeminente para albergar en su interior los brillantes. Sin embargo, no cuentan con lo peligroso que puede ser adentrarse en una tierra hostil…Lo cierto es que, si como bien decía, el argumento es tremendamente simple, Kalatozov es capaz de anticipar en su película un subgénero de aventuras y desastres que será muy popular en el cine internacional décadas después. De hecho, mientras uno ve el filme, parece tener la sensación constante de que lo que ve ya lo ha visto anteriormente en otras películas más contemporáneas. Las películas de pocos personajes que se ven obligados a enfrentarse a un peligro común con tal de sobrevivir y que a poco a poco irán sufriendo bajas, es algo que todos reconocemos de inmediato. Sin embargo, la carta que nunca fue enviada cuenta con una baza crucial, y es que dispone de la originalidad de las películas que abren camino (o lo anticipan).

La película explora también las relaciones grupales de una manera bastante inteligente (y sin caer en los tópicos, la película trata de no caer en los clichés más evidentes, con algún giro aparentemente inesperado, como es el caso del que parece en primera instancia como el personaje protagonista del grupo, pero que el argumento demostrará que no es así). Así, los problemas que pronto vienen en Siberia tendrán una clara repercusión, que parece bien desarrollada en el filme. La personalidad violenta del “líder” del grupo se exacerbará cada vez más, mientras que la pareja de enamorados intentará sobrevivir a la catástrofe. Por su parte, el miembro más recto moralmente del grupo, tratará de mantener cohesionado a los geólogos ante la adversidad.

Uno de los aspectos que merece más la pena es la dirección de Kalotozov, que no distaba demasiado de la modernidad y avances cinematográficos que se estaban produciendo en aquellos mismos años en otros países, caso de la Nouvelle Vague, que ve en ese mismo año de 1959 el estreno de uno de sus pilares, como es les 400 Coups (Los cuatrocientos golpes, 1959) de François Truffaut. La puesta en escena del cineasta soviético poco tiene que envidiar a cineastas como Truffaut o Godard, algo que muy pocas veces aparece precisamente comentado cuando se habla de Kalotozov (ya que los críticos se han centrado más en la corriente política del director). En las primeras secuencias ya podemos comprobar la calidad del cineasta, con unas secuencias que llegan a recordar ciertos momentos de la misma película de Truffaut citada anteriormente, cuando el joven protagonista francés se perdía por las calles parisinas y la cámara le seguía con efusividad. Aquí se da la misma circunstancia, aunque a diferencia de Trufaut, Kalotozov infunde un tono mucho más pesadillesco, con una cámara que llega a pegarse completamente a los protagonistas y a sus rostros, provocando en el espectador un cierto desasosiego, mientras los ve avanzar penosamente por la vegetación. La cámara se mueve libremente por los escenarios de la película, de una manera que evoca la modernidad cinematográfica.

La naturaleza tiene un papel fundamental en la película. Podríamos decir que Kalotozov la convierte en un protagonista más de la película. Como comentábamos, la ambientación del filme transcurre supuestamente en Siberia, en la más profunda taiga rusa, y podríamos decir que en gran medida (sino por entero) el filme es un retrato de la lucha entre el hombre y la naturaleza. Que no quiere decir que no tenga un componente bello en el filme, ni mucho menos. El cineasta nos la presenta en todo momento con toda su magnificencia. En la primera parte del filme se nos presenta su cara más amable, o por lo menos, la naturaleza más apacible, tal y como nuestros personajes habían idealizado asimismo la aventura que estaban a punto de realizar. La cámara se deleita con las vistas de la taiga, sus paisajes helados, y el sentimiento de los propios personajes va en consonancia con esta propia naturaleza, tal y como sucedía en la escuela muda sueca, de Sjöstrom, Stiller y compañía. Brindan animosamente, porque desconocen que lo que tienen a confrontarse en la segunda mitad del filme. Sin embargo, la segunda parte del filme será precisamente la otra cara, de la que nuestros protagonistas desconocían. No se le deben quitar méritos al director de fotografía, Sergei Urusevski, con quien trabajó Kalatazov por segunda vez consecutiva y que realiza un trabajo excepcional.

Quizá la única pega es que la película no alcanza la complejidad de otros filmes del director (seguramente, porque tampoco las pretensiones del filme van en esa dirección) y a pesar de que el guion no tiene fallas, tampoco arriesga más de la cuenta.

https://neokunst.wordpress.com/2017/02/14/la-carta-que-nunca-fue-enviada-1959/
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15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
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