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Río sin retorno (1954)

Río sin retorno
91 min.
6,7
3.295
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Sinopsis
Matt Calder (Robert Mitchum) llega a un campamento minero para hacerse cargo de su hijo de nueve años, Mark, y agradecer a Kay (Marilyn Monroe), la cantante del saloon, que le haya cuidado. Padre e hijo se dirigen a la granja que ha comprado junto a un caudaloso río pero su tranquilidad es interrumpida por la llegada de Kay, acompañada de Weston, un jugador profesional que huye con los caballos dejándoles indefensos ante el ataque de los indios. Su única salida es huir en la balsa que, a duras penas, resiste el envite de las aguas bravas. (FILMAFFINITY)
Género
Aventuras Western
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
River of No Return
Duración
91 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
"Intenso melodrama de aventuras. Escenas memorables y paisajes encantadores para un filme muy interesante, pero al que quizá Preminger podría haber sacado mayor partido"
[Diario El País]
3
2
Positiva
1
Neutra
0
Negativa
7
La hipotermia de Marilyn.
“Río sin retorno” es una de esas películas que tenían casi todo en contra, realizada totalmente por encargo, no se encontraba un director que la quisiera rodar, al final cayó Preminger, que probablemente era el menos adecuado para ello. Tanto Mitchum como Monroe, ni querían hacerla tampoco, ni les gustaba el guión y mucho menos se gustaban entre ellos.

Y uno pasado los años la vuelve a ver y sinceramente no me disgusta en absoluto. Creo que la versión íntegra tiene muchos elementos cuando menos atrayentes. Es una de las películas más carnales de Marilyn Monroe, tienes escenas inusuales, como la del masaje, cuando la quiere forzar Mitchum, un vestuario interesante y un diseño de personajes limpios y realista.

Es verdad que el guión no es espectacular, pero consigue llevarte a lo largo de la peripecia sin esfuerzo, con altas dosis de humanismo y aventura, y tiene un scope maravilloso que nos acerca a esa región del Canadá, que es Alberta, y que a mi juicio es la más bella de toda Norteamérica desde el punto de vista de la naturaleza.

“Río sin retorno” es una rareza en muchos sentidos, y ya por ello merece un lugar en la videoteca, aunque no sea destacado, pero en serio, es una película sugerente que merece mejor trato por muchos enfermos del cine profundo de Preminger que siempre han intentado renegar de esta obra más lineal y previsible, pero con un marchamo y sobriedad de verdadero cine clásico que siempre se agradece.

Coincido plenamente con la nota de la web 6,8
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66 de 70 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
PREMINGER SIGUE NOMINADO
Reconozco mis cortas luces. Después de ver Río sin retorno y con una buena colección de obras de Preminger en mis “espaldas” cinéfilas, estaba a punto de incluirlo en mi Partenón particular de dioses cinematográficos, cuando leo la crítica de un compañero de aficiones calificándolo de director irregular y, claro, no he podido por menos que frotarme los ojos recién despiertos y darle un repaso a la filmografía que se recoge aquí en Filmaffinity y, ¿Que quieren que les diga?, evidentemente no todo el monte es orégano y la excepción confirma la regla, pero ó yo soy un pardillo de esto ó lo que caracteriza a Otto Preminger es precisamente todo lo contrario, su gran regularidad.

No estoy afirmando que todas sus películas sean obras maestras. No. No vayan a confundirse. Probablemente Laura sea la que más puntos tenga para el preciado laurel de la maestría, pero el resto de sus obras se “mueven” entre el notable y el notable alto. ¿Dónde está la irregularidad?

Ciñéndonos a Río sin retorno, tal vez daba para más y pudo sacarle mayor partido. Pero, a servidor, le gusta más ver el vaso medio lleno antes que medio vacío. Por ello reconozco mi satisfacción por lo que Preminger me cuenta y cómo me lo cuenta y no me frustro con lo que hipotéticamente pudo ser. Me convenció Mitchum en uno de esos papeles que le van como anillo al dedo. Me gustaron los escenarios naturales. Me resultaron creíbles el poblado minero y su fiebre del oro. Bien los indios, aunque un tanto típicos ó tópicos. Las canciones y la banda sonora, algo para recordar y por último, que no lo último, Marilyn que además de encanto y encantos ofrece una muy buena interpretación.

Y si alguien le pone peros, pues muy bien. No discutiremos. Solo le diría aquella frase, evidentemente cursi, “No llores, porque las lágrimas no te dejarán ver las estrellas”.

Por cierto, Otto Preminger sigue nominado para mi Olimpo particular de directores más que notables.
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49 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
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