La ciudad de la libertad (1973)

Terminando de ver “Traumstadt” (1973) de Johannes Schaaf con Per Oscarsson, Rosemarie Fendel, Olimpia, Eva Maria Meineke, Helen Vita, Louis Waldon, entre otros. Película de fantasía alemana sobre un matrimonio de artistas se muda a una ciudad utópica conocida por su libertad absoluta, pero detrás de la superficie se están extendiendo la perversión y la violencia. Filme inspirado en la novela “Die Andere Seite” (1909) de Alfred Leopold Isidor Kubin, cuya gran amistad con Franz Kafka fue vital en su obra, pues se considera un importante representante del Expresionismo, destacado por sus fantasías oscuras, espectrales y simbólicas; y su novela, traducida como “El Otro Lado” es una distopía apocalíptica de atmósfera claustrofóbica y absurda, pero considerada como una de las obras maestras de la literatura fantástica en lengua alemana; como la calificó Hermann Hesse: “a medio camino entre Meyrink, Poe y Kafka” De hecho, los filmes “Nosferatu, Eine Symphonie des Grauens” (1922) y “Faust – Eine Deutsche Volkssage” (1926) de F.W. Murnau, beben de su ilustración; al tiempo que su capacidad onírica fue gran influencia en Salvador Dalí. Por tanto, el filme tiene como temas centrales: La continuidad inconsútil entre sueño y realidad, el sueño dentro del sueño, el reconocimiento de la dualidad del mundo y de la unión de contrarios; así como la frustación artística, el sueño de una libertad absoluta y artística, la abundancia limitada, la expresión desenfrenada de los deseos, y las consecuencias de todo ello en la interacción humana; por lo que el caos, la decadencia moral, la perversión, el libertinaje y los excesos, están omnipresentes en “La Ciudad Ideal” del título, cuya caída parece programada. Así, más allá de las fantasías más salvajes, el filme se presenta extraño como Fellini, surreal como Buñuel y explosivo como Cocteau; visualmente barroco, y aún kafkiano con sus figuras a menudo extrañas. Es un relato al estilo de una pintura en movimiento con fantasías orgiásticas y estímulos artísticos sofisticados, con imágenes y sucesos brillantemente escenificados. Pero esa sobrecarga de símbolos lleva a la ambivalencia y a la confusión, donde el debate tras el visionado es lo que causará mayor interés. Del reparto, todos parecen sacados de “The Factory” de Andy Warhol, actores y personajes para nada agraciados, grotescos y antipáticos. Nos queda la realidad: “¡La vida es un sueño!” y los sueños también se destruyen.
NO RECOMENDADA.
NO tendrá nota en Lecturas Cinematográficas
http://lecturascinematograficas.blogspot.com/