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Presencias extrañas (2009)

Presencias extrañas
80 min.
5,4
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Sinopsis
Anna Rydell (Emily Browning) regresa a casa junto a su hermana -y mejor amiga- Alex (Arielle Kebbel), tras su estancia en un hospital mental. Pero su recuperación se pondrá en peligro por culpa de su cruel madrastra, de su padre ausente y de la presencia de un fantasma que habita en la casa... Remake americano de la película surcoreana "Janghwa, hongryeon", dirigida por Ji-woon Kim en 2003 y estrenada posteriormente en España bajo el título de "Dos hermanas". (FILMAFFINITY)
Género
Terror Thriller Sobrenatural J-Horror Remake
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Uninvited
Duración
80 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Estados Unidos-Canadá-Alemania;
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7
¿QUIÉN DE ELLAS ES LA INTRUSA?
Sólo empezar con el cartel en el que vemos tras una ventana asomarse algo como E.T. el Extraterrestre, y la mala traducción del título “The Uninvited” (“Presencias Extrañas”), que en esto los de la marca “spain” somos unos campeones (la traducción literal del inglés sería “La/el/los/las no invitado/a/as/os”, y si del inglés pasamos al francés, “les indésirables”, de ahí al castellano nos sale “lo no deseado”), ya seguro que las expectivas de los del susto palomitero y de los amantes de las criaturas ultramundanas, se ven defraudadas, porque lo que los hermanos Charles y Thomas Guard nos montan es un “thriller” o pieza de cine negro (o “neo-noir”, como dirían los académicos).

A parte de las apariciones de estampa mística del espíritu de la madre difunta de la protagonista, que no cumplen otra función que la decorativa o de realce dramático, no podemos hablar de una película de terror en su estricto sentido (en eso la podríamos comparar a la que Harrison Ford protagoniza en “Lo que la Verdad Esconde” (2000).

En lo que a género o familia de películas podríamos asemejarla, para así tener orientados y satisfechos a los amantes de las etiquetas, es a las películas de los años cuarenta, que hallaron una mina en el psicoanálisis y los argumentos basados en el desquiciamiento de sus personajes (léase “The Red House” (1947), de Delmer Daves; “Doble Vida” (1948), de George Cuckor; “Secret Beyond The Door” (1947), de Fritz Lang; “Recuerda”(1945), de Alfred Hitchcock, “The Strange Love of Martha Ivers” (1946), de Lewis Millestone…). Quítenle el color (o la saturación, como se diría técnicamente) a la imagen, que se quede en blanco y negro, y tenemos ahí a una de esas producciones de los grandes de los 40.
A parte de un homenaje a estas producciones y sus directores, se puede apreciar un recurso narrativo sobre el que basar y construir el hilo de esta cinta, técnicamente correcta, poéticamente atractiva, y formalmente con algunas deficiencillas.

Por más vueltas que le doy, no atino a adivinar cuál es el criterio, y qué institución o autoridad tiene la jurisdicción para darle a “The Uninvited”, el sello de “remake” de “Dos Hermanas”, a la que llaman la “original”, y de elaboración “chinoski” (japonesa, coreana, vietnamita, china… da lo mismo). No la he visto, y no sé si la veré, pero el caso es que reducir “Presencias Extrañas” a un simple remake, da para alguna que otra discrepancia; si és sólo porque lo soltó uno o varios de esos críticos del un periódico jurásico de los USA, y quien lo lee, repite como loro o cotorra amaestrada, sin más, “ah, pues es cierto, es un “remaque”… no había caído en la cuenta…”, sólo por apuntarse a la iluminada idea de turno, mal vamos.

“The Uninvited” es una amalgama de referencias que podemos identificar en el plano de la narrativa, del argumento, el guion… hasta en la banda sonora. En todos hay rastros evidentes de guiños a clásicos, tanto del terror (que, repetimos, esta película no puede ser clasificada como tal), como del thriller, el drama… hasta el telefilme de sobremesa. Y es que la película contiene varias características que encajan con este formato; una de ellas, varios de los elementos del set: la posición acomodada en la que aparentemente viven los protagonistas (una mansión con su embarcadero y su casa aneja, los coches,…) los vestuarios, el maquillaque de spot publicitario que gastan los actores, así como la base de “cuento de Blancanieves”, sobre la que se puede antojar la historia.

El argumento de intriga y misterio hace de “The Uninvited” una cinta que sería perfectamente programable para un viernes o un sábado después de cenar, cuando los muñacos ya están sobando, o incluso una segunda sesión de domingo por la tarde de Antena3.

Aunque toda esta glamurosa ambientación pueda resutar recargada y un tanto empalagosa, en un año 2009 en el que se realiza la película, en plena crisis económica, pasar 90 minutos visionándola, permite al espectador de esa clase social media, ya sea desde la butaca del cine, o apoltronados en el sofá, evadirse de las penalidades económicas y fantasear un poco sobre la vivienda y la familia (en este caso no tanto), ideales.

La banda sonora de Christopher Young, sin ser un exponente de las obras maestras del género a las que se referencia en este filme, cumple con su cometido, aportando el aura necesaria que envuelve el desarrollo de toda la historia. Una música sinfónica, que las veces peca de demasiado cómplice de la deriva al susto o sobresalto en las escenas en las que se aparece el fantasma de la madre de Anna, pero que contribuye a crear la atmósfera elegante e intrigante de todo el rodaje. De hecho, el efecto de los espantos en determinados momentos que se quiere introducir un clímax de terror, se debe más a los efectos de la partitura, que a la apariencia de espantapájaros del espectro vengador.

La composición de Young se acopla con maestría al ritmo narrativo, y ya sólo con los primeros compases de cada track o secuencia da pistas para predisponernos emocionalmente ante lo que sucederá. Jamás estorbante, acentúa la intuición anticipativa del espectador.

El tema principal, como una especie de valse o canción infanto-juvenil del principio, que oiremos retomar con los títulos de crédito finales, y en algún momento central, es de una especial belleza evocadora de los de la saga original de Poltergeist (1982), o de Rosemary’s Baby (“La Semilla del Diablo”) (1968).

No podemos cantar excelencias del trabajo de los actores, ni por su caracterización, ni por su labor interpretativa. Exceptuando el efímero papel de Dean Paul Gibson como Dr. Silberling, los roles masculinos de Jesse Moss (Matt) y de David Strathairn (Steven, padre de Anna), no consiguen pasar el nivel de pedazos de alcornoque, que su condición de secundarios no justifica. A ello contribuye la bastante mala calidad de unos diálogos, que es imperdonable que hayan descuidado, haciendo zozobrar todo el conjunto de la obra.
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21 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Si bien es trillada y horror no causa, vale la pena porque está bien concebida desde el guión y el factor sorpresa
Interesante cinta de terror con temática fantasmagórica, la cual nos hace pensar que no todo está perdido dentro del género del terror con situaciones paranormales.

Un filme que siempre nos mantiene intrigados en su desarrollo, y aunque si bien resulta manido desde los sustos fáciles que propone en muchos pasajes del relato, sabemos que la cinta se dirige inevitablemente hacia una sorpresa narrativa.
Y es en el giro sorpresivo del desenlace donde se consolida la eficacia y el buen sabor de boca que la película nos deja, y donde se manifiesta que todo el halo de misterio que el filme fue generando gradualmente no se desvanece sino que se fortalece con una salida inesperada.
El desenlace es impredecible, está bien confeccionado desde la elucubración, y una vez que nos enteramos de qué va el rollo narrativo y lo repasamos nos damos cuenta de que a groso modo no se desnudan huecos o falencias lógicas.
Además siempre hay que encomiar propuestas como éstas que están trabajadas desde el argumento, porque la virtud radica en tomar distancia del adocenado y malogrado espectro de ofertas terroríficas que se producen a escalas industriales hoy día.

Buen ritmo narrativo, efectistas interpretaciones, algunos momentos de tensión, atractiva estética y pocos pero conseguidos efectos especiales para hacer surgir lo sobrenatural de manera sugerente… Todos son atributos que coadyuvan al mayor de los méritos que el filme exhibe: el interesante e inesperado asombro que emerge espontáneamente en el espectador cuando se da cuenta de la eficacia de un filme que se hace fuerte desde la vuelta de tuerca argumental, la cual termina robusteciendo esta propuesta de horror-suspense.
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38 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
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