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Das Ende der Geduld (2014)

Sinopsis
La juez de menores Corinna Kleist se reincorpora a la jurisprudencia tras haberse tomado medio año sabático, motivado por el terrible desenlace de una joven condenada en un caso llevado por ella. Cuando vuelve, es relegada a un distrito especialmente conflictivo de Berlín, en el que ejercerá también como juez de menores. La película se centra en una historia real, sacada del libro El fin de la paciencia, escrito por la misma Corinna. La juez aplicará una nueva política de prevención en el distrito, para que los jóvenes conflictivos escapen a su destino como criminales. (FILMAFFINITY)
Género
Drama
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Alemania Alemania
Título original:
Das Ende der Geduld
Duración
90 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Premios
2014: Festival de Montreal: Sección oficial largometrajes a concurso
6
Contra la delincuencia juvenil
A un servidor siempre le agrada encontrarse con biopics que relaten personajes a priori no demasiado conocidos para aquellos que no se manejen en el contexto que trata la película. Por eso, seguramente la valoración que haya que hacer sobre El fin de la paciencia (Das Ende der Geduld), película dirigida por el bávaro Christian Wagner y adaptada por Stefan Dähnert a partir de la novela homónima de Kirsten Heisig, jueza de menores que entre 2008 y 2010 llevó a cabo una profunda transformación judicial en lo referente a la delincuencia juvenil del distrito berlinés de Neukölln, sea superior a la que en otro sentido mereciese. La conocida Martina Gedeck (La vida de los otros, Deliciosa Martha) encarna a la mencionada mujer, aunque lo hace bajo el nombre de Corinna Kleist, repasando el tramo de su vida que oscila entre su destino anterior en el distrito de Friedrichshain-Kreuzberg hasta su desaparición, acaecida a principios de julio de 2010, secuencia que a modo de flash-forward abre la película.

Lo primero que hay que reseñar en El fin de la paciencia es el excelente trabajo de investigación llevado a cabo para retratar con la mayor fidelidad posible la vida de Heisig, por un lado, y los modus operandi de las bandas de delincuencia que por desgracia son abundantes en el mencionado distrito de Neukölln, donde la tasa de delincuencia alcanza niveles altísimos (sobre todo en menores de edad), por otro. La película combina escenas dentro de los juzgados, entre las cuales destaca una del principio muy impactante (posiblemente la mejor de toda la obra junto con el desenlace), secuencias policíacas con persecuciones, arrestos e irrupciones a pisos de delincuentes y otros pasajes de la protagonista, repartidos entre lo profesional y lo personal.

Nada podría haber sido tan interesante en El fin de la paciencia de no ser por la soberbia interpretación de Martina Gedeck, especialmente en lo que se refiere a su tono de voz, pero también a través de su compostura y fuerte presencia enfundada en la toga como al carisma que desprende cuando se encuentra vestida de calle. La actriz da la talla en todo tipo de registros, incluso en un conato romántico que tiene lugar en un momento a priori inesperado y que depara una poderosa reacción interpretativa por parte de Martina, que encuentra el punto medio entre la exageración y la sutilidad.

Quizá Wagner se pase un poco en su retrato de la inmigración, aunque la figura de la mujer policía trate de maquillarlo. Más allá de esto, encontramos pocos extranjeros (o hijos de extranjeros) que no entren en la categoría de delincuentes o cómplices de esa delincuencia. Además, da la sensación como que buena parte de lo que nos enseñan en lo referente al ámbito policial ya lo hemos visto en anteriores filmes o series televisivas. Aquí es obligatorio hacer la excepción de la escena más cruda de la película, cuyo tratamiento aséptico es idóneo para huir de morbosidades y centrarse en la destrucción provocada por estas bandas de delincuentes.

Por lo demás, El fin de la paciencia es un gran documento audiovisual que sirve para reseñar la obra y vida de una mujer cuyos métodos, adecuados o inadecuados, fueron defendidos con una valentía fuera de toda duda. Como película funciona bien, pese a que es posible que en la hora y media escasa de cinta todo vaya demasiado acelerado; habría quedado justificado un metraje mayor. Pero las dosis de tensión están justamente esparcidas a lo largo de todo el relato y, lo más importante, retrata de manera cercana a un personaje que muchos desconocíamos, pero que verdaderamente merece la pena ser reivindicado. Eso sí, con una actriz como Martina Gedeck todo es más fácil.


Álvaro Casanova - @Alvcasanova
Crítica para www.cinemaldito.com (@CineMaldito)
17º Festival de Cine Alemán
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