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Ruta infernal (1957)

Ruta infernal
108 min.
7,0
500
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Disponible en:
Suscripción
Tráiler (INGLÉS)
Sinopsis
Intentando olvidar su pasado, Tom (Stanley Baker) acepta un trabajo en una compañía de camiones. Pronto entabla amistad con Gino (Herbert Lom) y Lucy (Peggy Cummings), la secretaria de la compañía. Por el contrario, su relación con Red (Patrick McGoohan), un camionero que ostenta el record de viajes, es de rivalidad. Los intentos de Tom por superarlo provocarán un conflicto. (FILMAFFINITY)
Género
Cine negro Drama Acción
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Reino Unido Reino Unido
Título original:
Hell Drivers
Duración
108 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1957: Premios BAFTA: Nominada a mejor guión británico
9
TODO UN WESTERN SOBRE RUEDAS: ¡ALUCINANTE!
El “tono” de una película es su argamasa, el esqueleto que la aguanta. Si no lo pierde y está filmada con sinceridad y convicción, entonces es como una de esas sopas a las que le puedes echar de todo (o casi…), que siempre quedará bien.

El secreto de “Ruta Suicida” es que se trata de la película con menos pamplinas que he visto en muchísimo tiempo. Como dice Ben Wade, es una película de acción realmente seca. A mí, además, me parece todo un western: sin indios, ni sheriff, ni pistolas, ni whiskey, ni caballos, ni póker, ni pianistas con bombín.

Pero sí hay un grupo de rudos camioneros que viven en una pensión como si vivieran en un rancho; que trabajan para un patrón que impone su ley al margen de la del mundo; que van al baile del pueblo como si entraran en el “saloon” y acaban a puñetazos con todo el mundo; que tienen un líder malvado y despreciable muy, pero que muy a la altura del Liberty Valance de John Ford y Lee Marvin, ahora interpretado por Patrick McGoohan, al que realmente cuesta reconocer en su juventud, y que hace un papel extraordinario. Y, como en tantas películas del oeste, hay un duelo con el protagonista.

Las escenas de acción son inusitadamente trepidantes y están rodadas de narices. Sin ser un entendido, yo diría que el montaje es sublime. Por otra parte, la cámara subjetiva de los camiones es una pura locura. Es muy probable que en los diez primeros minutos de película te tengas que agarrar a la silla y se te salgan los ojos de las órbitas.

El papel protagonista de Stanley Baker –y su interpretación– quizás sea lo que menos me ha convencido, seguramente porque es el personaje que peor lo pasa y, al contrario de la corriente general, es el que más titubea (dudar siempre es sufrir). No importa: queda ampliamente compensado por el estupendo trabajo de Herbert Lom en el papel de italiano expatriado, el más sensible de la caterva que, además, se ha de llevar la peor parte del triángulo amoroso que la película también incluye. Si se le puede escuchar en versión original, mejor que mejor.

Guión inteligente, muy bien trazado, y con un giro final digno de sir Alfred que es una pequeña delicia.

En fin… al hilo de lo que decía al principio, pasen y vean esta historia de orgullo, ambición, cárcel y estigma; deseo, velocidad, sentimiento de culpa; amistad, asesinato, explotación; contubernio, perdón, justicia y muerte.

¡Casi na!
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22 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Muy entretenido e interesante western sobre ruedas de obligada visión (y asegurado disfrute).
50 millas mph de media a los mandos de un camión de 6 toneladas por carreteras de mala muerte malas y resbaladizas, a destajo, multas por cuenta del conductor, 10 millas por viaje, un mínimo de 12 viajes, buen sueldo si acepta y cumple las condiciones y el despido inmediato si no lo hace; esas son las condiciones con las que se encuentra Tom Yately (Stanley Baker) cuando va a buscar trabajo como camionero a una empresa de transporte de grava sita en una cantera llamada Hawlett tras haber oído hablar de ella a un tipo que ha sufrido un accidente y anda con una placa metálica en la cabeza, en la entrevista de trabajo con el gerente Cartley (William Hartnell), tanto este como el espectador solo logramos saber de Yateli que trabajo 12 años como camionero "por ahí", le vemos hacer un accidentado y peligroso trayecto a modo de examen, es contratado, y comienza la función.

Lo que comienza como una entretenida y testosterónica historia de rudos camioneros desarrollando su peligroso trabajo a lomos de sus Dodge 100, mostrándonos como se relacionan entre sí y con los habitantes del cercano pueblo, sus rencillas laborales, enfrentadas camarillas y conatos de romance, se convierte gradualmente y en un muy interesante y absorbente in crescendo, en un excelente thriller dramático desarrollado en clave de buen western, en el que llegamos a su último tramo completamente entregados y deseando como bellacos que ese recio y digno Tom Yately deje de contenerse ante esas continuas humillaciones que según avanza el metraje se nos revela las causas de su comedimiento y comportamiento, disfrutando con ese final digno del mejor western y sintiendo esas emociones características de este tipo de historias cuando como en este caso están bien rodadas e interpretadas.

Sigue en spoiler por falta de espacio:
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14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
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