¡Comidos vivos! (1980)

Ligeramente decepcionante, aunque eh, del cerdo se aprovecha todo. Su posterior Caníbal feroz me pareció más "seria" (entrecomillado, porque con producciones así este término pierde sentido) y más malrollera, pero esta ofrece algunas cosas delirantes que se pueden disfrutar si compartes su malsano sentido del espectáculo. Lo del líder mesiánico, por ejemplo, es un detalle que me ha gustado bastante, porque recoge matices (final incluido) de esa leyenda negra que fue Hitler y los mezcla con perfiles más básicos de aprovechados jefes espirituales que pueblan, aún hoy, innumerables sectas nocivas desperdigadas por ahí. Lenzi, por lo demás, saca pecho cuando le hablan de sexploitation y te mete desnudos injustificados cada dos por tres y por puro vicio, aunque para ello tenga que recurrir a falsarias tradiciones culturales sacadas de la manga (tirarte a la mujer de tu hermano cuando éste la diña, por ejemplo).

Y es que de esto viven este tipo de películas: del morbo y la fabulación amarillista que hurga en la realidad, tergiversándola, para sacar algo jugoso y argumentalmente atractivo. Me molesta, quizás aquí más que en Caníbal feroz, la insistencia de Lenzi en matar animales porque sí, porque "mola" verlos sufrir en pantalla. Yo lo encuentro absurdo, aunque moralmente ni fu ni fa (¿no hizo lo propio Haneke en El tiempo del lobo? Pues a callar). El resto flojillo: un gore sólo resultón, una historia bastante tonta y previsible y unos protagonistas de los de toda la vida, esquemáticos y con una forzada historia de amor a cuestas ("hagámoslo ahora que luego a lo mejor nos pillan, despedazan y comen" "bueno, vale, date prisa"). Y digo yo que hay que ver lo rápido que se enamora esta muchacha, sobre todo teniendo en cuenta que el maromo de quien se enamora no para de hostiarla durante toda la película*. También sale Mel Ferrer, viendo los toros desde la barrera y aportando su granito de arena y su prestigio, algo del todo innecesario, por otra parte.

O sea, mala película (errores de dirección y raccord, interpretaciones reguleras, gratuidad) pero correcto exploit de caníbales, bastante entretenido, con desnudos exóticos y un tramo final genuinamente emocionante. Para según qué público puede ser suficiente, poco o nada. Yo soy de los de la primera opción.

Lo mejor: el momento consolador, sin duda.
Lo peor: una realización demasiado tosca y algunas tonterías de guión, perfectamente prescindibles.

Pues una de esas pelis del inefable (y para mí simpático) Umberto Lenzi, autor italiano de larga filmografía, que tanto predicamento tuvo en los setenta y ochenta.
Aquí consigue, pese a resultar una clara serie C, entretener, que no es poco.
Lo cierto es que los diálogos son a veces de risa de lo fatuos y simplones que son, pero las escenas de acción tienen cierta tensión y momentos como el intento por subir al helicóptero, crean inquietud y suspense.
Es verdad que es gratuita casi toda su violencia, con escenas algo repulsivas que buscan epatar al espectador y, en la época en la que se estrenó, que el boca a boca funcionara y los espectadores hicieran saber a sus amigos y/ familiares lo que habían visto para que se fuera al cine a verla.
No sé si se consiguió, pero sí es verdad que es honesta si se acepta el juego y al final uno/o logra pasar el rato de una forma amena.
Lo dicho, sorprendentemente resultona y con una de esas bandas sonoras tan marchosas de los setenta.
Repito, puede que sea menos que mediocre, para a mí me ha funcionado perfectamente.

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