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Mia madre (2015)

Mia madre
102 min.
6,5
2.560
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Sinopsis
Margherita (Margherita Buy), una directora de cine políticamente comprometida, está a punto de separarse de Vittorio, un actor con el que tiene una hija adolescente. Su hermano (Nanni Moretti) decide dejar el trabajo para dedicarse a cuidar a su madre, gravemente enferma en el hospital. La enfermedad de la 'mamma' y el proceso de asimilación de su inevitable pérdida alterará completamente la vida cotidiana y emocional de sus hijos. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Cine dentro del cine Familia Enfermedad
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Italia Italia
Título original:
Mia madre (My Mother)
Duración
102 min.
Guion
Fotografía
Compañías
Coproducción Italia-Francia-Alemania;
Links
Premios
2015: Premios César: Nominada a mejor película extranjera
2015: Festival de Cannes: Sección oficial largometrajes a concurso
2015: Premios del Cine Europeo: Nominada a Mejor director y actriz (Buy)
2014: 2 Premios David di Donatello, incluyendo mejor actriz (Buy). 10 Nom.
6
Crónica de una muerte anunciada
La pérdida e inseguridad vital que genera como tema central. Interesante relato de la enfermedad irreversible, de la agonía y la muerte de la propia madre. Sobre este delicado tema – nunca grato, siempre elusivo y doloroso – se pinta un retrato bastante irregular, disperso y desarticulado de la protagonista, que deambula entre su enésimo fracaso sentimental, su labor como directora inmersa en el rodaje de un filme sobre la reducción de empleo en una fábrica y las luchas sindicales (con estrella caprichosa y voluble como protagonista), su relación con su hija adolescente que tiene problemas con sus estudios (el latín como metáfora de la capacidad de pensar y de expresarse).

Es una pena que haya tantas historietas en esta cinta que diluyen el conflicto central que aborda: la muerte y de las dificultades por aceptarla y encararla de forma sosegada y sensata. Porque hay cosas que sencillamente no funcionan y resultan un pegote innecesario e indigesto y que afean la delicadeza y primor con que se retrata el lacerante drama del lento e inexorable declive de la amada madre. Sobre todo el burlesco rodaje de esa combativa película sobre la supervivencia de una fábrica ante el advenimiento de un nuevo propietario que desata tumultuosas tormentas de confrontación sindical y desencuentros laborales. Es un episodio fallido, irrisorio, entre la parodia grotesca y la soflama previsible que desvía la atención sin aportar nada de enjundia.

Pareciera que Nanni Moretti desconfiara de la valía de su historia, o no quisiera o supiera abordar de frente y sin pretextos ni digresiones el torturado desconsuelo que supone enfrentarse a la muerte, sin adornos, sin maquillajes ni disimulos. Hay demasiados personajes innecesarios que perturban y estancan el avance de la cinta. Sobra la ridícula presencia de John Turturro en un patético intento por internacionalizar su propuesta, como si quisiera mandar un guiño descarado al público y crítica yanquis, esperando ser recompensado con algún premio, alguna mención o algún agasajo, por hacer más vendible su producto en tan goloso mercado. No sirve de contrapunto y bordea el ridículo. Y sobra el propio Nanni Moretti, incapaz de prescindir de su presencia aunque no venga a cuento.

Sin embargo, todo lo referente a la madre, su lento e inexorable declinar, es soberbio. Una joya digna de mejor engarce. Si se hubiera centrado sólo en ella y en su odisea, en su tragedia, estaríamos ante una obra magistral. Hay algunos momentos de gran cine y las últimas escenas son espléndidas y emocionantes, llenas de verdad y desconsuelo, con hermosas elipsis y desgarradores silencios. Una pena que el conjunto resulte tan deslavazado y presuntuoso.
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25 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
No hay más que una
Nanni Moretti aprovecha el talento de Marguerita Buy para filmar un película con alta carga emocional, pero con bastantes dosis de humor. Esa es Mia madre, la historia de Margherita, una directora de cine que está pasando por una fuerte crisis existencial: una madre muy enferma, un trabajo que no hace más que darle disgustos, una relación amorosa que está acabada y una hija adolescente tan perdida como ella.

Moretti vuelve a conseguir lo que parecía imposible: emocionar. En esta ocasión se valdrá de la figura materna para hacernos llegar su profundo examen de las relaciones materno-filiales, fraternales, laborales… en fin, de las relaciones humanas. Margherita Buy es la encargada de dar vida a una directora de cine en esta, además, especie de autocrítica a su profesión y las barreras artísticas con las que tiene que lidiar. Buy realiza un trabajo en el que puede explayarse a gusto, y en el que da la mejor versión de sí misma, aunque su mejor parte es la contención con la que realiza su personaje, un embudo emocional que le lleva a una combustión interna que se refleja en el espectador en forma de lágrima.

Su dramatismo no radica en la autocrítica que Moretti realiza, pues son en esas escenas en las que derrocha su contrapunto cómico, y es la figura de John Turturro, que da vida a un excéntrico actor venido desde Estados Unidos, desde donde arrastra un gran chorro de sentido del humor algo extravagante, quien mejor interpreta ese contrapunto de comicidad, y que nos entrega auténticas escenas que parecen traídas en el tiempo desde el mismísimo neorrealismo italiano, con el nombre de Federico Fellini, cámaras y focos al frente. A pesar de agradecerse la frescura de estas escenas más cómicas, lo cierto es que interrumpen la auténtica trama donde Moretti explota su talento: el drama interno de Margherita, que además de su crisis laboral, debe lidiar con la más que probable despedida de su madre, un bofetón emocional que viaja a través del tiempo y de los sueños de la protagonista. En ese aspecto, Margherita se presenta como una mujer fuerte, segura de sí misma desde bien entrada la adolescencia, y una amante de las artes y de su profesión, que empieza a caer en barrena a todos los niveles. A través de la figura materna, la protagonista explora su propia vida y las decisiones que le han llevado a estar en es momento vital, en el que sus sueños, sus esperanzas y sus recuerdos esperan en la cola de un cine a un nuevo pase de la vida. Moretti consigue así una historia alegórica sobre la vida, incluso sobre el amor, cualquier tipo de amor, y sobre ese punto de la vida en el que nos replanteamos la finalidad de nuestros actos y la meta de nuestro camino.

En cierto modo se podría apuntar a que Mia madre es también una historia autobiográfica, o al menos basada ligeramente en las experiencias de Moretti, más si tenemos en cuenta algunos de los paralelismos existentes entre su personaje y el propio Moretti: una madre profesora de letras, una película sin acabar y el drama que se cierne sobre ellos. Una delicada alegoría a las madres y la vida que Moretti dedica a su propia madre, a la que perdió durante la preparación de Habemus Papam.
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22 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
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