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Prisión (1949)

Prisión
76 min.
6,8
872
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Sinopsis
Un director de cine recibe la visita de su antiguo profesor de matemáticas que sale de un asilo. Éste le propone realizar una película sobre el tema: "Nuestro mundo es el infierno y el diablo lo dirige todo". (FILMAFFINITY)
Género
Drama Romance Cine dentro del cine Melodrama
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Suecia Suecia
Título original:
Fängelse
Duración
76 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
8
La crueldad en el mundo puede ser insoportable
Sexto largo de Ingmar Bergman, que interviene como guionista y director. Se rodó en b/n en el Sandrew Studio, con un presupuesto modesto. El productor fue Lorenz Marsnestedt, de Terrafilm.

La acción tiene lugar en Estocolmo (Suecia) en 1948/49, a lo largo de unas semanas, tras una introducción situada 6 meses antes. Narra la historia de Birgitta Carolina Soederberg (Doris Svedlund), de 16 años, prostituta, chuleada por Peter (Stig Olin), amante de ella y amigo de su maléfica hermana, Linnea (Irma Christenson). Concibe y da a luz una niña, que le sustrae Peter y es asesinada por Linnea. Ante el acoso de la policía y los temores que le infunde Peter, huye por las calles de la noche, donde encuentra a Thomas (Biger Malmsten), que ha roto con su esposa Sophie (Eva Henning). Son acogidos en la buhardilla de un hostal, donde comparten amor y confidencias.

La película está construida como un experimento de cine dentro del cine, realizado a instancias de un profesor jubilado de matemáticas, recién salido del manicomio, que sugiere al director de cine Martin Grande (Hasse Ekman), antiguo alumno suyo, la realización de un film sobre el diablo y su poder sobre la Tierra. La idea es rechazada en principio, pero Thomas, periodista y guionista, amigo del director, trata de escribir la historia requerida a partir de las experiencias de una joven prostituta, las suyas y de su esposa y las de otros personajes (chulo, hermana, cliente). El autor reflexiona sobre el sinsentido de la muerte, se plantea si la religión es el consuelo de los sentimentales o algo más, se pregunta si Dios está cansado y vencido, investiga si el infierno está en la Tierra, se interesa por saber si el suicidio es una enfermedad terminal o una forma natural de morir, analiza los estragos de la soledad en el ser humano (abandonado por Dios y sus semejantes), se interroga sobre el áspero imperio del diablo sobre el mundo, explica que la crueldad puede ser insoportable y que la miseria humana en ocasiones es excesiva. No se atreve a formular la pregunta sobre si Dios existe o no, a la vista de la maldad del mundo. La película consagró al autor como un cineasta de prestigio en Suecia y dio lugar al inicio de su proyección internacional. Es el primer film del realizador en el que aparece la figura del diablo (corto cómico de tres acróbatas italianos).

La música acompaña la acción a la que da profundidad trágica y densidad dramática. La fotografía, excelente, hace uso de planos largos, birllantes closeups de gran potencia, fueras de campo (tortura de Birgitta), planos oblícuos y un excelente juego de luces, contraluces y claroscuros. El guión presenta una historia abierta, experimentalista, fresca y profunda. La interpretaciòn de Doris Svedlund es convincente y rica en matices. La dirección demuestra que es posible conujugar una reflexión seria sobre temas trascendentes y una narración entretenida.

La película contiene elementos magistrales en el marco de un dramatismo sobrecogedor.
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39 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
El infierno está en la tierra
Afirman los estudiosos de la obra bergmaniana que en Prisión el director sueco asentaría las bases de su cine posterior. Personalmente, lamento que no eligiese su anterior película, la al menos no tan pesimista "Ciudad Portuaria" como icono de su futura filmografía. Prisión se aleja de cualquier atisbo de ecuanimidad existencial. Obra negra, dura, deprimente... que sigo pensando retrataba más una posguerra mundial que Suecia no padeció y la manera que Bergman tenía de entender la alegría de sus paisanos... que un voluntario giro hacia los más lóbregos deseos existencialistas del alma humana.

Dios no existe y el demonio nos gobierna, encadenándonos a la pata de la silla mientras el "ser" disputa con la vida elecciones tan dispares como el suicidio, la prostitución o el abandono. Aunque rodada de manera brillante, Prisión pertenece al pack de la filmografía del autor que me suele dejar frío. Si nos alejamos del aspecto técnico nos volvemos a encontrar con preguntas que no tienen respuesta y sobre las que construye su negra trama. No es un día para ser feliz. Pasable.
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23 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
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