- Sinopsis
- Tras ser derrotados por los rusos, Kaji y los pocos hombres de su unidad que han sobrevivido emprenden una larga marcha en un intento desesperado de llegar a territorio amigo. Tras sortear no pocas dificultades, Kaji se ve obligado a rendirse y es enviado a un campo de prisioneros en Siberia. (FILMAFFINITY)
- Género
- Bélico Drama Ejército Drama psicológico II Guerra Mundial Años 40 Secuela
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 1961 / Japón
- Título original:
- Ningen no joken III (The Human Condition III: A Soldier's Prayer)
- Duración
- 190 min.
- Guion
- Música
KAJI, CAMINA O REVIENTA
4 de enero de 2010
Al final, tras más de nueve horas de duración, "La condición humana" llega a su fín, y para algunos espectadores (entre los que me cuento) llega también la certeza de haber contemplado una estremecedora historia y una gran obra artística, verdaderamente digna de elogio.
En esta tercera parte asistimos a una desesperada huída hacia delante en la que Kaji, acompañado de otros soldados y refugiados ocasionales, trata de escapar de las líneas enemigas. Por el camino le acosan las situaciones habituales y terribles a las que ha acabado por acostumbrarse, como la crueldad, la iniquidad, la injusticia y la desesperación. A todas ellas se suma un descubrimiento más terrible: la propia crueldad y dureza de la que se creía incapaz. Finalmente su marcha será abortada, cayendo prisionero de los soviéticos que lo confinan en un campo de trabajo. Pero Kaji escapará nuevamente; su espíritu es demasiado libre y poderoso para ser encerrado, y quebrado físicamente será el amor incondicional que siente por su esposa el que lo aliente en un último y estremecedor esfuerzo por volver junto a ella.
El filme, en la línea de los anteriores, es una maravilla visual, con una prodigiosa fotografía en blanco y negro que realza aún más la calculada composición de los planos, algunos de los cuales parecen cuadros. Son secuencias destacadas las del bosque por el que se arrastran soldados y refugiados, al límite de sus fuerzas físicas y morales, y también la última de la película, que uno no puede ver sin emocionarse. En el guión cobra mayor importancia la voz en off, esto es, los recuerdos y la reflexión íntima, que los diálogos, tal vez porque a estas alturas de la historia todo está ya dicho, y a Kaji sólo le queda recordar a los que quiere y también los ideales que la guerra ha destruído.
Por último, me uno a aquellos usuarios que se han sorprendido del escaso eco que esta gran obra tiene; incluso en libros escritos para cinéfilos es flagrantemente ignorada y el nombre de su director despreciativamente arrinconado a un lado. Ni a la película ni a su director los encontraremos en las habituales listas de las cien mejores películas o directores. Supongo que carece de sentido buscar excesivas justificaciones, debe tratarse de la condición humana.
En esta tercera parte asistimos a una desesperada huída hacia delante en la que Kaji, acompañado de otros soldados y refugiados ocasionales, trata de escapar de las líneas enemigas. Por el camino le acosan las situaciones habituales y terribles a las que ha acabado por acostumbrarse, como la crueldad, la iniquidad, la injusticia y la desesperación. A todas ellas se suma un descubrimiento más terrible: la propia crueldad y dureza de la que se creía incapaz. Finalmente su marcha será abortada, cayendo prisionero de los soviéticos que lo confinan en un campo de trabajo. Pero Kaji escapará nuevamente; su espíritu es demasiado libre y poderoso para ser encerrado, y quebrado físicamente será el amor incondicional que siente por su esposa el que lo aliente en un último y estremecedor esfuerzo por volver junto a ella.
El filme, en la línea de los anteriores, es una maravilla visual, con una prodigiosa fotografía en blanco y negro que realza aún más la calculada composición de los planos, algunos de los cuales parecen cuadros. Son secuencias destacadas las del bosque por el que se arrastran soldados y refugiados, al límite de sus fuerzas físicas y morales, y también la última de la película, que uno no puede ver sin emocionarse. En el guión cobra mayor importancia la voz en off, esto es, los recuerdos y la reflexión íntima, que los diálogos, tal vez porque a estas alturas de la historia todo está ya dicho, y a Kaji sólo le queda recordar a los que quiere y también los ideales que la guerra ha destruído.
Por último, me uno a aquellos usuarios que se han sorprendido del escaso eco que esta gran obra tiene; incluso en libros escritos para cinéfilos es flagrantemente ignorada y el nombre de su director despreciativamente arrinconado a un lado. Ni a la película ni a su director los encontraremos en las habituales listas de las cien mejores películas o directores. Supongo que carece de sentido buscar excesivas justificaciones, debe tratarse de la condición humana.
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75 de 80 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kobayashi enorme
19 de enero de 2009
Tras quedar atrapados tras el frente ruso en la ofensiva que estos realizan en Manchuria, un pequeño pelotón inicial de 3 hombres (los únicos supervivientes de toda la unidad) emprende la búsqueda del camino a casa. En medio de áridas estepas y rodeados por el ejército rojo, deciden adentrarse en un espeso bosque donde se encuentran con un grupo de civiles formado por mujeres y niños.
A partir de aquí, empiezas a compreder como espectador, el tremendo dramatismo de un viaje que se transforma en una búsqueda obsesiva por territorio amigo al principio, y por la simple y llana supervivencia después. La búsqueda de los orígenes, la vida, la persona amada o la familia se convierten en el referente que se rodean de miseria, insolidaridad y penurias que acompañan a toda guerra.
Esta tercera parte, Kobayashi, enorme, crece en dramatismo, aún más, respecto a la segunda y a la primera, a la vez que se vuelve más reflexivo (mucha voz en Off, algún que otro flash back) y profundo. Tras varios encuentros con otros grupos nipones o cuadrillas rusas, y tras diversas situaciones que pondrán a prueba el espíritu de supervivencia, serán enviados a un gulag ruso, donde se agudizarán aún más las más terribles penalidades. Impresionante, impactante, cruel. Para mi, la mejor de la saga. Final: sin palabras...
A partir de aquí, empiezas a compreder como espectador, el tremendo dramatismo de un viaje que se transforma en una búsqueda obsesiva por territorio amigo al principio, y por la simple y llana supervivencia después. La búsqueda de los orígenes, la vida, la persona amada o la familia se convierten en el referente que se rodean de miseria, insolidaridad y penurias que acompañan a toda guerra.
Esta tercera parte, Kobayashi, enorme, crece en dramatismo, aún más, respecto a la segunda y a la primera, a la vez que se vuelve más reflexivo (mucha voz en Off, algún que otro flash back) y profundo. Tras varios encuentros con otros grupos nipones o cuadrillas rusas, y tras diversas situaciones que pondrán a prueba el espíritu de supervivencia, serán enviados a un gulag ruso, donde se agudizarán aún más las más terribles penalidades. Impresionante, impactante, cruel. Para mi, la mejor de la saga. Final: sin palabras...
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34 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
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