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Innocence (2004)

Innocence
115 min.
6,2
901
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Sinopsis
Un grupo de niñas vive en un internado. La obediencia es primordial y aquélla que trate de escapar será condenada a servir a las demás y a permanecer en el internado para siempre. Oculta por el follaje, una chimenea de metal da acceso a pasajes subterráneos que conducen a los sótanos de cinco casas diseminadas por un gran parque, aislado del mundo exterior por un inmenso muro sin puertas. En una de estas casas, varias niñas se reúnen alrededor de un ataúd. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Intriga Internados Colegios & Universidad Infancia Amistad
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
Innocence (L'école)
Duración
115 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Francia-Bélgica-Reino Unido-Japón;
Links
7
LA METAMORFOSIS DE LAS NINFAS
1. Cuando Hadzihalilovic acomete su primera película tiene experiencia de montadora y productora, y prefiere películas que transporten a un sensorial mundo aparte, definido por sonidos y otras percepciones.
Así, adapta “Mine-Haha. De la educación física de las chicas” (1903), relato simbolista de Wedekind, creador de Lulu y colaborador de ‘Simplicissimus’ enfrentado de por vida a la censura por su erotismo heterodoxo.

2. La hermética Escuela, intensamente perfilada con recursos cinematográficos muy controlados (estilizada fotografía; sonido natural, sin otra música que la de un viejo tocadiscos: tictac del reloj, crujir de maderas, correr del agua, silbido del tren, viento…), posee una belleza enigmática y algo tenebrosa, enrarecida por el cerco intangible de la sociedad remota, que envía y recibe los trenes subterráneos. Son la única conexión con el exterior de la Escuela, cinco casas separadas dentro de un recinto con arroyos y lagos, cerrado por un muro sin puertas, a su vez rodeado por un gran bosque.

3. Las niñas, con cuyos ojos inocentes se intuye misteriosa la existencia, se distinguen por edades (6-12 años), mediante el color de los lazos de sus coletas.
“Feas orugas, seréis mariposas algún día”, saludan las profesoras, pocas.
Ésta es ahora vuestra casa. Ningún chico. Nada fuera del internado.
Horarios estrictos, noches quietas y silentes, salvo el ulular del búho. De un sitio a otro, siempre por caminos, sin salirse, ritualmente. Las pequeñas aprenden a nadar en el lago, desenvolverse en el agua ubicua.
La obediencia conduce a la felicidad, insisten las profesoras.
Aparte del ballet, en las clases aprenden la vida de los animales, su jerarquía evolutiva, reproducción y descendencia, protagonizadas por las mariposas, tótem de la institución.

4. En el invierno deprimente, tentación de huir. Encaramarse al muro y perderse al otro lado, entre la nieve. Noche, ansia, soledad. Dolor de crecer.
La floración primaveral agita a los insectos. Las orugas se vuelven ninfas, crisálidas, y éstas, mariposas.
Las colegialas pequeñas, pasada la primera metamorfosis y cambiados los dientes, buscan el amparo de las mayores que, a punto de transformarse por entero, en segunda metamorfosis, atraviesan de noche pasadizos hasta un escenario, borde de un mundo exterior representado por las oscuras siluetas del público.

5. Un día, barruntan (y las profesoras van lanzando inquietantes alusiones: compresas, dinero, adultos…), tocará un nuevo ciclo, de allí hacia lo desconocido.
Se afilarán los rasgos, la mirada se ahondará.
Asustadas e ilusionadas, temblarán al revisar en el dormitorio la lata de tesoros, el grabado de Apolo griego, la primera rosa…
Tal vez, piensan, un tren las lleve a una casa más grande y espaciosa, a una vida imprevisible, acaso más cerca de los chicos…

Y las profesoras seguramente encenderán un cigarrillo para atajar el soplo de melancolía, conscientes de que esas niñas las olvidarán muy rápido.
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36 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Siempre acabamos perdiendo la inocencia
¿Podría la inocencia mantenerse en un lugar cerrado?, ¿Realmente, sería capaz un niño de vivir por siempre en ese mundo de ensueño en el que nos envuelve la inocencia? O ¿Acabaría sucumbiendo a la irreprimible curiosidad humana que, llegada cierta edad, mueve nuestras acciones? Estas son algunas de las preguntas que formula Lucile Hadzihalilovic en su enigmática y atrayente ópera prima. Una película que fue recibida con entusiasmo por parte de los críticos americanos y no así por el publico, que la ha percibido como una propuesta extraña y fuera de lo común. Sin embargo el cuento que Lucile nos narra con un ritmo y una sensibilidad exquisita es una de esas pequeñas joyas que bien vale la pena descubrir; Justa ganadora del premio Altadis al mejor director novel en el festival de cine de San Sebastián del 2004 y del premio a la Mejor Película y a la Mejor Fotografía en el Festival de cine de Estocolmo del mismo año.

La historia guarda extrañas similitudes y reminiscencias con otras obras poseedoras de una fuerte y definida atmósfera como son “Picnic en Hanging Rock” de Peter Weir o “Las Vírgenes Suicidas” de Sofía Coppola por cuanto compone un entorno supuestamente cotidiano dotándolo de una atmósfera seductora, misteriosa y cargada de pasiones reprimidas, y situándolo en el ambiente de un parque que a primera vista no posee ningún elemento fuera de lo común pero cuya forma de vida en ese limitado espacio es extraña y alejada por completo de cualquier influencia externa. Un parque con una jerarquía, una educación, y una organización social extremadamente definida. De esta forma la historia comenzará con una niña recién llegada a ese misterioso lugar, llamada Iris. Y durante la primera parte de la película, todos los acontecimientos los iremos percibiendo en su mayor parte desde su mirada infantil repleta de curiosidad, empapándonos también a nosotros de ese irreprimible impulso de saber más y más acerca de lo que se mueve tras los muros de esa enigmática selva artificial.

Y así, desde la mirada de Iris, iremos percibiendo las diferentes realidades e interpretaciones del film, que se verán muy influenciadas por las actuaciones del elenco de actores, en el que todos están perfectamente ajustados a sus roles, desde la jovencita y adorable Zoé Auclair como Iris, pasando por todo su grupo de compañeras, y llegando al limitado casting de adultos que aparecen en la cinta, en el que destaca el hermoso y angelical rostro de Marion Cotillard como la tutora de danza.
Lo más extraño, siguiendo con esta línea acerca de que los adultos hacen su aparición contadas veces a lo largo de la historia, es que la misma película tampoco pide una mayor presencia por su parte. La directora pretende dejar claro que un adulto no siempre es indispensable para contar una buena historia, situando a todo el grupo de alumnas del parque, como las principales e indiscutibles protagonistas del verdadero e interesantísimo núcleo de la película.

-Continua en Spoiler-
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24 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
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