Los objetos amorosos (2016)

Una de las mejores cosas que tiene un festival de cine como el Atlántida Film Fest es la oportunidad de descubrir cosas tan a contracorriente del cine convencional/comercial al que estamos acostumbrados como esta; una película sencilla y barata, "cine low cost", como se suele decir últimamente, pero con mucho que decir.

Una chica colombiana emigra a Roma, dejando en Bogotá a su hijo pequeño, para trabajar y poder reunir el dinero y así traerle con ella y tener ambos un futuro más halagüeño. La primera experiencia que vivirá es ser estafada en el albergue donde se aloja, pero una aventura que comienza con este mal fario tendrá también otros alicientes, aunque con pros y contras; y el principal de ellos será, sin duda, conocer a Fran, una mujer chilena que, tras un primer e importante malentendido, pasará a formar parte de su mundo y le cambiará muchos esquemas mentales con respecto a numerosas cuestiones vitales, como el estilo de vida, la actitud hacia el trabajo e incluso su sexualidad. Tremendo e inolvidable personaje este.

Cine alternativo, diferente, con hechuras fuera del sistema conocido de los estudios, con difícil distribución más allá de los festivales..., pero hecha con talento (especialmente en lo referente a la dirección de las impecables actrices principales), buenas ideas y mucho que contar. Una de las sorpresas inesperadas del Atlántida de este año.

Resulta similar a un alambique que va destilando situaciones alquímicas capaces de trascender más allá de sus propias circunstancias, al superar ese destino, incierto y esquivo de sus protagonistas.

Durante la media hora inicial, se produce una conexión brutal con el espectador sensible, que busca un cine diferente, que haga explotar emociones... Y ciertamente lo consigue: Personajes creíbles, bien equipados de verdad, que a medida que avanzan se van desdibujando para proyectarse en algo que se pierde en una nueva esencia intrascendente, que no se adivinaba al comienzo.

Tal vez si su metraje fuese de hora y media, el ritmo impuesto se habría corregido, y a la vez despejado de escenas innecesarias.
Debo admitir que la fuerza imprimida en sus inicios se alarga, y cuando ya decae, todavía mantiene el impulso, lo cual confirma a "Los Objetos Amorosos", como un trabajo de Adrián Silvestre, de calidad y bien resuelto.