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462 Críticas de los usuarios

Críticas de los usuarios:
10
La película de mi vida (por más que les pese a algunos)
Esto no es una película. Es un roce, una caricia, una mirada, una mano acariciando un rostro, una sonrisa casual a un desconocido en un ascensor, una ventana en un solitario hotel de Tokio, un árbol con mensajes de esperanza, sueños y deseos. Un amor que nunca existió, un amor tedioso, una rutina calmada, un brillo en medio del solitario mar, una persona esperando permanentemente, una joven inmensamente perdida, un hombre enormemente solo en una vida tediosa y trivial. La obra maestra de Sofia Coppola va más allá de lo simple. Plasma en imágenes lo intangible, lo inexpresable, lo que todo el mundo siente pero pocos saben expresar. Una cabeza apoyada en un hombro una madrugada cualquiera en una ciudad lejos de todo. Una complicidad subterránea que se va forjando de manera invisible, un amor de los que no se olvidan. Unas frases de Karaoke que esconden un esplendoroso mensaje de amor, dos personas corriendo de noche por la ciudad, fuegos artificiales en una discoteca, pistolas lasers en medio de un callejón, recreativas que encierran un mundo noctámbulo. Y en su momento más hermoso, es un encuentro fortuito, una lágrima cayendo por una mejilla, un abrazo apasionado, unas palabras susurradas al oído, una sonrisa, una despedida, unas miradas desgarradoras, unas vidas encontradas. Difícil se me hace comentar fríamente algo que a nivel personal me marcó profundamente. Probablemente la película que más haya influenciado en mi persona, en mi manera de ser, en mis gustos e incluso en mi forma de pensar. Como a cualquier persona para la que el cine haya significado algo y con el que haya experimentado alguna sensación inolvidable, a mi esta obra maestra se me quedó grabada a fuego en la mente. Se convirtió de manera inevitable en “la película de mi vida”. Jamas me borraré de la mente ese final, esa bella Scarlett apoyada en una ventana en una solitaria habitación de hotel, o paseando por los enormes parques de Tokio, correteando por los callejones nocturnos de la ciudad, o cruzando una enorme acera con un paraguas transparente. Ese Bill Murray irónico, gracioso, confuso, cantando en el karaoke, o intentando elegir la mejor moqueta, con su wiskhy en la mano y su sonrisa madura. Jamás se borrará de mi memoria esa canción final, ese susurro, ese "adios" tembloroso, esa mirada desconsolada y esas imágenes: un coche alejándose, una carretera por delante, la vida y el “just like honey…” sonando… mientras las imágenes se funden en negro y aparece en pantalla la causante de toda esta maravilla: Sofia Coppola. Probablemente mi vida hubiera sido totalmente diferente sin esta película, le debo lo que soy, y todo lo que amo y esto es algo que no me avergüenzo en absoluto de proclamar, por más burlas que me lleguen. Amo esta película, y punto.
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770 de 963 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Lo nuestro no va bien, Sofía
Vamos a ver, Sofía. Está muy bien que quieras escribir una historia sobre el hastío vital y te propongas, para ello, hacer la película más aburrida de la historia del cine reciente (y casi lo consigas). Lo que me parece incomprensible es que te hayan premiado el guión de una película cuyos mayores defectos están, precisamente, en su propia escritura: la historia, aparte de ser la expresión evidente de una única idea que se podría expresar con dos palabras (ME ABURRO; o bien: SOY INFELIZ, así, con mayúsculas, que es como lo has rodado, de la forma más redundante posible), aparte de esto, la película es deshilachada, cansina, forzada, casi ausente de toda gracia (con alguna excepción, debida siempre al personaje de Murray). Es difícil que despierten en mí ninguna compasión estos personajes fashion perdidos en hoteles de lujo en el otro extremo del mundo, que van de la sauna a la cafetería del rascacielos y se sienten incomprendidos e infelices: todo es pura retórica para producir la autocompasión de las clases privilegiadas. Esta película está rodada para que Victoria Beckham o Ana Obregón o Enrique Iglesias exclamen: "Ay, cómo me identifico, aunque la gente me critique, yo también tengo mis problemas", y apuren su vaso de whisky mientras le rascan el pubis a quien tengan al lado.

Con todo, la película es elegante, presenta un retrato de nuestra sociedad en sus aspectos más elitistas y desaforados (aquí no hay gente normal que estudie, tenga un trabajo basura o problemas de dinero), tiene algún momento cómico (pocos) y tiene su punto de exotismo (pequeño, porque lo que demuestra es que el mundo está realmente globalizado). A mí lo que más gracia me hace es el concepto que tiene la Coppola de lo que es una licenciada en Filosofía por Yale: una tipa alérgica a los libros y a la cultura que lo más intelectual que hace es pintarse los morros, hacer una excursión desganada a Kioto y escuchar una absurda cinta de autoayuda (anda guapa, licénciate en Filosofía por Yale para acabar en las garras de Bucay o Coelho). Eso sí, la chica es muy mona y muy fashion y se pasa el día en bragas.
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520 de 869 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
¿Qué tiene de especial? Creo que ya lo sé (quizás siempre lo supe)
El día 4 de Agosto de 2005 fue publicada mi primera crítica en filmaffinity, que realicé sobre la aclamada cinta de la Coppola “Lost in Translation”, en ella me preguntaba algo muy básico y es que tenía esta película para que tanta gente la alabara y proclamara maravillas sobre ella.

Pues hoy he decidido modificar mi crítica, principalmente por tres razones:

-Yo mismo creía que necesitaba un cambio
-Cuando escribí la crítica me corte mucho a la hora de decir cosas que pudieran molestar a los fans de esta directora
-El sistema de valoración de críticas, cuando elimine esta crítica tenía un saldo de 2 a 7, una cantidad bastante pequeña mirando el saldo negativo que tienen las críticas de otros usuarios, pero que me hizo pensar, me dije si ponen tan mal mi crítica cuando he sido bastante blando, voy a reformarla y si me la fusilan que sea con razón.

Para empezar, sobre esta película en su momento se dijo de todo:

-Se dijo que era un ejercicio de gran cine: ¿el qué es un ejercicio de gran cine?, el alargar veinte segundos un plano sin venir a cuento. Ah claro, que quería transmitir la idea de soledad y aburrimiento que sentían los personajes, entonces muy bien por Sofía, la transmitió muy bien.

-Los actores brillantes: Esto no puedo discutirlo, tanto Scarlett como Bill estaban fantásticos en sus papeles, aunque luego Murray se dedicara a repetir el mismo papel en sus siguientes películas. Pero hay que tener algo más que dos buenas interpretaciones para sostener una película.

-Se llegó a decir que era una gran muestra de cine independiente: Claro, cuando tu productor te deja todo el dinero que quieras para realizar tus películas, y ni siquiera se inmiscuye en tu trabajo, es muy fácil hacer cine independiente, que productor más bueno tuvo Sofía. ¿Qué dices? que era su padre, pues ya lo comprendo.

-Se decía que era una comedia: Incluso se llevó el globo de oro a mejor película comedia/musical, por lo que salvo que consideren musical a la escena del karaoke, me parece que sí que era considerada una comedia. Y no se, a mí me parece más bien un drama, porque a mí la película no me hizo gracia en ningún momento, ya que las bromas son las mismas siempre, y más bien parece que Sofía lo que quiere es reírse de los japoneses, que vale que sean una sociedad muy peculiar pero merecen un respeto.
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410 de 664 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
TOKYO BLUES
Con dominio propio de una mente creadora madura, la joven Coppola sabe combinar melancolía sutil y tenue humorismo para lograr esta obra encantadora, bien apoyada en un uso hábil y sensible de la música.

Desde la altura del lujoso e impersonal hotel-rascacielos se posa una mirada distante sobre Tokio, que sirve de fondo como cualquier otra gran ciudad moderna serviría. Esa mirada tranquila encuentra la empatía idónea para acercarse a los protagonistas, que son un actor en baja (Bill Murray), con cara de pocos amigos, de estar anímicamente en las últimas, y una licenciada inactiva (Scarlett Johansson), casada con un fotógrafo que la ignora y por las noches ronca.
Insomnes ambos protagonistas, sufren un ‘jetlag’ existencial que va más allá de los desfases horarios y de los bostezos que no pueden reprimir en el ascensor, cuando se ven por primera vez.

¿Por primera vez? Gran parte del encanto de la película está en la poética sugerencia de un reencuentro platónico entre almas gemelas que se reconocen y establecen en el acto una corriente de comunicación directa, de mutua simpatía y complicidad.
El mayor acierto de Sofia Coppola es no definir esa conexión sólo en positivo, detallando su contenido, sino definirla también por claro contraste con la incomunicación por todas partes imperante como rasgo característico de la sociedad contemporánea, un mundo tan superpoblado y complejo que los mensajes se pierden inexorablemente en la traducción entre idiomas, entre códigos, entre mentalidades. De esto va mostrando el film numerosos ejemplos, empezando por el cómico rodaje del spot de un whisky, las largas parrafadas que la intérprete traduce a una sola frase. O las conversaciones telefónicas con la familia, diálogos de sordos (uno dice Te quiero, el otro ya ha colgado)… En bragas rosa por la habitación, ella escucha un audilibro sobre el sentido de la vida. Él juega al golf a solas, en el green o en un vaso tumbado en la moqueta. Ella callejea entre la muchedumbre extraña, visita templos que nada le dicen. En las ruedas de prensa todo es parloteo, tontería, expresión insuficiente y comunicación superficial. Zapeando, él se ve en una película antigua, doblado al japonés, convertido en otro.
Y cuando coinciden hay sonrisa, todo se llena de confianza, de un incesante reconocerse, tratarse delicadamente.
Unos planos cenitales toman las confidencias susurradas en la cama. Cuando la conversación languidece, una mano roza apenas un pie. La ternura es infinita.

Ellos se encuentran melancólicamente en un lugar de paso, para condolerse en continuo sobreentendido, por encima de las múltiples barreras de obviedad y convención que interpone el lenguaje, barreras que absorben los mensajes y los apagan, dejando que se pierdan en la traducción, entre los inútiles códigos comunicativos.

Se (re)encuentran para un abrazo, un maravilloso abrazo que es toda una teoría de los afectos humanos.
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154 de 190 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Todos queremos que nos encuentren
No se como expresar lo que siento cada vez que veo esta película, pero lo voy a intentar. Tranquilidad, sosiego, nostalgia, esperanza, amor, emoción, risa, llanto... Todo esto y más, es lo que nos proporciona este viaje al mismísimo Tokio, que llega a convertirse en otro personaje más. Cada segundo de esta maravilla es necesario, no sobra absolutamente nada, la banda sonora es perfecta al igual que el ritmo y los personajes. La mejor "actuación" de Bill Murray, que con esa pasmosa facilidad consigue darle todo lo que necesita el personaje. Scarlett Johansson se consagra con su actuación (en la que consigue enamorar) y se abre un hueco que va agrandando poco a poco en lo más alto. El guión es absolutamente perfecto, merecedor del oscar, y por último Sofia Coppola que coge el testigo de su padre para realizar una obra maestra de nuestra época. Es sin duda, mi película preferida, Gracias.
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208 de 301 usuarios han encontrado esta crítica útil
4
pelín soporífera...
La verdad, en esto de "criticar" cine, hay veces que te sientes un poco desubicada. Si la peli es de esas que se llaman de culto: parece que irremediablemente has de elogiar y exponer lo fantástica que es, porque de no hacerlo, se te echan encima legiones de "entendidos" que te tachan de inculta o cazurra por no haber sabido valorar su profundidad, plasticidad, técnica,...Si la peli tiene etiqueta de bodrio o de mala a secas: has de dejarlo clarito desde el principio y pedir perdón, o incluso colar tímidamente algún comentario positivo, pero matizando con frases como: lo único que se salva, hay una excepción,... así de rondón, como el que no quiere la cosa. En fin, lo único cierto es que, salvo cuestiones técnicas que muy poquitos pueden objetivamente valorar, el resto se reduce a comentar tu impresión, si te ha gustado, si te ha sorprendido, entretenido, angustiado, divertido, dado miedo,... EMOCIONES y SENTIMIENTOS que te ha llegado a través de la dirección, fotografía, interpretación,... y en definitiva, en eso cada uno tiene su muy estimable punto de vista. Por esto, aun llevando la contraria a muchos de mis entendidos críticos de esta web...LA PELI ME HA PARECIDO ABURRIDA. Reconozco que Murray actúa muy bien, pero, no me basta con eso para calificarla de peliculón recomendable. No dudo que pueda ser espléndida desde un punto de vista exclusivamente técnico, pero como no tengo capacidad para valorar eso, sin complejos digo que no me gustó.
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147 de 215 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Insomnes
A veces las películas no son películas sino estados de ánimo. A veces las películas no nos narran historias y sólo son sentimientos. A veces las películas se guardan para ellas lo único que nos tienen que contar. Lost in translation es una noche (o varias) alucinógena (o alucinada) en que no hay manera de dormir, es también un instante en medio de la multitud en que te detienes para reconocerte, ¿Y por qué no? Es además ese momento muchos años más tarde, en que recuerdas una conversación casual en un bar con aquel tipo que casi no conociste y al que no le importabas nada. ¿Será que hablar de la decoración de tu despacho es más importante que conversar de esas cosas a las que llamamos serias? A lo mejor es que el amor de las películas sólo está hecho para verlo en una pantalla de 35 mm y no para vivirlo, o a lo mejor es que la auténtica intimidad se esconde entre un disco de Air y un Karaoke nocturno, entre una sesión doble de cine en versión original con subtítulos en japonés y una caricia furtiva. A lo mejor es que todo lo que nos gustaría decir, lo que nos encantaría expresar, les pertenece a los de Hollywood y a nosotros sólo nos queda susurrar en voz (muy, muy) baja a la única persona que ha detenido su paso a nuestro lado para que guarde el secreto y lo mantenga con la esperanza de que el Cine no lo escuche y no nos lo pueda robar
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125 de 183 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Just like honey
He de empezar diciendo que para mi el cine siempre ha sido algo mas que un mero entretenimiento. El cine es mi segundo gran amor (solo superado por cierta chica de ojos verdosos), es mi pasión, es lo que me diferencia de las personas de mi alrededor, que nunca podrán ver la magia de "El Viaje de Chihiro" que no miran mas allá de "un tipo con un una pistola persiguiendo a robots que meten leches" al ver "Blade Runner", que cuando vieron "Forrest Gump" solo se quedaron con aquello de "no siento las piernas". El cine es mi refugio, es un sitio donde esconderme de un mundo que no es siempre (por no decir nunca) como a mi me gustaría y simplemente poder olvidar mis preocupaciones y mis problemas (que gracias a ¿Dios? no son muchos) y vivir y sentir otras realidades y situaciones que en mi vida no tendré el gusto o disgusto de protagonizar. Para mí, el cine y los sentimientos o las emociones son cosas ligadas. Así como al ver una película no puedo evitar sentir, al criticar una película no puedo ignorar mis sentimientos. Y he aquí la grandeza de Lost in Translation.

Lost in Translation es una película especial. La critica la ama y el público la odia. No es una película que recomiende a todo el mundo, ya que se necesita ser “especial” en cierto sentido para que te guste. Lo primero que hay que comprender sobre Lost in Translation es que es una película que se basa mas en los silencios que en las palabras. Son las miradas, los gestos, las caricias, la forma de hablar y no las palabras que se dicen lo que realmente cuenta. Lo siguiente que hay que comprender de Lost in Translation es que es una película “realista”, tanto Bob como Charlotte no son dos personas a las que las pasan cosas extraordinarias, normalmente nos dicen “cuéntame tu vida”, te quedas un rato pensando y respondes,”no hay nada que contar” eso es lo que les pasa a Bob y a Charlotte, como a la mayoría de nosotros que tenemos la fortuna o la desgracia de no tener que contar nada, sus vidas son normales, con problemas y preocupaciones que no escapan de la normalidad.

Bob y Charlotte simplemente son dos almas perdidas que se encuentran en uno de los lugares más fascinantes, poblados y extraños del mundo. No solo se encuentran perdidos en una cultura que no comprenden o en un idioma que no entienden, si no que estan perdidos en la vida, mientras uno se halla en plena crisis matrimonial y de los cincuenta, la otra se encuentra perdida en su juventud, sin saber que hacer y con el riesgo de echar a perder su futuro.

SIGUE EN SPOILER (con spoiler)
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93 de 121 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
Hola, me llamo Sofia Coppola, soy asquerosamente rica y voy a contaros cómo nos aburrimos los ricos
Pues sí, Sofía Coppola, una tía asquerosamente rica y presiento que insoportablemente tonnnnnta, nos cuenta una vez más (y creo que ya van tropecientasmil) cómo se aburren los ricos y lo desgraciadísimos que son.

Os sitúo: Tokio. Qué clase de personas creéis que se pueden morir de aburrimiento y de asco en un lugar tan fascinante. Pues sí, por increíble e incluso insultante que os parezca, esa gente existe.

Una joven aparentemente sana, estupenda, monísima y sin tara visibles (Scarlett Johansson) ha viajado hasta allí con su marido pero, como él se pasa el día trasbajando y ella parece ser incapaz de pasárselo bien sola, se aburre como una ostra. Mira por la ventana; se rasca la nariz; coge un libro; lo mira; lo suelta; bosteza; se tumba en la cama; mira por la ventana; se vuelve a rascar la nariz... Sí, señores, en Tokio.

Un viejo actor cuya carrera pega los últimos coletazos (Bill Murray) viaja a la ciudad para rodar un anuncio, y entre toma y toma también se aburre como otra ostra. Éste mata las horas en el bar tomando whisky y escuchando a una petarda americana cantar. Sí, señores, en Tokio.

Pues sí, la vida es así, Dios le da gafas a quien no tiene ojos y mocos a quien no tiene nariz, qué se le va a hacer.

Luego estos dos se conocen, simpatizan, empatizan, surge la química y... se dedican a compartir su aburrimiento el uno con el otro. Y ya lo de siempre: yo te hago ojitos, tú me echas una sonrisita, yo te cojo la manita... y el suspense: cuándo coño se acostarán estos dos y dejarán de marear la perdiz. Y básicamente éste es el argumento de la película.

Pasemos por alto los siete pares de hostias que les daríamos a cada uno; pasemos por alto la terrible injusticia de que este par de gilipollas se puedan permitir viajar a un lugar al que ni tú ni yo ni medio mundo podrá ir jamás. Pasemos todo eso por alto y vayamos al grano: por qué coño se aburren tanto los ricos. Por qué son tan terriblemente desgraciados. Qué coño le pasa a esta gente. Y sobre todo, por qué disfruta tanto esta tía contándonos siempre en sus coñazos de películas lo mal que se lo pasan.
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150 de 241 usuarios han encontrado esta crítica útil
3
El paseo de los melancólicos
La película me parece larga, aburrida, y en algunos planos hasta desesperante, la historia, por llamarle de alguna forma, no es nada creible, los encuentros de ellos son para desesperarse y desde luego no están bien resueltos, con unos planos larguísimos que no expresan nada más que confusión en el espectador (me refiero a mí , no quiero ser pedante y hacerlo extensible a todo el mundo, porque hay mucha gente a la que si le gusta la película ), porque lo que me produce son dudas ¿ La dejo de ver ahora mismo, o me sigo aburriendo a ver si esto mejora y le veo algún sentido?, por cierto Scarlett, como actriz me sigue dejando mucho que desear y casi siempre la veo desubicada en sus papeles, y él como casi siempre últimamente con cara de poker que por reiteración en su papel empieza a no gustarme.

Después la descripción que hace de los Japoneses, más bien ridiculización, como personas incapaces e inferiores a la cultura Americana, como en las escenas del rodaje de los anuncios, o en el hospital con el paciente en la sala de espera, como el que nadie hable inglés en un gran hospital de Tokio, no en la sala de urgencias de un pueblo perdido de las montañas, y para acabar el programa de tv., lo único positivo de Japón que nos muestra son algunos planos del paisaje, como de la cultura Japonesa.

El final me parece lo mejor de la película por 2 razones, la primera porque por fin el tostón se acaba y con ella las terribles dudas de cuando la voy a dejar ver, y la segunda razón, porque me parece un final muy coherente, porque si en la película no pasa casi nada, en el final tampoco lo hace, lo que me parece un buen ejercicio de coherencia por parte de Sofía ...... soy incapaz de escribir el apellido de un gran director de cine en la crítica de una película mala y fallida como esta, a la que califico con un tres, porque el uno y el dos se los reservo a las películas que no termino de ver.
En resumen, respetando la opinión y el gusto, tanto a la crítica especializada como a la legión de seguidores que tiene esta película, me parece una película muy mala.
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87 de 128 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Turismo accidental
Que Sofia Coppola tiene la culpa de ser Sofia Coppola es algo que no discutiré. Que Bill Murray suele ser una mala elección me parece evidente. Que Scarlett Johansson no da para mucho más, es cuestión de opiniones, aunque yo lo suscribo.

Sin embargo en esta película se reivindica al mal viajero y eso me gusta. No me parece pedante ni pretencioso lo que se ve en ella, ni tampoco irrespetuoso. Lo pedante es intentar colar citas de Mishima en una entrevista en la tele japonesa. Lo pretencioso es leer haikus en el hotel de cinco estrellas, en vez de aburrirse, que es lo único que se hace en un hotel. Lo irrespetuoso es comentar el inmenso respeto que se tiene a una civilización milenaria y la pena que nos da la invasión cultural que ha sufrido; como si una estancia de unas horas nos convirtiera en forenses especialistas.

Cada vez que sale el inefable bohemio de salón distinguiendo entre un turista y un viajero, me escondo debajo de la mesa camilla. En otro país sólo puede usted ser tres cosas: un asimilado - si se queda en él-, un conquistador -como Alejandro o MacArthur- o un turista. Hay quien es turista a pesar de residir toda su vida en un país, eso es algo muy inglés. Pero no se engañen, no hay más.

El viaje auténtico, y eso parece decir esta película, lo proporciona el contacto con las personas, aquí y en Tokio. Piensen en los viajes que han hecho en su vida y quizás me den la razón: lo importante es con quién y no adónde.
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54 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
True Love
¿Cómo describir la Soledad? ¿Cómo representar el Amor? Basta con mirar a los ojos a Bill Murray o a Scarlett Johansson. Te olvidas de que hay dos actores...Te dejas llevar. Es real como la vida misma, por eso no hay adjetivos suficientes para describirla; melancólica, irónica, divertida, triste, emocionante, esperanzadora y frustrante a la vez...
Vida...Sentimientos...Personas
Los protagonistas están en estado de gracia, magistrales. Sofía Coppola, basadose en la dificil tarea de rellenar cada plano de emociones y de sutileza, nos deja una muestra de Amor Verdadero, de ese amor que va más allá de una pareja de novios, de unos hermanos, de un padre y un hijo, de unos amigos...El Amor con mayúsculas.
"Siempre nos quedará Tokio"
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61 de 94 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Alcanzando el Nirvana
El nirvana es un concepto budista e hindú que significa 'extinción'. Es el estado supremo de liberación de todas las ataduras. La absoluta felicidad, el culmen de la iluminación, la serenidad sin límites. Quien llega al nirvana se libera ya de la necesidad de otra reencarnación. Ha vencido a la muerte y al dolor.
Algo parecido se podría sentir, en ciertos momentos de la vida, al ver esta película.

La primera vez que vi el comienzo de la película en el cine, al ver el maravilloso paisaje, con el que nos deleita, Charlotte (Scarlett Johansson), me quedé entre impactado y expectante, pero no me esperaba lo que vendría a continuación.
La fascinante urbe de Tokio, vista desde los ojos de Bob Harris (Bill Murray), un veterano actor que ha venido a la ciudad japonesa, para hacer un anuncio de Whisky.
La belleza de lo que me rodeaba en aquella sala de cine, como la música me envolvía totalmente. Girls de Death in Vegas, de fondo o mas bien en primer término, eso no lo olvidaré en mi vida.
Me había metido en la película, antes incluso de saber lo que me iba a contar.

A partir de aquí, la primera etapa de la película empieza a dejar claros muchos puntos, entre ellos, que Charlotte, acompañando a su novio John (Giovanni Ribisi), está como bien dice el título de la película, perdida, o que la línea que separa a Bob Harris de Bill Murray, es prácticamente invisible y que es un hombre que parece haber vivido ya su momento más dulce, parte de su vitalidad parece perdida, que no su humor, pero conocer a Charlotte, lo cambiara todo.
El paréntesis que necesitaba su vida, llegara en este viaje inolvidable.

Un cruce de miradas en el ascensor y una serie de encuentros. La película va repartiéndose entre las vidas de Bob y Charlotte, hasta que finalmente se juntan en una.
Pero lo genial es que la historia se mezcla, con una banda sonora elegida con gran acierto para cada momento. Canciones y melodías entre las que se encuentran, la ya mencionada girls, On the Subway (Charlotte en el metro) o Sometimes.

Bill Murray está perfecto durante toda la película y Scarlett Johansson, no se queda atrás precisamente.
Cuando están por separado, tienes buenos momentos, pero cuando están juntos, sucede algo mágico. Es en esos momentos, cuando los diálogos se vuelven poderosos.

Dar una vuelta en coche por Tokio o mirar la ciudad por la ventana de un hotel. Esto por si solo, podría ser suficiente para disfrutar de este viaje, pero además viene acompañado, de una gran y a la vez sencilla historia, que transcurre en una ciudad que nos deja viajar al futuro.
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54 de 87 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
MALA, REMALA
Madre mía, estoy preocupada, ¿cómo se me puede escapar esta obra maestra sin percibirla?, porque yo lo que he visto es una película sin guión, sin argumento, sin diálogos, sin historia, y eso sí, menos mal que dura poco, porque se hace eterno, tanto esperar que pase por fin algo, y descubrir que es que no pasa nada, NI VA A PASAR, solo la cara de imbécil que se le queda a uno cuando ve que la película se ha acabado, y te preguntas ¿de qué iba?, y la respuesta es ¿y quién lo sabe?.
Esta tomadura de pelo "maestra", me recuerda a esas pinturas abstractas donde el pintor da tres brochazos de cualquier manera, en el título pone "mujer con aguacate en fondo gráfico", y encima viene un crítico y dice que el artista es un genio porque ha captado la luz...
No sé, ¿tal vez debería verla otra vez para ver si se me ha escapado algo...?
Mejor no, no tengo el cabello tan abundante como para que me lo tomen una segunda vez.
Adíos Sofia Coppola, hasta nunca, que vaya a verte tu abuela.
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46 de 72 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
El pulso de la gran ciudad y la soledad existencial
Imagino que el que más, el que menos, ha experimentado alguna vez ese vacío doloroso de la soledad.
Sentirse solo entre millones de personas.
Sentirse solo entre los seres a los que se ama.
Y, sobre todo, sentirse solo en el centro de uno mismo.
Sofia Coppola nos regala un bello, llamativo y melancólico estudio del ostracismo. Ese aislamiento emocional que parece ser un síndrome de nuestros tiempos, de la fascinante, discordante y chirriante variedad, de los choques interculturales, de la convivencia forzosa entre millones de seres que buscan su espacio vital en medio del anonimato y de la aglomeración de la gran urbe.
¿Quién no ha tenido en más de una ocasión esa impresión de rutina, de desgaste, de desorientación, de perder el rumbo o desesperar de llegar a encontrarlo alguna vez? ¿De encontrarse en un lugar extraño, rodeado de personas que hablan en un idioma que no entiendes (y no me refiero sólo a la lengua), alejado de tu familia e incluso de ti mismo?
¿Quién no se ha sentido como una isla a la deriva, náufrago que pierde pie desesperadamente en mitad de un mar embravecido en el que nadan denodadamente muchos otros náufragos, todos perdidos en un océano infinito que parece no tener orillas?
¿Quién no ha mirado a su alrededor y se ha visto a sí mismo como un extraño en medio de extraños condenados a no entenderse?
¿Quién no ha mirado alguna vez hacia adelante y se ha sentido atascado, falto de propósitos, de alicientes, aspiraciones o simplemente de confianza en uno mismo?
Bob y Charlotte son dos islas perdidas en el inmenso mar urbano de Tokyo.
La fotografía es deslumbrante y abundan los planos de la ciudad (las luces de neón, los carteles publicitarios, los variopintos edificios, las multitudes, los transportes...), recreando hermosas escenas que parecen casuales y mostradas como el que no quiere la cosa, pero que en realidad encierran significados espirituales, vinculados a la visión subjetiva de los personajes. Esos planos de Charlotte sentada en el alféizar de la ventana, mientras ella observa melancólicamente la abrumadora ciudad que se extiende ante sus ojos, encierran una rara belleza; así como la mirada algo hastiada de Bob, que contempla el paisaje con recelo... La fotografía es increíblemente expresiva y posee una elocuencia que va de lo sosegado a lo vibrante, comunicando mensajes mucho más hondos de lo que lo hacen los propios diálogos. Las conversaciones, sencillas e intrascendentes, como podría ser cualquier conversación corriente, con sus rasgos de humor, de ridiculez, de sinceridad, de falsedad, de diversión y de tristeza; los personajes con los que se cruzan los protagonistas, a menudo chocantes y llamativos en su variedad...
Sigo en el spoiler.
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42 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
La pija tonta se aburre.
Sofia Coppola pretende ajustar cuentas con su ex, pero lo cierto es que es el único personaje que curra en esta peliculilla de bobos desocupados. La tonta pija se aburre en Tokio, nadie la saca de paseo. Cupido propicia un encuentro con el cenutrio Bill Murray, haciendo de Bill Murray el cenutrio. El hastío vital los une, se sacan mutuamente de paseo y descubren que las ridículas paparruchas que se susurran los hacen levitar en su propio vacío. Se revulecan en su propio detritus. Se reafirman en su propia memez.

En resumen: ellos se aburren, nosotros nos aburrimos.

A esta chorrada malamente disfrazada de nosequé existencial le dieron un Oscar... AL MEJOR GUIÓN!

A la hoguera.
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89 de 160 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Conociéndose en un hotel de Shinjuku
Quizás él no es tan cínico como su actitud parece sugerir, y quizás ella no es tan ingenua como se podría presuponer por ser más joven y por tener una conducta sincera. Puede que la edad y la experiencia no sirvan para garantizar ninguna sabiduría o certeza concreta. Ese actor veterano que está en Tokio para hacer publicidad de un whisky japonés está en realidad tan desconcertado y en muchos aspectos perdido como pueda estarlo ella. Ella, con esa curiosidad natural en la gente de su edad, se dedica a visitar templos en Kioto, a mezclarse con los viajeros del metro que leen mangas durante el trayecto, a curiosear en las salas recreativas o en los salones de pachinko. En contraposición, él aprovecha un día de descanso para ir a jugar al golf, pese a ser una actividad que podría realizar en cualquier otro lugar del mundo, y demostrando que no siente ya el mismo entusiasmo por lo nuevo que tiene ella, todavía más apasionada y esperanzada.
Y sin embargo los dos siguen siendo soñadores a su manera. Los dos buscan respuestas a sus inseguridades, y anhelan la compañía de alguien que les escuche y les comprenda. Pese a la coraza sútil de ironía que utilizan en sus conversaciones amistosas.
Los seres humanos pueden acumular millones de experiencias y estar rodeados de millones de personas, y sentirse pese a todo incompletos y faltos de afecto. Por eso la amistad y el cariño sincero son como un bálsamo que cura las heridas y nos hace sentirnos bien.
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30 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
1
Perdido en el aburrimiento
Estoy pensando en que me parece que he visto una película más aburrida que esta pero no me acuerdo... Mientras bostezo... seguiré pensando y seguro que daré con ella
No entiendo cómo esto puede gustar tanto. Tal vez debiera darle otra oportunidad pero no me atrevo porque puede dislocárseme la mandíbula.
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32 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
"Soñadores"
Desde el primer momento, es una película que te engancha. El caos, la música, los sonidos, los gestos de los personajes..
Sin embargo, siempre hay que volver a verla, pues la primera vez se pierden detalles.
¿ Es una historia de amor?, ¿sólo de amistad?. Desde luego, para mí es una historia de amor real. Y de soledad. Y de la necesidad que tenemos los seres humanos de ser escuchados.
En un mundo que no nos entiende.
Todo son antagonismos en esta película: el ruido, la música, la fama, la soledad.
El amor.
¿ El desamor?.
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31 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
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ESPECIAL ROMÁNTICOS...
Cuando vi esta película todavía no conocía filmaffinity ni buscaba información antes de ver alguna, en parte creo que es mucho mejor, ya que es inevitable influenciarte de algun u otro modo.

Me pareció muy buena, ya la he visto varias veces y me sigue gustando igual o más que la primera vez. Es una mezcla de comedia/drama con pequeños toques sarcásticos, pero de una manera muy inteligente que te engancha desde el principio. La historia que viven Bill Murray y Scarlett Johansson es real como la vida misma y podría pasarnos a cualquiera. Entiendo que algunas personas puedan calificarla de "sosa" si no eres una persona romántica y soñadora.

La actuación de Bill es brillante... la mejor hasta el momento, Scarlett muy natural, las imágenes de Tokio están muy bien y bonita música; Una película reflexiva y profunda muy recomendable.
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