Venían a buscarme (2016)

Reconstruir la memoria personal y familiar, sobre todo la historia de sus padres militantes del MIR que fueron asesinados en dictadura, es la motivación de este comentado documental chileno, “Venían a Buscarme”, dirigido por Álvaro de la Barra que se exhibe en Talca en Ciclo Miradoc

Algo de ruido me produce a veces la abundante filmografía donde el tema central a abordar es sobre las consecuencias de la dictadura en nuestro país que está muy presente en nuestros cineastas, como que Chile nace en esta fecha cuando hay muchas historias que contar en el país. Pero también debo decir que valoro mucho el hecho del rescate a la memoria de este Chile contemporáneo que entregan este tipo de documentos más si provienen de un documental que resulta más humano, cercano y de buena calidad como lo es este.
“Venían a Buscarme”, es el documental chileno del momento y está a cargo de Alvaro de la Barra, quien la oficia de guionista, productor y director para ir en búsqueda de sus raíces, la de un niño que en el inicio de la dictadura perdió a sus padres que eran miembros activos del MIR en manos de militares cuando iban a buscarlo al jardín infantil donde fueron emboscados por fuerzas especiales y asesinarlos en plena calle.
El documental se construye a partir del regreso del realizador a Chile recordando y reconstruyendo el puzzle de su vida como bebe huérfano viviendo en la clandestinidad en Francia y Venezuela, y como este fue sacado al extranjero con cambio de identidad. Dicho recorrido se va entrevistando con vecinos, familiares y ex miembros del MIR quienes le van relatando el carácter e ideales de sus padres de los cuales solo tiene un vago recuerdo de los malogrados cuerpos que terminaron en Villa Grimaldi.
De la Barra manifiesta en uno de su relatos. “ Yo crecí en el exilio, clandestino y con la imagen heroica de mis padres como pareja y como luchadores sociales. Ahora busco recuperar mi identidad intentando así, conocerlos a ellos”. Esta frase enmarca el sentido del documental que es muy emotivo, nos trae a la mente de lo que se vivía en la época con enemigos en todas las esquinas, infiltrados yespias. El documental va hilando un sinnúmero de historias que van reconstruyendo la estructura personal del director, de su familia la cual pudo sacar adelante gracias a la generosidad de aquellas personas que entregan su testimonio al realizador.
Asombra la valentía de este relato, la serenidad del realizador ante un material cargado de emotividad y de personas idealistas que querían antes del golpe cambiar el sistema de particular forma y que encontraron un fuerte enemigo que los persiguió hasta extinguirlos. El documental no es un panfleto publicitario barato de la izquierda como víctima es por sobre todo una gran oportunidad de atesorarlo como un archivo del país.
La película ha tenido una excelente recepción en los festivales en los que se ha proyectado. Mejor Película y Mejor Montaje Competencia Nacional de largometrajes FECICH, Mejor Ópera prima FIDOCS, Premio Opera Prima ATLANTIDOC, Mención Especial Festival DDHH Buenos Aires y Mejor película en FICTALCA 2018.