El club de los jóvenes millonarios (2018)

Arranca de manera brillante y convincente. Pero rápidamente se transforma en una salsa de tomate con pimiento y cebolla.

Nada es creíble, todo se desarrolla en tono superficial. Los excesos no lo parecen, las ideas financieras son de parvulario de broker. Sigue una curva descendente continua hasta un final inesperado y acomodaticio.

Kevin Spacey, debido al escándalo en que se ve inmerso, atraviesa sus horas más bajas; rechazado como actor ha lastrado el estreno de El Club de los Jóvenes Millonarios, pues la recaudación durante los primeros días en los cines americanos, supuso una cantidad ridícula que impedirá recuperar la inversión de los productores.

Es complicado hacer una crítica de esta película sin mencionar la situación extra cinematográfica, o no, de uno de sus protagonistas: Kevin Spacey. Uno de los actores con más prestigio en la industria y que se ha convertido en un apestado por sus presuntas “actuaciones” delictivo sexuales. Hablar de él es juzgarle por eso y no por su trabajo aunque uno quiera ser aséptico. Pero es difícil máximo con actores jóvenes y guapos en el set. En fin...
Vamos a lo que interesa que es la película en sí y no es tan mala como los críticos americanos dicen en sus reseñas. Sí que se da un aire en la temática al LOBO DE WALL STREET pero James Cox no es, ni de lejos, Martín Scorsese y el reparto, aún con un Taron Egerton muy bueno en su papel, no está bien dirigido.
La productora se encuentra en una situación delicada porque la película tiene una carrera comercial nula...en España seguro que no se estrenará en salas y dudo que el coste del doblaje lo quieran asumir desde ninguna distribuidora. En resumen: se trata de una película correcta que hace seis años podría haber resultado algo comercial pero hoy...