Vegas (Serie de TV) (2012)

El piloto de “Vegas” y sus posteriores capítulos confirman la ‘dificultad’ que tienen las series para funcionar y subsistir en cadenas que no sean de cable. No es que mostrar sexo, violencia y tratar temas tabú garantice en absoluto el éxito o trascendencia de una ficción. La apuesta de la CBS con una serie ambientada en Las Vegas de los 60 y con dos estrellas como Dennis Quaid y Michael Chiklis, escoltadas por Carrie-Anne Moss y Jason O'Mara, reparte cal y arena a partes iguales pese a que los excelentes datos de audiencia que está teniendo nos indican que hay serie para rato. Puede que aquí las diferencias entre hacer una serie para una cadena por cable o no queden reducidas al simple tabaco en pantalla. Nadie fuma, salvo al arranque del segundo capítulo, y es un dato tan curioso como revelador. Ese realismo en la puesta en escena, decorados, coches y un larguísimo etcétera nos revela que la pulcritud para no herir sensibilidades es risible e incluso absurda: venden cigarrillos pero al parecer son para otro tipo de usos porque recordemos que aquí casi nadie fuma, hay vicio pero no se muestra chicha, hay gánsteres pero nadie dice ni una sola palabrota, hay asesinatos pero filmados fuera de campo, hay una trama criminal pero insondables pistas… Pese a la conseguida puesta en escena y ambientación, “Vegas” tiene poco con lo que rellenarlo. En definitiva, hay y no hay serie.

Tampoco se sabe qué quiere ser “Vegas”. Cuentan con James Mangold detrás de las cámaras y produciendo la serie y Nicholas Pileggi, uno de los creadores, es el escritor de los libros que dieron lugar a “Uno de los nuestros” y “Casino”. Cuesta creer que aquí los mafiosos parezcan tan simpáticos y no generen ninguna clase de terror a la audiencia. También con el simplismo de las tramas policíacas y personajes comodín que repitan a los telespectadores los hallazgos de las pesquisas. En el piloto y el segundo capítulo la serie opta por un estilo procedimental en una fusión de western y policial con el subgénero de gánsteres. Podría ser muy interesante mientras el rumbo lo tomará el estilo de “Boardwalk Empire” pero la ausencia de sexo, palabrotas, violencia reducida, cigarrillos y humo van a condenar la serie a un cruce de “Colombo” y “Bonanza” ambientado en Las Vegas de los 60. Los métodos del irascible y presuntamente incorruptible Ralph Lamb como improvisado sheriff consisten en combatir la criminalidad saltándose la ley e imponiendo la suya propia. Dicen, además, que es un pseudo-plagio del protagonista de “Justified”… El choque con la mafia es lo más interesante y llamativo, pero sigue apareciendo un potencial aminorado por los intereses de la cadena.

En la HBO estaríamos ante el eslabón perfecto entre “Boardwalk Empire” y “Los Soprano”, en la CBS se conforman con un procedimental facilón que no hiera la sensibilidad de la audiencia imponiendo la auto-censura. No faltan gente lanzada por cristaleras y explosiones marca de la Cosa Nostra y un popurrí con estrellas. Lo siento, pero las luces de “Vegas” se han apagado para mí… Hagan lo que quieran con su tiempo y dinero… pero el mío vale oro y esta serie es simple, pasajera y entretenida calderilla.

Vaya serie más desaprovechada. Cuenta con un gran reparto (Dennis Quaid, Michael Chiklis, Carrie Anne-Moss, Jason O'Mara), un buen director (James Magnold), y una buena ambientación (Las Vegas años 60), y con todo esto van y nos meten una serie policiaca procedimental más. Valiente tomadura de pelo. Con estos mimbres lo lógico es que hubiera seguido la estela de series como 'Boardwalk Empire' o 'Magic City' y optaran por tramas que se desarrollan a lo largo de la temporada y no capítulos auto-conclusivos como si se tratara de una serie policiaca más. Los casos suenan a ya vistos, y a la serie le falta fuerza y sobre todo mala leche y crudeza. Una lástima que no haya caído en manos de la HBO, por ejemplo. Para mí, la decepción de la temporada.