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Todos al suelo (1982)

Todos al suelo
87 min.
5,1
1.015
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Escena
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Sinopsis
Una banda de cuatro auténticos elementos, compuesta por Facundo (Fernando Esteso), un mujeriego dispuesto a abandonar hogar, trabajo y pareja para largarse con su querida; Aniceto, otro golfo a punto de ser padre que comparte los angustiosos momentos del preparto de su amante (Paloma Hurtado) con amorosos flirteos con la vecina mientras descuida a su verdadera esposa; Pedro, un mecánico tuerto (Antonio Ozores), aburrido de tanta grasa entre coches y motores, y por último Bernardo, un simpático abuelete (Juanito Navarro) que vive con su hija, yerno y nieto en una feria ambulante. Entre los cuatro deciden romper con la miseria habitual y trazan un plan 'perfecto': dar un golpe a una sucursal del Banco Mistral justo el día en el que van a ser depositados 150 millones de pesetas.
Género
Comedia Robos & Atracos
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
Todos al suelo
Duración
87 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
Pajares y Esteso
7
Genio y Figura
Todos Al Suelo es, probablemente, la película menos valorada de la etapa ¨binomio Pajares-Esteso¨ de Don Mariano Ozores, casi denostada por el fan medio de este relevante director, si es que exite tal cosa en la vida real. Cierto es que no puede competir en espectacularidad y número de chascarrilos efectivos por minuto con obras como Yo Hice a Roque III o Los Energéticos, pero de ahí a minusvalorarla media un trecho. Seamos consecuentes, por favor: aquí Pajares (mucho antes de que le diese su reciente ¨día de furia¨), Esteso (antes de recaer ¨de lo suyo¨) y el resto del reparto (que incluye al hijo de Pajares y a Rafaela Aparicio en modo ¨critter chillón¨) se amoldan perfectamente, como un mecanismo de relojería suizo, al gran guión paródico que teje Don Mariano sobre la modalidad de ¨películas de atraco¨, adaptándolo perfectamente a la idiosincrasia ibérica, tan influida por la chapuza y la molicie.

Primero, si acaso, distinguir las diferencias entre esta etapa y las anteriores, más allá del protagonismo de Esteso y Pajares: mientras en las pelis de espionaje se apreciaba una presencia casi constante de exteriores lujosos, en estas nueve películas más de 3/4 partes del metraje trancurren en interiores, mostrando a lo sumo un parque público o un bar que hace esquina al recurrir a exteriores; los equipos de producción son infinitamente menores en nº de personas, en una clara maniobra de cara a maximizar beneficios; y, por último, se entremezcla la parodia de géneros fílmicos con la chanza acerca de los cambios que vienen acaeciendo desde la transición, de un modo fluido en lo narrativo y que da pie al enredo y a la comedia de situación pero de manera harto ambigüa de cara a averigüar que opina Don Mariano de verdad de todo esto. (*)

Aquí, como decía, tenemos todo para reir entre eructos y efluvios alcohólicos: un atraco en fecha y hora equivocada, la presencia de un niño y una parturienta en la oficina a robar (familiares ambos de los atracadores), un Juanito Navarro feriante, un Antonio Ozores que viste y calza como Don Jaime de Marichalar, un amago de persecución que no se llega a dar jamás, una espectacular dotación policial de dos coches patrulla y una moto para rodear la oficina bancaria donde se está cometiendo el latrocinio dadaísta, un pecho con su correspondiente pezonaco antes de llegar al primer minuto de metraje, la petición de 20 filetes empanados por parte de los atracadores como una de las condiciones para no ejecutar rehenes... y un guiño de soslayo a Beckett: si los personajes de una obra suya esperaban futilmente a Godot, aquí se aguarda la llegada del dinero, cosa que jamás pasará.
Brillante.
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28 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Ha salido como el culo...
En primer lugar hay que quitarse de encima cualquier tipo de prejuicios sobre el cine cómico español de la transición, hijo de su época, donde abundaba el chascarrillo político (ya se podian mofar del poder abiertamente, sin los subterfugios de Berlanga), el destape, el humor grueso, el complejo de inferioridad respecto de Europa, y el mantenimiento del mito del macho ibérico, subproducto del landismo.

Una vez quitados todos esos filtros, aparece una más que aceptable comedia, con momentos hilarantes, que se fundamenta no solo en el gran papel del cuarteto protagonista, sinó tambien en el excelente ramillete de secundarios, el verdadero punto fuerte del cine español de la época, ¡que grandes profesionales!

Destaca el cobardica director del banco, el policia "listillo", el ex-médico, las mujeres/amantes, la suegra pesada, el cartero pasota, la empleada aprovechada, el niño espabilado, la prostituta con corazón, en fin toda un retrato coral de la sociedad de entonces.

El título en si ya es un chascarrillo de la época, ¡TODOS AL SUELO!, es lo que gritó Tejero en el golpe de estado del 23 de febrero de 1981.

La trama es una versión mas cutre que la genial atraco a las tres, donde los propios empleados planean atracar el banco en que trabajan, aqui el corrupto cajero (Esteso), es el cerebro de la operación, y cuenta con el "tonto" y ligón Pajares (número 2), el mecánico facha de Ozores (se niega a tener una relación con la prostituta, porque, según el, "soy muy español"), y por último el titiritero Juanito Navarro, números 3 y 4 respectivamente.

Algunos de los chistes son realmente buenos, la película arranca con la presentación de los personajes y los preparativos del atraco, continua con el atraco y el posterior encierro y el tono se mantiene hasta el final, que, como no podia ser de otra manera, es tan esperpéntico como los son sus protagonistas.

En resumen, se deja ver, pasa rápido, es decir, entretiene, cosa que no todo el cine de comedia de hoy dia consigue hacer.
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9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
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