El almuerzo (1951)

Una localización perfecta y un par de planos, como siempre para saber que está ocurriendo con los personajes. Tampoco falla un toque de humor, como siempre, con el tropezón del vecino en la escalera y que será el objeto de risa en la historia. Este es Naruse y por si queda duda hay que fijarse en los encuadres, perfectos, con la cámara en el sitio apropiado y los actores moviéndose por el plano exactamente. A mi me ha parecido una lección de cine la realización de los trece primeros minutos. Si Naruse es especialista en contarnos historias sobre la mujer japonesa moderna y sus circunstancias sociales, aquí da con otra historia que borda en su exposición, y además cuenta con una interpretación de la protagonista, Setsuko Hara, que raya lo sublime. La sobrina está también bien para dar la réplica de la joven soltera y el marido de la primera y tío de la segunda, interpreta su papel correctamente. Digamos que el director ha dado aquí con el casting perfecto. A mitad de la película ya tenemos muy claro que es lo que ocurre en el matrimonio y Naruse repite la misma escena del principio para llevarnos otra vez a la rutina. Es un buen recurso. Utiliza un plano de la protagonista, de espaldas, y a través de los barrotes de dos puertas, que manifiesta perfectamente la situación anímica de la esposa que considera el hogar como una cárcel. Y ese tren siempre presente, como deseando llevar a los personajes a algún lugar donde encontrar la felicidad. Y no se pierdan el final, aunque si conocen el cine de Naruse ya saben… moraleja.

Naruse fue un especialista en mostrarnos de forma sencilla lo que sin duda es complejo, una detrás de otras en sus películas sus personajes tienen que tomar decisiones que, lo mismo en Japón hace tantas décadas como en el mundo contemporáneo actual, acaban definiendo todo lo que vendrá después. En "El almuerzo" la maravillosa Setsuko Hara resuelve su situación matrimonial dada dando un paso determinado, algo que finalmente, no podía ser de otra manera, acaba siendo el motivo de que la película proponga una moraleja final.

Naruse es un maestro, ¿por qué?; algo tan complejo lo transforma en sencillo, la vida nos empuja a todos, a menudo las circunstancias nos superan y tropezamos, algo de lo que nunca escapan sus personajes. Y sin embargo, es capaz de ofrecernos historias de su Japón contemporáneo con un cine que fluye de forma sencilla, sin brusquedades, sin sobresaltos para el espectador pero con todo el interés por acabar de ver cómo se resuelven los conflictos que plantea. Las cosas no son sencillas para nadie y de verdad, en mi opinión, no creo que sea nada fácil construir una película como "El almuerzo", que es de la que estamos hablando, con resultados tan óptimos.

Por lo que he visto, que no es poco, Naruse está a la misma altura que Ozu, es difícil encontrar alguna película que no sea buena. Es tan injusto que no tenga el mismo reconocimiento que, junto a Ozu, tienen Mizoguchi o Kurosawa, que es una pena. "El almuerzo" es una más, otra buena más de Naruse, capaz de presentarnos un conflicto matrimonial con amago de divorcio y hacernos reflexionar acerca del sentido de la felicidad. Puede que ser ama de casa las veinticuatro horas del día te aleje de esa felicidad, pero puede que huir sea un error. Hay tantos detalles, tanta sutileza... cualquier cinéfilo ha de pasar sí o sí por Naruse. Cine de calidad.