arrow

Nosotros no envejeceremos juntos (1972)

Nosotros no envejeceremos juntos
103 min.
7,1
712
Votar
Plugin no soportado
Añadir a listas
Trailer (FRANCÉS)
Sinopsis
Crónica despiadada de la degradación de una pareja. A partir de los avatares amorosos de Jean (Jean Yanne), un cineasta colérico y violento, y Catherine (Marlene Jobert), amante infantil y neurótica, Pialat traza el retrato implacable de una historia de amor que se resiste a su disolución. De manera fragmentaria y crispada, Pialat pone en escena los vaivenes emocionales de los protagonistas -grotescos e imprevisibles-, su fragilidad emocional, sus arrebatos de odio y violencia, sus precarias y efímeras reconciliaciones, y sus promesas incumplidas... (FILMAFFINITY)
Género
Romance Drama Drama romántico
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
Nous ne vieillirons pas ensemble
Duración
103 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Francia-Italia;
Links
Premios
1972: Festival de Cannes: Mejor actor (Jean Yanne)
7
Te odio pero te quiero
Unos cuantos directores han abordado sin tapujos la escabrosa odisea de las relaciones sentimentales. En Francia, los hubo notables, en las décadas de los sesenta-setenta, cuando la revolución de la liberación sexual femenina modificaba esquemas que quedaban anquilosados. El maestro, Eric Rohmer, colocó cimientos sólidos en la cinematografía, y otros supieron mantenerse en la línea de ese cine cuasi-documental y minimalista, íntimo, con roles de personalidad compleja y el vaivén constante de los ciclos vitales.
Para mí, los que más brillantemente han deshojado un tema tan complicado, han sido el francés Rohmer y el sueco Bergman. Otros siguen su estela de lejos, pero alguna figura destacable hay, como la de Maurice Pialat. Si a uno le viene bien de cuando en cuando mirarse al espejo de los incomprensibles y cambiantes absurdos humanos, no está nada mal echar un vistazo a pequeñas curiosidades como esta película rodada en ese estilo técnicamente sencillo, sin alardes ni grandes pretensiones, pero con el punto álgido de un guión incisivo, desasosegante en todos sus recodos de identificación con el espectador medio.
Seguir los desafortunados y fatigados coletazos de una relación de amor-odio como la de Jean y Catherine, es asomarse a algo que se conoce mejor de lo que a uno le agradaría. La destrucción recíproca del afecto no es nada novedoso. La presencia de la violencia verbal y física, la desconfianza, los celos, el orgullo desmesurado, la incomunicación, la inmadurez afectiva, el egocentrismo, la pusilanimidad y la debilidad que impiden tomar una resolución drástica de acabar de una vez con tanta tortura…
Por alguna razón, la mayoría somos una panda de sádicos-masocas. Sádicos que tienen la manía de tratar como mercancías y posesiones a sus iguales, y la costumbre de empezar a repeler el amor cuando éste se tiene en las manos, de estropear y rechazar lo cosechado. Masocas que soportan mil vejaciones, discusiones y peleas humillantes, a saber si por amor o por pánico a quedarse solo. Y a empezar de nuevo, una y otra vez, a pasar por lo mismo, conscientes de que nadie cambia para mejor, de que cada vez será peor.
Un círculo vicioso y agobiante muy bien reflejado en esos actores que podrían ser los vecinos de enfrente. Esos vecinos que todo el mundo tiene, que se pelean y se reconcilian y se vuelven a pelear, y ahora él vuelve trayendo rosas o cartas de disculpa y ella vuelve a caer como una tonta. Metidos en una carrera de desgaste que una duda bastante de que merezca tanto derroche inútil de tiempo y energía, en esta única vida que tenemos.
[Leer más +]
17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Análisis
Buena narración de una pareja encerrada en su propio círculo de autodestrucción. No se aman, pero están juntos; quieren separarse, pero vuelven a intentarlo.
Se trata, aparentemente, de una película sincera, por eso quizás se deje ver con fluidez, a diferencia de otros filmes del autor. La pareja intérprete desarrolla un buen papel, y el director, gracias a ciertos elementos, como el coche, mantiene un buen ritmo narrativo.
Lo que vemos son fragmentos diferentes de la relación, que desde el comienzo, se ve que no puede llegar lejos.
A la media hora del filme podemos ver lo despiadado que se muestra el hombre y lo posesivo ante su pareja. Es el plano donde chequea si ella ha estado con alguien esa noche o no. Las interpretaciones, como he dicho, están a la altura de la situación en todo momento del filme.
Pialat no volverá a conseguir en su filmografía la crudeza narrativa e interpretativa de la relación entre un hombre y una mujer como aquí lo hace.
Lo que sí repetirá son los descuidos de iluminación, de reflejos de jirafa o cámara en vehículos o la falta de importancia ante el hecho de que la gente de la calle se quede mirando lo que hace el equipo técnico. No puede pasarse por alto este detalle cuando se pretende conseguir mayor dramatismo ante determinados planos.
La película viene sin partitura musical, salvo en los créditos, como es costumbre en el director. Un toque de azul a lo largo de la película impregna la mayoría de los planos; los baños en el mar, el coche, elementos del hogar, diferentes prendas de vestir,...
Recomendable película para los amantes de las buenas interpretaciones.
[Leer más +]
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más información sobre Nosotros no envejeceremos juntos
Fichas más visitadas