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Ninfomanía Vol. 1 (2013)

Ninfomanía Vol. 1
117 min.
6,7
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Tráiler (ESPAÑOL)
Sinopsis
Historia de una ninfómana contada por ella misma. Una fría noche invernal, un viejo solterón (Stellan Skarsgård) encuentra en un callejón a una joven (Charlotte Gainsbourg) herida y casi inconsciente. Después de recogerla y cuidarla, siente curiosidad por saber cómo pudo haber llegado esa mujer a semejante situación; escucha atentamente el relato que ella hace de su vida, una vida llena de conflictos y turbias relaciones. Para su estreno comercial se dividirá en dos partes. Hay una versión completa de cinco horas y media que sólo se verá en ciertos actos culturales. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Erótico Drama psicológico
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Dinamarca Dinamarca
Título original:
Nymphomaniac. Volume I / Nymphomaniac (1)
Duración
117 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Dinamarca-Alemania-Francia-Bélgica;
Grupos
Trilogía de la depresión
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Premios
2014: Premios del Cine Europeo: 4 nominaciones, incluyendo Mejor película
2014: Festival de Berlín: Sección oficial fuera de concurso (versión extendida)
3
Querido Lars: Hace mucho que no siento nada al hacerlo contigo
Tu "Nymphomaniac. Parte 1" es un desierto triple: intelectual, cinematográfico y emocional.

No hay cine en estos fotogramas, carentes de emoción. No hay vida, ni amor, ni tan siquiera sexo en lo que cuentas. Tan sólo un tibio psicoanálisis de todo a un euro.

El tándem Joe/Seligman no funciona y eso que Charlotte Gainsbourg y Stellan Skarsgård se esfuerzan de lo lindo por hacer creíbles sus papeles. Pero esas líneas de guión… La conversación de ambos me recuerda en cadencia, tono y pseudotranscendencia a la escena entre Beatrix (Uma Thurman) y Bill (David Carradine), en Kill Bill, de QuentinTarantino. Pero hay que ser Sergio Leone o David Lynch para jugar con esas cartas y salir airoso: la pausa que conduce a la intensidad (Leone) o la extrañeza (Lynch) no se consigue sin un talento colosal.

Y, tú, Lars, no lo tienes.

- No soy antisemita, soy antisionista.

¿Preparando tu regreso a Cannes? Menudo enfant terrible…

La pátina intelectualoide, uf. Tritono, proporción áurea, polifonía, números de Fibonacci, Bach y el número 14. Así, como al tuntún… Ni siquiera te molestas en simular que has estudiado; parece que lo sacas todo de la Wikipedia. Haced la prueba, cinéfilos, poned en Google las palabras mágicas y, ¡hop!, la sucesión de Fibonacci, la Cábala, el Diablo, el Partenón, la concha de nautilus…

El preludio coral en fa menor, BWV 639, de Bach. A tres voces.

- El bajo es un gordo que espera abajo.
- La segunda voz es un hombre-leopardo.
- La primera voz, que llamas melodía, es el amor.

El conjunto es un chiste vanguardista… Qué bonito. Qué hondo. Qué truño.

Baste recordar lo que hace Andréi Tarkovski con esa misma obra de Bach, en su película Solaris. Y es que, Lars, tenía que salir Tarkovski por algún lugar.

Y los paralelismos: la seducción (por llamarlo así) y la pesca con mosca. Ahí has estado fino, lo reconozco. La broma tiene cierta gracia, aunque se alarga demasiado. Ah, ¿no me digas que en el fondo vas en serio? Venga ya…

- He conocido el delirio.

Quizás. Pero en esta cinta no lo plasmas. Christian Slater no es un padre; no tiene ni la prestancia ni el empaque, nada. Parece un niño viejo, una especie de Benjamin Button chuchurrío. Es mal actor. O no es actor para el papel. El blanco y negro hospitalario tampoco aporta nada en el fragmento de su enfermedad. Un fragmento que debía ser un latigazo emocional y, sin embargo, se queda en una gota de flujo pierna abajo –preciosa imagen, eso sí.

Un triple desierto, decía. Y, como buen desierto, la cinta contiene su pequeño oasis: la escena de Uma Thurman. No la desvelo pero es lo mejor de la película. Gamberra, divertida. La ves y no deseas que se acabe. Una sitcom de altura, ingeniosa y corrosiva.

Pienso en tu filmografía, Lars, y observo, inquieto y extrañado, que muy posiblemente me acabaré quedando con ‘El jefe de todo esto’ y partes de ‘El Reino’ (Riget). O dicho de otro modo: me acabaré quedando con tu humor. Tienes talento para la comedia, no lo dudes. También para impactar. El impacto impacta, claro, pero su efecto nunca es perdurable. Por ello, te animo a perdurar en la comedia, si te atreves.

"Nymphomaniac. Parte 1" ni siquiera impacta. No sé si la versión que exhiben en las salas comerciales, con tu consentimiento, ha quedado demasiado mutilada: una mamadita light, un tibio cunnilingus, un par de metisacas… Qué nadie busque morbo por ahí. Además, el casting de penes es calamitoso (¿de verdad todas las pollas son así de feas?). La luz refuerza la impresión de fealdad; un efecto buscado que rebaja la temperatura de los cuerpos (¿hay sexo en esta cinta? Del que yo practico, no…).

Lo siento, Lars, te he querido mucho. Agradezco que existas. Sin ti el mundo del cine sería algo peor. Pero me la has metido varias veces y ya no siento nada. Ni cosquillas. Y es que el sexo, sin amor, no lleva a ningún sitio.
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292 de 437 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Pesca con mosca
El primer volumen de "Nymphomaniac" de Lars Von Trier se abre con largo un plano fijo de una pantalla en negro. Escuchamos un sonido, llegado un punto, y cuando se aparece la imagen se toma el punto de vista de la ninfómana en torno a la cual gira toda la película. La cámara sobrevuela los rincones, para contextualizar el escenario donde tendrá lugar el encuentro entre Joe (Charlotte Gainsbourg) y Seligman (Stellan Skarsgård). Lo que surgirá después, una narración en cinco capítulos (más tres que se añadirán en el Volumen 2), nos llevará a recorrer la vida de la primera desde sus dos años (brillante la escena de 'la rana') hasta su adolescencia tardía. La gran mayoría de la película recorre así el despertar sexual y plena posesión de las armas de mujer de una joven Joe (interpretada con fuerza por Stacy Martin), sin ningún pudor a la hora de representar y contar sus devaneos sexuales. A fin de cuentas, esto es la historia de una ninfómana convencida. Pero en una secuencia, se nos advierte "la historia no está extenta de sus dosis de moralina".

Von Trier vuelve a jugar con nuestra expectativas, abordando una película que en su versión completa dura cinco horas y media, y que para su estreno comercial en cines se ha quedado por el camino sin casi un tercio del metraje, dividiendo el restante en dos volúmenes. Decisiones comerciales al margen, el Volumen 1 podría terminar así y no quedaría cojo, porque del inicio hasta el final hay una coherencia rotunda. Incluso aunque no supiésemos qué ocurrirá en los próximos capítulos que conforman la historia, ese peso 'moral' al que alude Joe ya se puede intuir en las imágenes iniciales, algo que se explicita además con ciertas conversaciones entre los dos personajes del tiempo presente. Lo que me sorprende de una película como ésta, que se ha vendido como "pornográfica" cuando en realidad hay bastante poco que sea explícito (dos, tres escenas cortas; el resto queda en desnudos parciales), es que vaya muchísimo más lejos que lo que se podía creer en un principio -que fuera una provocación- para verdaderamente interesarse por sus personajes. Trier no ha ido sobre seguro, dicho de otra forma, y ha decidido que aquí había un material certero, de entidad. Su cine se construye sobre lo turbio, pero rara vez ha estado tan bien controlado como en esta ocasión.

Esto no significa que la película no vaya a toda máquina, por supuesto. Trier, que además es autor del guión, convierte esta exploración interna de su protagonista en un mecanismo perfecto para hacer fluir momentos claves de una vida, enlazando ciertas filosofías o ideas (los paralelismos con la pesca o la construcción de la polifonía de Bach) con las imágenes que va gestionando. El montaje es extraordinario, imaginativo, pero afilado, y la dirección del danés tampoco se queda atrás. Lo que también destaca es el notable trabajo de todo su reparto. Desde las jóvenes actrices (con Martin a la cabeza) hasta los veteranos. Sin ir muy lejos, lo que hace Uma Thurman en el tercer capítulo es sencillamente milagroso, convirtiendo este bloque en el -para mí- más redondo de toda la película. Los contraplanos, el negrísimo y turbio sentido del humor, esos diálogos... Trier es muy, muy bueno.

"Nymphomaniac" (Volumen 1) está lejísimos de ser la mejor película de Lars Von Trier, pero es una valiosa, que se agradece en un año fuerte a nivel cinematográfico pero en el que ciertos autores han entregado trabajos por debajo de las expectativas. Muy recomendable y además deja con ganas de la segunda parte que, por las imágenes de adelanto que pueden verse en los créditos de ésta, promete ser muchísimo más loca. Si cabe.

P.D: "Nymphomaniac" (Volumen 1) quizá sea la mejor película de pesca de la historia.
P.D.2: "Nymphomaniac" (Volumen 1) podría ser además la versión Linklateriana de Kill Bill 3. Pobre Mamba.
P.D.3: Si el ingrediente secreto del sexo es el amor, no entiendo -a juzgar por sus películas- que Lars tenga tanta descendencia.
P.D.4: Si os ha gustado ésta, no perdáis de pista la excelente "Ongaku" (Yasuzo Masumura, 1972), "A l'aventure" (Jean-Claude Brisseau, 2008) e incluso "Jeune et Jolie" (François Ozon, 2013)
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