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El silencio después del disparo (2000)

El silencio después del disparo
103 min.
6,6
380
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Trailer (ALEMÁN)
Sinopsis
Una joven que fue terrorista en la Alemania de los años setenta intenta dejar atrás su pasado y vivir con una nueva identidad. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Terrorismo Años 70
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Alemania Alemania
Título original:
Die Stille nach dem Schuss
Duración
103 min.
Guion
Fotografía
Compañías
Links
Premios
2000: Berlín: Oso de Plata - Mejor actriz (ex aequo Beglau y Uhl) Premio Ángel Azul
2000: Premios del Cine Europeo (EFA): 2 nominaciones
7
DEPURADA NARRACIÓN
Volker Schlöndorff (1939), que vive conflictivamente su identidad alemana, se formó en Francia, como ayudante de Melville, Resnais y Malle, y ha trabajado bastante en Norteamérica, para gran pantalla y también para TV. Desde su deslumbrante debut con “El joven Törless” (1966), fundacional contribución al Nuevo Cine Alemán, su larga trayectoria incluye un Oscar, por “El tambor de hojalata”, y varias exitosas adaptaciones literarias, como la de Proust, “El amor de Swann”, y la de Arthur Miller, “Muerte de un viajante”.

Partiendo, pues, de que Schlöndorff es un director muy experimentado, llama sobremanera la atención la estética por él escogida aquí, lejos de cualquier amago de seducción. Puede considerarse una decisión notable, pues implica el sacrificio estratégico de la calidad visual en pro de la autenticidad del relato.

Para ceñirse puramente al sentido de la historia que desea contar, elige la fotografía de cromatismo apagado y sombrío, estilo ‘agfacolor’, típico de la Europa Comunista. También recrea con extrema fidelidad los escenarios y la atmósfera: viviendas, fábricas, calles vacías y automóviles baratos, las sórdidas salas de fiestas y la música casposa… Un mundo desangelado para la óptica occidental, pero que durante la Guerra Fría muchos encontraban preferible en cuanto libre de la tiranía del dinero y el mercado, las servidumbres del consumismo.

Con tal enfoque idealista lo vive Rita Vogt, ex terrorista de una banda similar a la Baader-Meinhoff, quien tras abandonar las armas obtiene precario refugio al otro lado del Muro, en la República Democrática Alemana, donde emprende una vida nueva como obrera.

Schlöndorff deja a los terroristas autorretratarse como fanáticos de pocas luces. En vez de pensar o dialogar, declaman las consignas por las que se rigen.
Los matices, finos y abundantes, con toques sutiles de ironía y humor, aparece en la descripción de la trayectoria personal de Rita (bien interpretada por Bibiana Beglau), mujer de acción y corazón, más que intelectual o crítica: alguien que renuncia a la violencia pero no a transformar el mundo hacia sistemas más justos y avanzados.

No hay convención ni cliché en la presentación de los personajes. Tampoco en las situaciones que los involucran, las reacciones que desarrollan.
Las amistades, sobre todo la de la compañera de trabajo, Tatjana (bien interpretada por Nadja Uhl), los amores, la vida en la fábrica, el peliagudo y en ocasiones inviable manejo de identidades, son contados con esa eficaz austeridad preparada de antemano, y se dibujan con una nitidez peculiar, logrando transmitir con fuerza muy directa el pulso cotidiano de la Europa Comunista, al fin y al cabo una civilización diferente, y desaparecida.

La calidad sacrificada en lo visual se recupera en lo narrativo para un resultado más que interesante: una buena película.
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23 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
SORDIDEZ
Si Alexander Kluge con su “Alemania en Otoño” nos cuenta a modo de documental la grave crisis política que se vivió en el año 1.977 con la aparición del grupo terrorista creado por Andreas Baader y Urike Meinhof, Volker Schlöndorff nos hace la siguiente pregunta en el relato triste que hemos tenido la oportunidad de ver: ¿Qué hacer con una terrorista arrepentida, cuando la República Federal y La RDA se convierten en una sola Alemania?
La perplejidad e indignación que nos provocan los actos terroristas nos incita a rechazar la idea de que sus ejecutores puedan ser personas normales y corrientes, Bibiana Benglau ,en una estupenda interpretación, se esfuerza, y a lo largo del film lo consigue, por demostrar que no existe ninguna patología o trastorno mental para ser componente de un grupo terrorista, la gran cuestión que nos deja el film es que el grupo Baader pretendía demostrar con sus acciones violentas la auténtica naturaleza represiva del estado germánico, y al final es el estado que los protege el que muestra la mayor represión dándoles la muerte.
La sordidez de la dictadura comunista nos es mostrada hasta por esos sonidos “cutres” de la fiesta de domingo después de unas jornadas agotadoras de trabajo. Las edificaciones, los coches, el color, los coros, las vacaciones de los niños…, demasiados parecidos con la España de Urtain, obra de teatro que vimos el día siguiente a la proyección.
Desde el año 1.989, fecha en que fue derribado el Muro de Berlín, han sido muchas las películas que nos han mostrado el ocaso de la dictadura comunista, veinte años después se ha desplomado Wal Street, y no estamos tan seguros de que en las pantallas se nos muestre el capitalismo desenfrenado y sus consecuencias en los trabajadores.
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13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
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