Escenas (FRANCÉS)
- Sinopsis
- Paul, un hombre mujeriego, enamorado de su mujer pero cansado de los conflictos que supone su relación, decide, por consejo de su tío, acabar con su esposa. Para ello busca a una tercera persona que cometa el crimen. (FILMAFFINITY)
- Género
- Comedia Comedia negra Road Movie
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 1993 / Francia
- Título original:
- Tango
- Duración
- 86 min.
- Guion
- Música
Machismo y cuernos: cóctel mortal
1 de octubre de 2007
Comedia dramática pasional y tanguera, aérea y de hecho algo volátil, dirigida por Patrice Leconte en 1993.
Lo primero que me llama la atención de ella es que difícilmente se podría hacer hoy, tan sensibles como están los ánimos en lo que respecta a la violencia de género. Es verdad que los misóginos protagonistas (Philippe Noiret, Thierry Lhermitte y Richard Bohringer) no se presentan precisamente como héroes o como modelos a seguir, pero aún así, y a pesar del tono eminentemente burlesco, mal se recibirían hoy frases como “para mí un hombre que mata a su mujer no es un asesino” (Noiret dixit).
Al margen de esto, me parece muy entretenida esta road movie masculina sobre el amor y sus cadenas, con algunas reflexiones interesantes (el provocar una forzada ausencia le confiere aún más presencia a la persona que se quiere perder de vista) y diálogos fluídos y bastante divertidos, sobre todo en boca de Noiret, que está magnífico:
“Es típico de los hombres creer que de no haberse casado follarían sin parar. Pura fantasía.”
O "Médicos sin fronteras; enfermeras sin bragas” (cuando quiere convencer a Lhermitte de que su mujer, que se ha ido a África en labor humanitaria, se la estará pegando con todo quisqui).
Aquí las mujeres tienen papeles episódicos, pero memorables en su pequeñez al correr a cargo de actrices tan estupendas, elegantes y magnéticas como Judith Godrèche, Carole Bouquet y Miou-Miou en el papel de la mujer a eliminar.
Lo primero que me llama la atención de ella es que difícilmente se podría hacer hoy, tan sensibles como están los ánimos en lo que respecta a la violencia de género. Es verdad que los misóginos protagonistas (Philippe Noiret, Thierry Lhermitte y Richard Bohringer) no se presentan precisamente como héroes o como modelos a seguir, pero aún así, y a pesar del tono eminentemente burlesco, mal se recibirían hoy frases como “para mí un hombre que mata a su mujer no es un asesino” (Noiret dixit).
Al margen de esto, me parece muy entretenida esta road movie masculina sobre el amor y sus cadenas, con algunas reflexiones interesantes (el provocar una forzada ausencia le confiere aún más presencia a la persona que se quiere perder de vista) y diálogos fluídos y bastante divertidos, sobre todo en boca de Noiret, que está magnífico:
“Es típico de los hombres creer que de no haberse casado follarían sin parar. Pura fantasía.”
O "Médicos sin fronteras; enfermeras sin bragas” (cuando quiere convencer a Lhermitte de que su mujer, que se ha ido a África en labor humanitaria, se la estará pegando con todo quisqui).
Aquí las mujeres tienen papeles episódicos, pero memorables en su pequeñez al correr a cargo de actrices tan estupendas, elegantes y magnéticas como Judith Godrèche, Carole Bouquet y Miou-Miou en el papel de la mujer a eliminar.
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17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuento negro de la guerra de sexos
4 de noviembre de 2005
Entretenida comedia, un poco alocada y sin sentido pero a la vez graciosa y agradable.
Aquí Leconte cuenta otra historia de las suyas pasadas de madre y como en "El marido de la peluquera" algo surrealista.
Contiene un lujoso reparto; a destacar el pequeño papel que hace Jean Rochefort de marido que no da la talla.
Tengo que admitir que Leconte tiene una forma extraordinaria de hacer ver una historia, a la vez que es clásico es vanguardista y hace que el cine francés salga de lo cotidiano.
Aquí Leconte cuenta otra historia de las suyas pasadas de madre y como en "El marido de la peluquera" algo surrealista.
Contiene un lujoso reparto; a destacar el pequeño papel que hace Jean Rochefort de marido que no da la talla.
Tengo que admitir que Leconte tiene una forma extraordinaria de hacer ver una historia, a la vez que es clásico es vanguardista y hace que el cine francés salga de lo cotidiano.
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11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
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