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L'amour braque (1985)

L'amour braque
101 min.
5,6
93
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Sinopsis
Tras un exitoso atraco a un banco, Micky planea recuperar a su novia, Mary, a quien los hermanos Venin se han llevado. De camino a París, conoce a Leon, un neurótico soñador del que todo el mundo opina que es un idiota. Leon no sabe muy bien qué es lo que Micky se propone, pero le sigue a todas partes y termina enamorado de Mary. Micky, movido por los celos, introducirá a Leon en el peligroso mundo de la violencia. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Romance
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
L'amour braque
Duración
101 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
Adaptaciones de Fiódor Dostoievski
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8
Fuera de sí, sin descanso
No es la primera vez que decido escribir un comentario de una manera “forzada”. Había decidido no hacerlo en esta ocasión, ya que sería la cuarta crítica sobre un film de Zulawski, algo tan excesivo como la personalidad de su autor, pero por otro lado, tras pensarlo, quizás deseo exponer las razones de mi defensa ante un film que será propenso a que lo pateen, lo destrocen y desprecien sin piedad.

Antes de entrar en materia, agradecer la iniciativa de la plataforma de Netflix de incluir en su catálogo, cine europeo poco conocido o no estrenado en nuestras pantallas. con copias, en algunos casos, remasterizadas o muy cuidadas. Es un lujo.

El título designado para su explotación en dicha plataforma es “Amor alocado”. Mal empezamos. Podían haber elegido “Amor loco (Amour fou)”, que, aunque ya utilizada mil veces, conociendo a los franceses, daría una pista más clara de lo que va y no que da la impresión de ser una comedieta con niñatos o graciosos de turno, pero nada más lejos de la realidad. Se trata de uno de los films más difíciles de digerir de Zulawski, quizás su film dramático más chocante (de la casi totalidad de su filmografía que he podido ver) junto con su ópera “Boris Godunov”, y decir eso, es decir mucho del autor de “Lo importante es amar”, “La posesión” o “La mujer pública”, y además de tener en cuenta su lote de películas prohibidas o boicoteadas por las autoridades polacas como “El diablo” o la de “On the Silver Globe”, que para muchos espectadores también se las traen. Este “Amor alocado”, cuyo título a partir de ahora descartamos para utilizar el original “L´amour braque (El amor robado o atracado)” es la historia de un asalto a un banco pero también de un asalto amoroso, enfermizo, donde todo está pasado de rosca...

Es el primer fracaso estrepitoso de su autor, incluso en Francia, donde hacía caja y estaba bien considerado por gran parte de la crítica. Tenía todo a su favor: buen reparto masculino, una sugerente adaptación de uno de sus autores favoritos (Dostoievski) y la presentación oficial en la pantalla del cambio, como cantaría Julio Iglesias, de “niña a mujer”, de la jovial Sophie Marceau, idolatrada en Francia y que suponía su primer protagonista en un registro dramático comprometido, en manos del director que con anterioridad trabajó con Romy Schneider, Isabelle Adjani o Valérie Kaprisky y que tan óptimos resultados obtuvieron. No obtuvo tanta resonancia Marceau, y aunque queda por detrás de las mencionadas, sería injusto no darle el valor que tiene, que se convertiría en su mejor trabajo hasta ese momento, logrando el objetivo a conseguir, el cambio de imagen que necesitaba la actriz. Marceau y el director iniciaron una relación amorosa que duró dieciséis años y de la que nació Vincent, el único hijo en común de ambos y siguieron colaborando en varios proyectos juntos.

Como guinda, arropado en la producción por el mítico y maravilloso Alain Sarde, productor de más de doscientos largometrajes, muchas del cine francés y otras para el cine “indi” internacional, pero siempre con directores interesantes como Lynch, Polanski o Kusturica. ¿El motivo del fiasco? Muy posiblemente la arriesgadísima propuesta de su autor, que sin concesiones de ningún tipo, se ha tirado de cabeza a una piscina vacía, eso sí, seguido de todo el elenco, entregado en cuerpo y alma.

Habitualmente en las películas de Zulawski siempre hay un o una protagonista al borde del precipicio, en una situación límite, que da bandazos y está expuesto/a a ser pasto de depredadores, son seres casi alineados que pueden desembocar en una irremediable catarsis. En esta ocasión no se libra ni el gato: todos, absolutamente todos están faltos de un orfidal que llevarse a la boca, sumidos en un estado de crispación desatado. De hecho a ninguno le choca ni las acciones ni las reacciones de los demás. Cuando no utilizan la violencia se gritan constantemente o le dan pataletas.

En ella, de nuevo, su autor recurre a elementos escénicos que tan bien conoce pero sin dosificaciones, como había hecho previamente en anteriores trabajos o como luego llevaría a cabo hábilmente en “La note bleue”. Aquí todo es una vorágine, desde incluir el mundo del teatro en su argumento a utilizar incluso técnicas de interpretación que en cine habitualmente no se utilizan. La gran interpretación de Francis Huster es realmente difícil y un ejemplo de lo dicho: es el que más parece que haya basado su trabajo actoral en la técnica interpretativa de Meyerhold, aunque no me extrañaría que todo el equipo artístico directa o indirectamente lo haya aplicado. Para mí todos, sin excepción, hacen un buen trabajo. Ni me imagino la reacción del “gran público” al ver esto. Si con “El árbol de la vida” de Malick la gente salía bufando de la sala al poco de comenzar la proyección, hoy día, con el vandalismo que está de moda hasta en las “botellonas”, prenderían fuego a la sala.

Zulawski, insisto, más que nunca, se pega una de los mayores pasadas de su carrera, construyendo casi un nuevo lenguaje cinematográfico y al que el público, está renovación, este vanguardismo tan personal, jamás se lo hubiera perdonado, ni creo que lo acepte siquiera dentro de décadas, porque, desgraciadamente, vamos hacia atrás, como los cangrejos. Mientras más convencionales seamos mejor.

Antes de pasar al “spoiler” reseñar sus alardes técnicos, su vibrante montaje o sus localizaciones. Todo contribuye al ambiente sofisticado y lúgubre con el que juega su director en este film convulso, incomprendido y a veces hasta poético.
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6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
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