Güemes, la tierra en armas (1971)

Vale recordar que el cine histórico argentino nunca se ha desarrollado de forma completa.
Es lógico que si nuestra propia historia no ha sido perfectamente revisada, no se puede pedir que el cine logre obras maestras en lo inherente a fidelidad histórica.
Las recreaciones de la película están muy bien logradas, se logra rescatar la esencia de esos bravos gauchos a lanza que pelearon por la libertad del Alto Perú, así como el espíritu propio del Güemes que luego de Ayohuma es convocado nuevamente a las filas del ejército por San Martín para hacerse cargo de la dirección de la guerra en el norte.
Sin embargo el argumento peca continuamente de pequeños errores en materia histórica. Sólo al comienzo vemos una versión nueva de la Revolución de Mayo, donde pareciera que fueron Moldes, Gurruchaga, Chiclana, y Güemes los que hicieron la Revolución de Mayo, en lugar de Saavedra, Castelli, y Belgrano.
La dirección muchas veces deja mucho que desear, aunque teniendo en cuenta el presupuesto que se manejó, la época y la tecnología con que se contaba en el país, es un resultado digno el logrado.
Lo mejor para destacar es la actuación de Alfredo Alcón, el vestuario, los escenarios, y algunas líneas del guión.
Lo peor es la banda sonora, muy por debajo de las escenas, la actuación de Mercedes Sosa como Juana Azurduy que no se parece en nada al personaje real, el acento de los jefes españoles, y el actor que interpreta a Manuel Ascencio Padilla.

Ameritan una felicitación especial el intento de reinvindicar al héroe de la frontera, y de difundir su biografía.

Película que refiere la historia de los combates independentistas en la zona de Salta por parte del General Martín Miguel de Guemes. El caudillo fue un factor determinante antes de la victoria definitiva de José de San Martín. La filmación desgrana episodios de esta guerra que tenía le peculiaridad de que era efectiva, y era acometida por unos ejércitos irregulares formados por unos simples gauchos sin más armas que unas largas lanzas improvisadas (tacuaras), valiéndose del factor sorpresa en un terreno montañoso y replegándose rápidamente (montoneras). El film está rodado en escenarios naturales, de una grata configuración, con una bella reconstrucción de época y el célebre actor Alfredo Alcón en el rol principal, con un tono algo hierático pero convincente. Predominan los matices rojos por los uniformes antes que nada, pero esto se aprecia en general, por ejemplo tiendas de campaña de este color. Si bien la visualización muestra una precisión algo borrosa por las condiciones de conservación, esto le da cierto encanto remitiendo a algunas escuelas pictóricas por la estética de la película. La música de Ariel Ramírez de raíz folklórica es inspirada y acierta con el tono épico. Recomendable.