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La corona vacía: Enrique IV, Parte 2 (TV) (2012)

La corona vacía: Enrique IV, Parte 2 (TV)
115 min.
7,1
315
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Trailer (INGLÉS)
Sinopsis
Segunda parte de la adaptación televisiva de la obra de Shakespare. Entre las víctimas de la Batalla de Shrewsbury está el hijo de Northumberland. Mientras los rebeldes continúan levantando su insurrección y sus fuerzas se acercan, el rey moribundo al fin se reconcilia con su hijo. Falstaff, enviado a reclutar soldados para alejarle del príncipe, acude a la coronación con grandes esperanzas. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Histórico Biográfico Secuela Edad Media Siglo XV Episodio de TV
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Reino Unido Reino Unido
Título original:
The Hollow Crown: Henry IV, Part 2
Duración
115 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Reino Unido-Estados Unidos;
Grupos
La corona vacía Shakespeare: Enrique IV
Premios
2012: Premios BAFTA TV: Mejor actor secundario TV - Drama (Simon Russell Beale)
7
Y llegó Henry V.
410/21(25/12/22) Buena adaptación de la obra de William Shakespeare (se cree que fue escrita entre 1596 y 1599), tercera parte de una tetralogía, precedida por Ricardo II y Enrique IV, Parte 1 y sucedida por Enrique V. La obra a menudo se ve como una extensión de aspectos de ‘Enrique IV: Parte 1’, en lugar de una continuación directa de la narrativa histórica, que pone más énfasis en el popular personaje de Falstaff y presenta otras figuras cómicas como parte de su séquito, incluido Ancient, Pistol, Doll Tearsheet y Justice Robert Shallow. "Henry IV, Part I" y "Henry IV, Part II" son el segundo y tercer episodio de la primera serie de la serie de televisión británica The Hollow Crown, basada en la segunda serie de obras de teatro en Henriad de William Shakespeare. Los episodios fueron producidos por Sam Mendes, dirigidos y adaptados por Richard Eyre y protagonizado en este caso por Jeremy Irons como el rey Enrique IV, Simon Russell Beale como Falstaff y Tom Hiddleston como el príncipe Hal. "Henry IV, Part I" y "Henry IV, Part II" se filmaron simultáneamente. En esta continuación seguimos la maduración personal del príncipe Hal hasta en el clímax ser coronado Enrique V, entre medias vemos a un Enrique IV que lucha por mantener su reino amenazado por luchas intestinas. Y por supuesto tenemos a Falstaff, aquí más personaje trágico que cómico (como lo era en la pretérita parte), que espera que la llegada al poder de su noble amigo le dé una vejez acomodada. Como en las anteriores dos partes tenemos una buena producción en lo visual.

Siendo fiel el guion al Bardo de Avon (aunque sintetizando la narración de las cuatro horas que solían durar las representaciones teatrales shakesperianas, a 115 minutos), radiografiando el peso lapidario del tiempo, la presión del poder, el despertar a la madurez, la amistad, la traición, el sentido del deber, todo ello apoyado en personajes muy bien delineados, y de donde hay un desarrollo con algunas sabrosas escenas. Ello en un relato que encara las consecuencias de lo acontecido en la anterior parte con el padre de Hotspur, Northumberland (Alun Armstrong), reuniendo a los rebeldes para vengar la muerte de su hijo y enfrentarse al enfermo Enrique IV ahora arrepentido por la forma en que tomó el trono y las consecuencias de él.


Teniendo el fuerte la cinta en sus roles, en su retrato de personalidad. Y ante todo unas actuaciones estupendas, empezando en esta ocasión por un Jeremy Irons con más presencia (y se agradece), que aprovecha el actor inglés para dar lustre al monarca, mostrando la decadencia física del hombre a la par que su lucidez mental se mantiene enérgica, con monólogos formidables, como el de 'Oh, Dios aburrido' fue un punto culminante particular entre muchos, exhibiendo angustia, temor al futuro, inquietud por su heredero natural, por momentos conmoviendo, como lo hace en su zenit en el entente con su hijo ya con el último aliento en la sala del trono, ‘jugando’ con la corona (Hollow Crown), y declamando el soliloquio ‘Pesas miente la cabeza que lleva una corona’, donde arrolla a su compañero de escena, aunque al final brota entre ambos el calor y el cariño; Tom Hiddleston aporta una fuerte presencia a su Hal, con más complejidad que en la parte anterior, más atormentado, con vigor, apostura, más seguro de lo que debe hacer, menos ‘vividor’, tiene buenas escenas, siendo el culmen la escena de la sala del trono, primero con su monólogo con la corona, luego aguantando el rapapolvo paternal, y seguido por un enternecedor momento. con su padre que lo cree ansioso de heredar corona. Y todo llegando a ese último entente con su viejo amigo Falstaff, donde la sensación es de enorme contrariedad por su comportamiento altivo; Y tenemos al que impresionó en la anterior entrega, un carismático Simon Russell Beale como el icónico Falstaff, aquí ya en el ocaso de sus mejores días, no sabes si es el villano o el bufón simpático, continua con su dipsomanía, pero se nota desesperado por obtener réditos de su amistad aristocrática, Continua siendo un fanfarrón (presume de haber capturado a un importante reo, cuando lo ha encontrado por casualidad cuando rehuía la batalla), charlatán, mentiroso, ladrón, corrupto (como permite sus soldados roñosos le paguen para no combatir), pero aquí salen a relucir sus temores, y con ello se hace más humano, con menos presencia que antes, pero dejando impronta de gran actor, bañando en la nostalgia a su rol. Teniendo su punto álgido en la estremecedora escena del encuentro con Henry V en su coronación, cortante y de las que te hace sentir mal. Sobre todo, esto se produce por la buena química que ha habido entre ambos, se les notaba a gusto a ambos. Beale ganó el Premio de Tv BAFTA como actor de reparto por su interpretación de Falstaff.

Iniciándose el film en la mítica taberna Boar's Head Tavern, como ejemplo del bullicio y los bajos fondos-lumpen londinenses. Para a continuación la buena dirección de Eyre hacer fluir en diferentes escenarios la historia, con tramos sustanciosos (aparte de los ya comentados) como cuando Falstaff y Shallow se sientan junto al fuego, y el segundo rememora las ‘glorias’ del pasado, emitiendo honda melancolía; Una escena turbadora con reminiscencias homo eróticas con Hal y Poinss en los baños; tenemos la contraparte de la escena de la batalla de la parte pretérita, en este caso con un engaño y cacería atroz en una encerrona.
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