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Besos que matan (1997)

Besos que matan
115 min.
6,1
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Sinopsis
El Dr. Axel Cross (Morgan Freeman) es detective, psicólogo forense y escritor de éxito de novelas criminales. Cuando su sobrina Naomí desaparece, inicia su propia investigación. Siete chicas han desaparecido y se han encontrado dos cadáveres. Al lado del último de ellos ha aparecido una nota firmada 'Casanova'. Cross recibe la ayuda de Kate McTiernan (Ashley Judd), una joven doctora que ha conseguido escapar del secuestrador y puede ser la única persona capaz de identificar a 'Casanova'. A pesar de la reticencia inicial del detective, juntos emprenden una carrera contrarreloj para encontrar a la sobrina de Cross y descubrir la estremecedora verdad que se oculta tras su desaparición. (FILMAFFINITY)
Género
Thriller Intriga Asesinos en serie Secuestros / Desapariciones
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Kiss the Girls
Duración
115 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Grupos
Alex Cross
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Premios
1997: Premios Satellite Awards: Nominada a Mejor actriz de reparto - Drama.
4
Drama no es cuando sufren los protagonistas, sino cuando sufre el público
Normalmente realizo críticas a películas muy buenas o les doy con todo a las malas, las regulares siempre son más difíciles de criticar. Hago aquí la excepción ya que no leí en ninguna de las críticas ya escritas mi forma de ver esta mediocridad.

Para empezar debo decir que me sorprende que haya sido un éxito comercial en EE.UU., y deja de sorprenderme al acordarme que los norteamericanos dudan de la llegada del hombre a la luna, pero están seguros de que la lucha libre es real.

El único creíble de la película es indudablemente Morgan Freeman (coincidiendo con la mayoría), está impecable como siempre, Judd parece aburrida con el proyecto y posee un personaje mal estructurado.

El argumento posee demasiadas incongruencias, si el escritor hubiese estado un poco menos distraído o al menos un poco más sobrio, se habría dado cuenta que las víctimas están a 200 metros de una cascada cercana al bosque, no deben haber muchas. Dejé pasar el hecho de sobrevivir a semejante salto, pero que no se diga nada de la cascada corrobora mi opinión de que se pensó más en darle una escena adicional emocionante, que en respetar la congruencia de la trama.
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25 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
2
Desventajas que le encuentro al oficio de secuestrador en serie.
Rizando el rizo, Gary Fleder supera el tema “asesino en serie” y nos presenta la figura del “secuestrador en serie”, una nueva modalidad de delincuente que no es frecuente por la cantidad de inconvenientes prácticos que plantea esta afición. Me explico:

Por ejemplo, hay que gozar de una economía muy saneada para poder alimentar y satisfacer las múltiples necesidades de tan amplio grupo de “invitadas”. No las conté bien pero calculo que nuestro secuestrador en el momento en el que lo conocemos tiene a unas 12 chicas en casa; eso no es un secuestrador, hosstia, eso es un hogar de acogida. Habrá pensado ese guionista en la cantidad de pasta (en ambos sentidos, el monetario y el nutritivo) que se necesita para la manutención de semejante familia? Si tengo yo nada más que tres hijos y una caja de leche me dura cuatro días, con una docena de señoritas cuántas cajas de leche necesita ese hombre, santo cielo? Y encima que si unas la toman desnatada, otras semidesnatada, otras de soja, otras con Omega 3. Así no se puede delinquir, eso es una ruina absoluta.

Por no hablar de la cuestión higiénica y estética. Abastecer a ese grupo de sus correspondientes champús para todo tipo de cabello, con sus acondicionadores y sus mascarillas capilares, el serum fortificante… los geles de baño y ducha para distintos tipos de piel, las cremas corporales y las del cutis y las de manos, que cuestan todas ellas un pastizal… Y ahora suma y sigue con los cosméticos: barras de labios, gloss, máscaras de pestañas, bases de maquillaje, prebases, antiojeras, perfiladores… en fin, todo el aparataje que las mujeres necesitamos simplemente para poder levantarnos de la cama.

Y luego échale la ropa, la de casa, la de cama, la de salir no porque las muchachas salen poco, pero tendrán que abrigarse en invierno y estar fresquitas en verano, no? Definitivamente el oficio de secuestrador en serie no es asequible para todas las economías. Menos mal que siempre hay por ahí un Morgan Freeman para liberar a esta gente de las obligaciones que se echan tan tontamente. Si no es por él este pobre hombre hubiera terminado completamente en la miseria.
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23 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
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